Dos entidades que viven del dinero de los ciudadanos de Cataluña, Omnium Cultural y Plataforma per la Llengua, inician el próximo mes un “Curso de activismo lingüístico” que lleva por título “¿Y yo qué puedo hacer?”
Conociendo la trayectoria de ambas entidades y la política lingüística que se aplica en Cataluña, es fácil deducir a qué se refiere la pregunta, que debería tal vez completar su formulación con algo así: “¿Y yo qué puedo hacer para limitar los derechos lingüísticos de quien no quiere hablar catalán?”
Entre las “materias” de este muy balcánico curso figuran temas como “Los derechos lingüísticos en Cataluña”, “Historia y actualidad del activismo lingüístico”, “Medidas para reclamar los derechos lingüísticos en los medios de comunicación”, y las amenazadoras asignaturas “Buenas prácticas en situaciones de bilingüismo”, “Quejas y denuncias” y “Los nuevos catalanes y el papel de la sociedad civil”.
Este curso de acosador lingüístico con credencial tendrá una duración de 7 días y la matriculación asciende a 20 euros, 10 para quienes ya son socios de la entidad promotora (los otros 10 cabe suponer que los subvenciona la Dirección general de política lingüística de la Generalidad catalana).
En BBS esperamos ansiosos que algún infiltrado cuelgue aquí los textos de trabajo de tan curioso master étnico.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Barcelona ofrece 3.000 nuevas plazas más en los cursos de catalán que cada cuatro meses programa, lo que supone un incremento del 40% con respecto al año pasado.
¿Es razonable que un ayuntamiento dedique el dinero a enseñar idiomas? En Cataluña nadie se lo plantea. Hay mucho lingüista por colocar, de modo que los cursos se llevan a cabo con renovado entusiasmo cuatrimestral.
La cosa se titula "Barcelona te enseña catalán" y ofrece de aquí a enero 476 cursos de catalán con 20.655 plazas. ¿Sería mejor para la economía ciudadana dedicar este dinero a cursos de reciclaje o formación profesional para los inmigrantes, ya que la campaña se organiza con la colaboración del Servicio de Atención a los Inmigrantes Extranjeros y Refugiados? Tal vez, pero entonces la patria podría perder nuevos adeptos.
Por si a alguien le cabe todavía alguna duda en este asunto, Miquel Pueyo, el encargado de la cosa lingüística por parte del tripartito, declaró en la presentación de este programa que su labor es muy importante “para que todas las personas que lleguen a Catalunya sepan que este territorio cuenta con una lengua propia.”
Conviene recordar en este sentido que el racismo de nuestros nacionalismos no se manifiesta hoy, como sucedía en el caso de los padres fundadores (Arana, Prat de la Riba), a través de la exaltación de la raza, sino por medio de la lengua. También es bueno recordar el dato de que la inmensa mayoría de los inmigrantes que llegan a Cataluña conocen perfectamente el idioma, ya que proceden mayoritariamente de América del Sur y también de Marruecos. Todos ellos pueden entender y hablar a la perfección del castellano.