Cuéntenos, señor Rajoy. Cuéntenos por qué Cataluña no es una nación pero Andalucía es una realidad nacional. Cuéntenos por qué el plan Ibarretxe no se podía admitir a trámite pero en Galicia se puede hablar de nación con los nacionalistas del BNG. Cuéntenos por qué hay que situar en el 5% el listón electoral en la Comunidad Valenciana pero en Barcelona se le pueden tirar los tejos a CiU.
A Mariano Rajoy, el mejor orador del Parlamento desde la llegada de la democracia, se le ha roto el discurso. Y la quiebra se ha producido por donde más puede dolerle a una formación política: por el lado de la coherencia.
Para el PP de Rajoy las cosas son según la latitud. En según qué lugares, el PP es la esencia de la patria. En otros, el campeón del trapicheo. Realidad nacional donde conviene, o sea, donde hay nacionalistas o donde los socialistas presionan de verdad, y nación indivisible donde imponen su voluntad.
En la Comunidad de Madrid ni se les pasaría por la cabeza sacar a pasear la boñiga de la realidad nacional. Ahí controlan autonomía y ayuntamiento. Ahí pueden ser patriotas. Pero un poco más abajo, o un poco a la derecha, o arriba, o en los extremos septentrionales, oiga, lo que haga falta.
En Andalucía, en la Comunidad Valenciana, en Baleares, en el País Vasco, en Galicia o en Cataluña, el patriotismo del PP se acomoda al paisaje. Un poquito de realidad nacional, tres cuartos de coqueteo con el BNG, cuarto y mitad de sistema de financiación balear calcado del denostado estatuto catalán, un chorrito de cláusula Camps, una oferta de pacto con los racistas de CiU y, abracadabra, señoras y señores… ¡el nuevo PP! ¡Que venga la Nebrera!
Mírenlo por delante y por detrás, busque, compare... ¡Igualito que el PSOE, señora, por el mismo precio se lleva dos!
Y entretanto los nacionalistas frotándose las manos. En una sola semana dos éxitos inconmensurables con los que jamás se atrevieron a soñar: el PSOE les consagra como fuerza política en Europa y el PP les da la razón en las regiones que hasta ahora se habían librado de la histeria étnica.
PSOE y PP incluyen el término "realidad nacional" en el nuevo Estatuto andaluz
La "realidad nacional" andaluza contada por el PP andaluz:
- PP agradece al PSOE su renuncia a definir Andalucía como realidad nacional y su decisión de "descatalanizar" el Estatuto
- PSOE y PP aprueban el Preámbulo y artículo 1 del Estatuto andaluz con la abstención de IU y el voto contrario del PA
- Oña advierte de que a los andaluces no les preocupa el debate de la 'realidad nacional' sino "la mala economía regional"