"Que los dos grandes partidos nacionales lleguen al acuerdo y al convencimiento de que la única forma de arreglar este desaguisado es rectificando a los padres constituyentes, procediendo a la reforma total del Título VIII de la Constitución y, previamente, de la ley electoral, porque sólo así se podrá evitar el abismo al que nos acercamos."
Jorge de Esteban, catedrático de Derecho Constitucional:
"Lo terrorífico de la situación actual es que es la consecuencia de que en 1978, a fin de resolver el eterno problema de la vertebración de España, se volvió la mirada otra vez a la perniciosa Constitución de 1931, empeorándose incluso el sistema que había fletado ésta, con un reparto de competencias absolutamente confuso que conlleva a que estemos constantemente en un proceso constituyente, que convierte a nuestra Constitución, como dije hace 28 años, en una norma inacabada porque no expone el diseño final de nuestro Estado.
"Ahora bien, a trancas y barrancas, en el año 2004 teníamos un Estado Autonómico «provisional» que podía haber durado de forma indefinida. El Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero, aún no siendo culpable directo de nuestra odisea constitucional, ha cometido la imprudencia de soltar las amarras que frenaban a los nacionalismos vasco y catalán.
"Porque el error enorme de nuestros constituyentes y gobernantes no fue sólo el de imitar y empeorar el sistema de descentralización territorial de la II República, sino que lo potenciaron incluso con una ley electoral que favorece a los partidos nacionalistas, permitiéndoles desempeñar un papel abusivo en la política nacional.
"La consecuencia es que el reconocimiento del derecho a la autodeterminación en su acepción minimalista o interna, que hubiese podido satisfacer las ambiciones minoritarias de los grupos nacionalistas de haberse regulado bien y de forma definitiva, lo que ha conseguido, al ser un proceso constituyente o estatutoyente interminable, es que ha dado paso a que se esté reivindicando ya el derecho de autodeterminación maximalista, externo o separatista. Y ahí estamos.
"El pecado mortal del presidente del Gobierno no proviene únicamente de haberse dejado seducir por las sirenas, como lo intentaron con Ulises sin conseguirlo, sino de que no es consciente de que no se puede llevar a cabo una revolución constitucional como la que ha emprendido, sin contar con el apoyo de media España, representada por el Partido Popular.
"Ahora este partido acaba de presentar una propuesta para embridar un proceso autonómico que ya se ha desbocado, a través de 17 cambios constitucionales y 11 reformas legislativas. Sin duda, las intenciones son encomiables, pero me temo que ya no serían más que parches en una situación que se halla enormemente deteriorada, por la simple razón de que el Estado español se convertirá en un cascarón vacío, al haberse transferido muchas de sus competencias en el Estatuto de Cataluña.
"El Consejo de Estado en su dictamen reciente lo dejó muy claro, al reconocer que deben quedar meridianas cuáles son las competencias exclusivas del Estado. Pero si Zapatero oyó a las sirenas «nacionalistas», no escuchó lo que le recomendó el alto organismo consultivo.
"En definitiva, no quedan más que tres posibilidades ante el horizonte político que ya está emergiendo, si se quiere encontrar el modelo perdido de Estado: que todo siga igual y entonces todo cambiará, pero a peor evidentemente. Que el Tribunal Constitucional, iluminado por el espíritu paráclito consolador, eche abajo el inconstitucional Estatuto de Cataluña y a todo lo que se le parezca.
"Y, por último, que los dos grandes partidos nacionales lleguen al acuerdo y al convencimiento de que la única forma de arreglar este desaguisado es rectificando a los padres constituyentes, procediendo a la reforma total del Título VIII de la Constitución y, previamente, de la ley electoral, porque sólo así se podrá evitar el abismo al que nos acercamos. Pero, por supuesto, como ha dicho el secretario general del PSOE, esto del modelo de Estado es una «chorrada»." Jorge de Esteban, A la búsqueda del modelo perdido de Estado (€).