"Los españoles son españoles y son chorizos por el hecho de ser españoles, desde mi humilde punto de vista".
El "humilde" es Joan Oliver, ex director de TV3, la televisión regional catalana, integrante del panfleto étnico Avui, pujolista militante y perteneciente a eso que los pardillos en Madrid (o los sinvergüenzas) llaman "nacionalismo democrático", o a veces "nacionalismo moderado". Las declaraciones las hizo en un programa de la emisora RAC1, propiedad de La Vanguardia. Oliver dijo más cosas:
"A mí me parece fantástico que nos burlemos, que nos riamos, que machaquemos a Pizarro y a la aragonesa que se juntó con el aragonés por dar origen al señor Pizarro, me parece fantástico, cojonudo."
El nacionalismo, que se quiere democrático, es en realidad charcutero, mezcla de casquería e identidad compulsiva. Lo que da por resultado siempre esa pulsión étnica que ninguno de sus representantes logra ocultar todo el tiempo ante todo el mundo.
Es este mismo nacionalismo “moderado” y “democrático” el que monta en cólera ahora porque Mariano Rajoy habla de la necesidad de una ley que garantice el uso del español en el sistema educativo de toda la nación. Si no hay conflicto lingüístico de ningún tipo en Cataluña, como sostiene desde hace 30 años el nacionalismo de convergentes, comunistas, socialistas y republicanos, ¿cuál es el problema? Si están garantizados los derechos civiles de todos los ciudadanos que viven en Cataluña; ¿a qué tanto temor a una ley que, de acuerdo con lo que nos cuentan los bárbaros, no tendría ninguna incidencia?
Las deposiciones de Oliver se pueden escuchar aquí. Más muestras del carácter democrático y moderado del nacionalismo en: