Cabía esperar que la nueva legislatura trajera algunos cambios más allá de la retórica mediática que estos días hemos de aguantar estoicamente. Algunos confiábamos en que Rodríguez y esa deformación en que ha convertido a su partido rectificaran, o recapacitaran y modificaran el rumbo, o perdieran las elecciones.
Vana esperanza. Lo único que han hecho es completar su proceso de metamorfosis. Ahora ya no se comportan como los nacionalistas, que es lo que hicieron en la primera legislatura. Con la faltriquera bien provista de votos etnicistas, ahora los socialistas son los nacionalistas. El ku klux klan español ya no son unos cuantos partiditos étnicos repartidos en algunas regiones. Nuestro KKK es ahora el PSOE.
Lejos de amainar, el temporal étnico se ha multiplicado desde el 9-M. Es lógico. La importancia del PSOE es incomparablemente mayor que la de ERC, CiU, PNV, EA, Aralar, NaBai, BNG, IU y tutti quanti juntos. Y a pesar de los gestos de supuesto distanciamiento, a pesar de las muecas de Rodríguez frente a los partiditos que le han conducido al poder, y de la displicencia del PSOE hacia los nacionalismos, queda patente una y otra vez desde las pasadas elecciones el carácter de este PSOE erigido en sistema, en régimen identitario. En movimiento.
Las maniobras de distracción no han colado. Hay demasiadas evidencias sobre la mesa. Y todas surgidas después del 9-M y concentradas en unos pocos días convertidos en paradigma de lo que se avecina:
- Las concesiones a PNV y CiU en la composición de la mesa del Congreso y de los grupos en el Senado.
- La reacción de Rodríguez tras el triunfo electoral, volviéndose inmediatamente hacia los grupitos nacionalistas a pesar de su derrota, en lugar de valorar la posibilidad de acuerdos de Estado con el primer grupo de la oposición para evitar caer de nuevo en manos de los partidos identitarios antisistema.
- El vergonzoso e insolidario espectáculo del tripartito catalán convirtiendo el agua en asunto identitario.
- La complicidad de socialistas y nacionalistas a la hora de subvencionar al nacionalismo armado a través de los presupuestos regionales vascos.
- La actitud represiva frente a la libertad lingüística que protagonizan todos los socialistas en todas las instancias.
- El sectarismo ante las víctimas del terrorismo nacionalista, puesto de manifiesto de manera dramática tras el asesinato de Isaías Carrasco.
BBS estaba deseando que llegara marzo de 2008. Era el momento fijado para clausurar este sitio y descansar. Casi cuatro años en la red contando las perversiones de los ku klux klan españoles terminan agotando al más animoso. La vida privada, la actividad remunerada y la vieja costumbre de dormir por las noches reclaman sus derechos. Pero como sucedió en 2004, la voluntad expresada por el poder de arrojar al vacío la convivencia obliga a cambiar los planes.
Siguen en el gobierno los que han decidido suicidar la nación, los que proclaman las ventajas de arrojar por la borda la única realidad colectiva que ha existido desde las vísperas de la llegada de Julio César. Siguen detentando el poder los que quieren cambiar una convivencia real y documentada, con nombre y rostro, con territorio e identidad durante milenios, por un contenedor de paisitos inventados sin más rigor que el capricho de las oligarquías regionales que se disputan el poder (el dinero), unas contra otras, todos contra todos, desde la instauración de la democracia.
Con pereza pero (a la vista de los hechos) con renovada irritación, BBS intentará aguantar cuatro años más. No porque dudemos de la razón que nos asiste. Los bárbaros jamás conseguirán sus propósitos, se cobijen en grupúsculos o tras siglas poderosas. La nación ha resistido embates mucho peores.
En BBS intentaremos resistir cuatro años más por dignidad. Porque en este país no todos somos iguales y no queremos ser confundidos con tanto cobarde. Porque hay batallas en las que es preciso estar cuando se aspira a un mínimo de coherencia.