La labor de asimilación del ideario etnicista y de buena parte de la hoja de ruta de los nacionalismos por parte del PSOE, iniciada hace ya varios años con la llegada de Rodríguez a la secretaría general, culmina en estas elecciones. A los socialistas ya les votan los electores secesionistas y gracias a ello, el PSOE fagocita a buena parte del electorado etnicista.
Los votantes nacionalistas han podido comprobar a lo largo de estos años que Rodríguez es más eficaz para acercarse a sus objetivos que Carod-Rovira o Ibarretxe. Ya saben que votar PSOE es votar nacionalista. Y por eso han abandonado sus siglas regionales y se han pasado en bloque a las filas del zapaterismo.
Con estos resultados el panorama resulta muy esclarecedor: se concentra el voto étnico en el PSOE y hace su entrada en el Congreso de los Diputados una nueva formación de izquierda esta vez no nacionalista, UPD.
Dicen los etnicistas que la pasada fue la legislatura de la crispación. Dado el carácter nacionalista de los votos obtenidos por el PSOE, caben pocas dudas acerca del proceso de deconstrucción del Estado iniciado en 2004. En la medida en que siga avanzando, lo que llaman crispación de multiplicará. Si no hay rectificación en las filas de esta izquierda nacionalista que ha ganado hoy las elecciones, la próxima legislatura será un infierno.