Llegan voces de la derecha, como en la legislatura pasada llegaban desde la izquierda, anunciando que no todos los nacionalistas son iguales. Tal vez estén en lo cierto y haya nacionalistas buenos y malos. El problema es que a los primeros no los hemos visto jamás, mientras sobran muestras de la presencia de los segundos.
Creadores de opinión nacionalistas. Enric Vila, por ejemplo. El periodista catalán escribía el pasado 28 de enero en su página:
“Haría falta empezar a pedir cartas de reclamaciones y denunciar a toda esta pandilla de comerciantes hijos de puta que, por ganar dos duros más, contribuyen a continuar el intento de genocidio cultural que ya hace tantos años que resistimos. Más vale que se vuelvan a su mierda de países, con su mierda de gente.”
Ideólogos. Salvador Sostres, uno de los “pensadores” más admirados desde el partido de los Pujol. El pasado día de San José escribía refiriéndose a Montilla:
“¿Qué tal, Pepe? Huías de la miseria, viniste a Catalunya y lo has tenido todo pagado. No te hemos exigido nada, ni siquiera que crearas ninguna riqueza a cambio de la riqueza que te sació el hambre.”
Quizá los defensores de la existencia de dos nacionalismos, uno de los cuales sería asimilable a los estándares democráticos y por tanto, merecedor de compartir el viaje con nosotros, se refieran a gente menos radical. ¿CiU, por ejemplo?
Felip Puig, portavoz de CiU. El primero de febrero de 2005 declaró en una entrevista al panfleto étnico Avui:
“Si mi perro me hiciera una pregunta, ‘¿Qué es España?’, mi respuesta no podría ser otra que la siguiente: no lo sé.”
Un año después, el 30 de julio de 2006, la reflexión de Felip Puig no sé si era más profunda, pero desde luego merecía nuestra gratitud por su claridad. En una entrevista publicada en El Periódico decía:
"Hay que pensar siempre en la independencia de Catalunya, nunca hablarlo y trabajar cada día por ella".
Mientras tanto su jefe, Artur Mas, sostenía:
“Cataluña puede hacer lo que quiera, el Estatut no marca la ambición nacional de Cataluña. El nuevo Estatut no es una estación de final de trayecto, ni el último horizonte. En CiU, como nacionalistas, creemos que Cataluña debe ir a más” (El Mundo, 11.8.06).
Y por si quedaban dudas:
"Los sectores soberanistas saben que el camino nacional está abierto" (TVE2-Cataluña, 6.9.06).
Sostiene el ínclito Carod Rovira (Avui, 21.6.06):
“El estilo catalán de hacer política es más educado, más civilizado, no agresivo ni destructivo.”
Algunos en la derecha dicen ahora estar de acuerdo.