La conversión de Magdi Allam no es un caso aislado. Musab es hijo de un diputado de Hamas, Hassan Yousef, jeque terrorista que cumple condena en Israel. En un proceso que le ha llevado ocho años, Musab se ha convertido al cristianismo, para lo que ha tenido que huir.
El diario israelí Haaretz recoge sus primeras declaraciones:
Recibí la invitación en Jerusalén para escuchar una conferencia sobre el cristianismo. Empecé a interesarme, a leer la Biblia y me fascinó. Evidentemente, lo hice de forma clandestina. Ahora creo que la única forma de llegar al paraíso es a través de Jesús.
Musab denuncia las tortuosas prácticas de la sociedad palestina:
Nací en una familia muy religiosa, basada en el odio a los israelíes. La primera vez que los vi fue cuando tenia 10 años y los soldados entraron en casa, para detener a mi padre. Su liderazgo en Hamas era un secreto para mí, no sabia nada. Como ayudante de mi padre conocí a muchos líderes de Hamas. Evidentemente, los seguidores de la organización no entienden que están liderados por gente mala y salvaje, que lava el cerebro de los niños para que cometan atentados suicidas y así lleguen al paraíso. Yo lo he visto y sé de que hablo.
En la cultura palestina, el terrorista suicida es un héroe. Abandono una sociedad que santifica la muerte. Los jeques explican en los colegios las virtudes y la gloria de los mártires para que muchos jóvenes sigan ese camino.
En cuanto a Hamas, el movimiento terrorista al que perteneció, Musab es rotundo:
Los líderes de Hamas no son tan estúpidos como los de Al Fatah que roban de día y enseguida les llaman corruptos. Los de Hamas reciben dinero de forma indirecta y lo invierten clandestinamente en empresas extranjeras o en acopiar mercaderías que luego venden en el mercado negro. Son ricos, pero de cara al exterior mantienen una vida modesta. Los judíos deben saber que con Hamas nunca habrá paz. El Islam, la ideología que les dirige, no les dejará pactar un acuerdo de paz con los judíos. Para Hamas, los judíos no tienen derecho a vivir en Palestina y la paz con Israel viola la ley Islámica y el Corán. (Hijo de jeque de Hamas se convierte al cristianismo y acusa...)
Giorgio Paolucci, el autor de I cristiani venuti dall’Islam, declara en la entrevista arriba mencionada:
En el fundamento de la conversión está la atracción humana representada por el testimonio cristiano.
Cuando, en marzo pasado, el periodista Magdi Allam se convirtió al cristianismo, escribió al director de su periódico:
Ayer de noche me he convertido a la religión cristiana católica, renunciando a mi anterior fe islámica. De esta manera, finalmente ha visto la luz, por gracia divina, el fruto sano y maduro de una larga gestación vivida en el sufrimiento y en la alegría, entre la profunda e íntima reflexión, y su consciente y manifiesta exteriorización.
Estoy especialmente agradecido a Su Santidad el Papa Benedicto XVI, que me ha conferido los sacramentos de la iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía, en la Basílica de San Pedro, en el transcurso de la solemne celebración de la Vigilia Pascual. Y he asumido el nombre cristiano más sencillo y explícito: “Cristiano”. Desde ayer me llamo “Magdi Cristiano Allam”.
Para mí ha sido el día más hermoso de mi vida. Conseguir el don de la fe cristiana el día de la Resurrección de Cristo, de manos del Santo Padre es, para un creyente, un privilegio inigualable y un bien inestimable. Teniendo casi 56 años, es un hecho histórico, excepcional e inolvidable, que señala un cambio radical y definitivo respecto al pasado.
El milagro de la resurrección de Cristo ha reverberado en mi alma, librándola de las tinieblas de una predicación donde el odio y la intolerancia con los “diferentes”, condenados acríticamente como “enemigos”, prevalecen sobre el amor y el respeto del “prójimo” que es siempre y en todas partes “persona”. Mi mente se ha liberado del oscurantismo de una ideología que legitima la mentira y la disimulación, la muerte violenta que induce al homicidio y al suicidio, la ciega sumisión y la tiranía, y he podido adherirme a la auténtica religión de la Verdad, de la Vida y de la Libertad.
En mi primera Pascua como cristiano, no sólo he descubierto a Jesús, sino que he descubierto por primera vez el verdadero y único Dios, que es Dios de la Fe y de la Razón.
Mi conversión al catolicismo es el punto de llegada de una gradual y profunda meditación interior, de la cual no habría podido sustraerme, puesto que desde hace cinco años estoy obligado a llevar una vida blindada, con vigilancia fija de mi casa y escolta de policías permanente, a causa de las amenazas y de las condenas a muerte de los extremistas y de los terroristas islámicos, tanto de los que residen en Italia como de otros del exterior.
He tenido que preguntarme sobre la actitud de quienes han emitido públicamente las fatwe (declaración por la que cualquiera puede matarlo) de los responsables jurídicos islámicos, denunciándome a mí, que era musulmán, como “enemigo del Islam”, “hipócrita cristiano copto que finge ser musulmán para dañar al Islam”, “mentiroso y difamador del Islam”, legitimando así mi condena a muerte. Me he preguntado cómo es posible que alguien como yo, que ha luchado con convicción y hasta el cansancio por un “Islam moderado”, asumiendo la responsabilidad de exponerse en primera persona a las denuncias del extremismo y del terrorismo islámico, haya terminado por ser condenado a muerte en nombre del Islam, basándose en una legitimación del Corán.
Por esto he llegado a comprender que, más allá de la contingencia de los fenómenos extremistas y del terrorismo islámico a nivel mundial, la raíz del mal está inscrita en un Islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo. Paralelamente, la Providencia me ha hecho encontrar personas católicas practicantes de buena voluntad que, en virtud de su testimonio y de su amistad, han llegado a ser un punto de referencia en el plano de la certeza de la verdad y de la solidez de los valores.
Querido Director, me has preguntado si no temo por mi vida, sabiendo que la conversión al cristianismo me acarreará una enésima y muy grave condena a muerte por apostasía. Tienes toda la razón. Sé bien a lo que me expongo, pero me enfrento a ello con la cabeza alta, con la espalda derecha y con la solidez interior del que tiene la certeza de la propia fe. Y lo haré aún más después del gesto histórico y valeroso del Papa, quien desde que conoció mi deseo, enseguida aceptó administrarme él mismo los sacramentos de la iniciación cristiana.
Su Santidad ha lanzado un mensaje explícito y revolucionario a una Iglesia que hasta ahora ha sido demasiado prudente en la conversión de los musulmanes, absteniéndose de hacer proselitismo en los países de mayoría islámica y callando sobre la realidad de los convertidos en los países cristianos. Por miedo. Por el miedo de no poder ayudar a los convertidos, condenados a muerte por apostasía, y por el miedo de las represalias que podrían tener los cristianos que viven en los países islámicos.
Benedicto XVI, con su testimonio, está diciendo que es necesario vencer el miedo y no tener ningún temor de afirmar la verdad sobre Jesús, también a los musulmanes. Por mi parte, yo digo que ya es hora de poner fin a la arbitrariedad y a la violencia de los musulmanes que no respetan la libertad de elección religiosa.