Elena Valenciano, la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, anuncia que Obama y el presidente del gobierno de los socialistas y de los nacionalistas “son ejemplos del liderazgo inteligente del siglo XXI, porque tienen la capacidad de hablar con todos y de hacerse cargo de los problemas reales de la gente” (ABC, 11.8.08).
Reconozcámoslo, el paralelismo entre ambos y la exaltación servil propia del impúdico culto al líder de este PSOE adocenado, tiene su miga. Y también su vertiente carnicera.
Como el señor Rodríguez, también el candidato demócrata es partidario entusiasta del aborto. Obama propone para su país un aborto sin ningún límite, pasando incluso por encima de las restricciones de algunos estados. En verano del año pasado, el candidato se declaró entusiasta partidario del aborto libre:
Lo primero que haría como presidente es firmar el Acta para la Libertad de Escoger.
¿Por qué cuando un político demócrata, en el caso de EE UU, o progresista en Europa, habla de libertad, de derechos o de elegir, siempre termina proponiendo alguna forma de exterminio? El Acta a la que hacía alusión el candidato demócrata es el proyecto que ha defendido en el Senado durante la administración Bush para abolir las legislaciones estatales que limitan el aborto.
Así pues un segundo elemento une a ambos, digamos, “estadistas”: junto al exterminio de seres humanos, Obama y Rodríguez comparten también esa consideración que los demócratas norteamericanos y la izquierda europea sienten por las leyes que, según parece, tan solo respetan cuando coinciden con sus intereses partidistas.
En cuanto a las diferencias entre ambos, mientras nuestro presidente es partidario de la confrontación con la Iglesia y del acoso más descarado, su admirado colega mantiene la boca cerrada. Hasta tal punto que los electores norteamericanos ignoran su opinión al respecto, algo sorprendente en una sociedad que hace de la profesión pública de la fe un valor no solo espiritual, sino cívico y aun nacional. Newsweek publicaba en plenas primarias una encuesta en la que un 22% de norteamericanos declaraba que la religión del candidato demócrata les era absolutamente desconocida. Otro 11% sostenía que Obama es musulmán.
Y puestos a seguir jugando, con el permiso de Plutarco, a las vidas paralelas, ¿se podrían establecer comparaciones entre McCain y Mariano Rajoy?
McCain es favorable a la investigación con células madre embrionarias. Es decir, el candidato republicano se muestra también favorable al exterminio de seres humanos, aunque con un matiz distinto al de su competidor Obama: este lo fundamenta en un supuesto derecho de las mujeres y aquel en una de las mayores mentiras de los últimos años, la absolutamente falsa capacidad curativa de las células madre embrionarias.
En cuanto a Rajoy… ¡hagan sus apuestas!