Tras la reunión ayer lunes de la cúpula del PSOE para analizar los resultados electorales, el día de hoy ha sido bien curioso. De repente dos dirigentes notables del partido del aborto han aparecido presumiendo de catolicidad, para a continuación defender el proyecto abortista del Gobierno.
José Blanco y Paco Vázquez han destapado el tarro de las esencias religiosas del socialismo y se han preocupado de aparecer como fervientes católicos en cuanto han estado cerca de cámaras y micrófonos.
No es la primera vez que este PSOE zapatero recurre a la muy soviética estrategia de la quinta columna para desconcertar y dividir al oponente.
Su habilidad para este tipo de guerra sucia se pudo apreciar en los primeros compases de la anterior legislatura, a raíz del nombramiento de Peces como paternal protector de las víctimas del terrorismo.
Su única misión consistía en acabar con la unidad y el prestigio de los supervivientes del horror y de sus familiares. Consiguió lo primero.
La aparición de socialistas a favor del derecho a vivir ha sido hasta la fecha muy distinta a esta sospechosa cadena de declaraciones de hoy.
Joaquín Manuel Montero y otros socialistas han tenido que asumir un notable riesgo para dar la cara frente a la opinión del aparato de su partido.
En cambio estas vedettes de hoy no resultan creíbles. A mi, y pido perdón si me equivoco, me recuerdan a ciertas actrices españolas de la época de los 70, que eran capaces de elucubrar lo indecible para justificar sus exhibiciones anatómicas y trataban de parecer, como las dos vedettes de hoy, paradigmas de la pudibundez… mientras se quitaban el refajo para la siguiente secuencia.