29 de mayo de 1991. Cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona). 70 kilos de amonal en un coche bomba. 4 adultos fueron asesinados. Y 5 niños. 28 heridos.
Tras el atentado el pueblo se manifestó contra ETA. Poco después todo se olvidó. Antes de que hubieran pasado 5 años de la carnicería ya había partidos “progresistas” y /o nacionalistas que pedían la expulsión de los guardias civiles de Vic.
Por lo demás, silencio e indiferencia. El gobierno regional ha mirado para otro lado. El Ayuntamiento ha ido por donde le dictaba el movimiento nacionalista progresista que impera en la región. Desde el tripartito lo único que se dijo a los asesinos fue que la próxima vez "se situaran en el mapa".
Años después los partidos que en 1991 condenaron, los progresistas, los nacionalistas, decidieron olvidar su compromiso con las víctimas y se sentaron con sus asesinos. Les abrieron las puertas de las instituciones, les ofrecieron el dinero de los contribuyentes, les dieron avales internacionales. Les convirtieron en hombres de paz.
El movimiento nacionalista progresista logró dividir a las víctimas. En Cataluña apareció una asociación dispuesta a lamer las manos subvencionadoras. Una asociación presta a secundar la joint venture de progresistas y nacionalistas, armados o no.
Cumpliendo al pie de la letra las órdenes del movimiento, asumieron su cuota de nacionalismo y se pusieron por nombre ACVOT, Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas, porque las víctimas en Cataluña, para esta asociación, han de tener tinte identitario.
Hoy quienes compartieron una parte del camino con los asesinos, los partidos que integran el tripartito catalán y la ACVOT, vuelven a unir sus destinos. Los que se vendieron al eslogan traidor, la paz, el diálogo, regresan al lugar de los hechos.
Hoy, después del "homenaje" a las víctimas, los mismos partidos que lo protagonizan autorizan otro homenaje, en esta ocasión a los terroristas de Terra Lliure. Lo van a celebrar en el mismo lugar donde cayeron los guardias civiles.