Pongamos que nos creemos, como dice el islamismo, que el velo islámico en las mujeres tiene un carácter religioso y es obligatorio para las musulmanas.
Pongamos que nos creemos también que cubrir la cabeza de las mujeres y solo de las mujeres es un derecho, como lo son la libertad de información y de opinión, y no una indecencia.
Pongamos, si todavía nos quedan tragaderas, que tapar a una mujer es equiparable a llevar colgado del cuello un Escapulario.
No hace falta ser demasiado pesimista para concluir que el gobierno Zapatero va a amparar el “derecho” de algunos hombres a tapar la cabeza de las mujeres aprovechando el atajo que le brindará la futura ley de “libertad” religiosa.
De esta forma, los padres tendrán legalmente reconocido el derecho a tapar la cabeza de sus hijas; los maridos, a tapar a la cabeza de sus esposas, sean cuantas sean; y los hombres en general a controlar y dar el visto bueno a la vestimenta de las mujeres.
De la misma manera que, gracias a Zapatero y a su idea de la igualdad, las mujeres verán reconocido su “derecho” a ser ocultadas por los hombres.
En virtud de otras dos de las normas señeras del proyecto Zapatero, la Ley de Igualdad y la futura Ley de Igualdad de Trato y contra la Discriminación, será necesario modificar unas cuantas normas y reglamentos más, ya que no será de recibo limitar el “derecho” a ocultar a las mujeres en ningún ámbito.
Por ejemplo, las guardias civiles femeninas deben tener derecho a usar hiyab, de la misma manera que lo tiene una estudiante en un instituto. Y si lo tienen ellas, ¿por qué se va a prohibir a los miembros de la Benemérita lucir turbante?