Nuestra izquierda, cada vez más agresiva, se muestra está dispuesta a
todo con tal de preservar sus privilegios. Y la progresía no se va a
detener ante los jueces del Tribunal Supremo, como no se detuvo ante la
democracia durante las lamentables jornadas de marzo de 2004.
Junto a ella, los miembros de la “cultura” de la ceja se mostraban a la altura de su cabecilla y aseguraban que van a hacer del caso Garzón algo similar a lo que hicieron con la guerra de Irak.
Pocas horas antes, en el mismo lugar, una universidad antaño centro del conocimiento y del culto a la razón y a la verdad, los sindicatos y una nutrida y selecta representación del PSOE y de IU jaleaban declaraciones del mismo jaez:
“Ha llegado el momento de una gran iniciativa restauradora. España necesita una transición ética y moral.”
Qué alcance tiene la expresión “una gran iniciativa restauradora” en boca de un dirigente de la izquierda española, es asunto que convendría aclarar a la mayor brevedad posible. Porque en nombre de la ética y de la moral, esa misma izquierda está cometiendo ya las mayores atrocidades sin descomponer la figura.
Lo que se percibe tras la histeria y las consignas de los acalorados participantes en los actos de ayer resulta preocupante. En la rabia no contenida de la señora Bardem; en las lamentables alusiones de Pedro Almodóvar a un implicado en tres crímenes; y en las apelaciones a la ética y a la moral de los sindicalistas, aflora un rencor que empieza a parecerse demasiado al odio.
Resulta muy difícil entender el extraño resentimiento de personajes que no han sido nunca víctimas de ninguna opresión, ni han sido perseguidos por injustos motivos, ni han conocido la miseria, ni malviven a causa de la persecución política.
Roza lo inexplicable el comportamiento de quienes, como ellos, tienen una gran responsabilidad porque sus palabras llegan a muchos y marcan criterios en la opinión pública.
¿De qué atroz campo de exterminio han escapado quienes transmiten con su mirada semejante rencor?
¿De qué páramo de la ignorancia proceden quienes consideran que la Historia empezó diez minutos antes de que ellos aparecieran en escena?
Con franqueza, mi país empieza a darme miedo.
En episodios anteriores:
La izquierda y las estrategias de destrucción
Danos la vida que llevas dentro y nosotros te la cambiaremos por tus sueños
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