Ni siquiera los más primarios xenófobos se acercarían a un colectivo cualquiera, el que fuere, y lo juzgarían pensando a priori, siempre, lo peor. Nos gusta vernos a nosotros mismos como tipos justos y ecuánimes, así que presumimos de concederle al otro la gentileza de la duda. Salvo cuando se trata de la Iglesia.
En lo que a mi concierne, de ninguna manera creo que haya una actitud premeditada de colaboración con el aborto en ninguna diócesis, ni una intención activa o pasiva de participar en esta historia de exterminio promovida por Zapatero. Absolutamente en ninguna diócesis. Pero respecto a este asunto hay preguntas, algunas de las cuales nunca hubiera querido hacerme.
1 El responsable de una organización no sabe, ni tiene por qué saber todo lo que pasa en ella. Sucede así en las empresas, en los gobiernos, en todo tipo de instituciones. ¿Por qué no iba a pasar también en las diócesis?
2 Se ha informado acerca de tres hospitales barceloneses en cuyo patronato o dirección aparecen miembros o representantes de sus respectivas diócesis o de órdenes religiosas. Pero conviene estar preparados: vamos a conocer más historias similares. Con la nueva ley del aborto y la consiguiente (y obligatoria) proliferación de abortos en los hospitales públicos, en todas partes se están exterminando embriones humanos. ¿Y acaso solo hay miembros de la Iglesia en los hospitales barceloneses y no en los del resto de España?
3 Estoy seguro de que, desde hace unos días, los obispos españoles van de cabeza tratando de averiguar dónde tienen presencia. Seguro que todos los palacios episcopales andan estos días revueltos y los nervios deben aflorar con facilidad. No me extraña pero ¿por qué no hacen públicas sus preocupaciones y sus gestiones? ¿Por qué estar siempre a la defensiva? ¿Por qué quedar a merced siempre, en todas las ocasiones conflictivas que se presentan, del titular insidioso?
4 Las informaciones sobre este asunto han aparecido hasta la fecha únicamente en el diario ABC, que no resulta sospechoso de defender un laicismo más o menos radical. Más que la insistencia de este medio en el asunto que nos ocupa, me llama la atención el silencio de otros. ¿Qué andan haciendo Público, El País, El Periódico? ¿El febril rastreo de hospitales en toda España a la caza de obispos todavía no ha dado fruto, colegas?
5 La diócesis de Tarrasa afirma en un comunicado que informó a los “superiores” de su supuesta participación en un hospital donde se practican abortos, y está a la espera de respuesta. En otro comunicado, la de Barcelona niega la mayor a pesar de la evidencia: afirma que en el hospital en el que participa no se practican abortos, aunque el Ministerio de Sanidad documenta lo contrario. ¿A qué “superiores” ha informado de estos hechos Tarrasa y en qué basa Barcelona su afirmación de que no hay abortos en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo?
6 La última pregunta, la más triste. Hace casi seis meses, un medio de comunicación, Religión en Libertad, dio la voz de alarma destapando la participación de estas dos diócesis barcelonesas en los patronatos de otros tantos hospitales donde se practican abortos. Ha pasado medio año, el asunto ha vuelto a la actualidad y, a través de ABC, hemos sabido que las cosas siguen igual. ¿Por qué?
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