La reacción del Gobierno y del PSOE ante el comunicado de los asesinos anunciando una supuesta tregua es muy significativo. El Ejecutivo socialista no se ha pronunciado. A primera hora de la tarde comunicó que estaba en contacto con los partidos nacionales y los vascos. Desde entonces, silencio absoluto.
Está tratando además de obtener el apoyo incondicional del PP, o al menos el compromiso de Mariano Rajoy de que no utilizará este asunto contra el Gobierno en un período cada vez más marcado por las inminentes elecciones regionales y locales y por el adelanto de las generales.
Si el todavía presidente del Gobierno logra la complicidad del PP y sus contactos, los mediadores internacionales, le confirman que ETA está dispuesta a olvidarse momentáneamente de matar a cambio de participar en las próximas elecciones, Zapatero tratará de vender a la ciudadanía que sus gestiones han tenido éxito y él es el político que ha logrado el fin del terrorismo en España.
Por ese motivo, lo único que se ha escuchado desde el PSOE en todo el día ha sido la irrelevante voz de Leire Pajìn, que se ha limitado a señalar la “insuficiencia” de la declaración de los asesinos.
Contrasta semejante mutismo con el monumental enfado de los socialistas vascos, que han dicho lo que toda la ciudadanía hubiera esperado oír de Zapatero si sus intenciones fueran rectas.
El presidente del Gobierno de los socialistas debería haber aparecido este mediodía por televisión para decir lo que esta tarde ha dicho Rodolfo Ares, el consejero de Interior del Gobierno regional vasco. No ha sido así porque Zapatero tiene demasiadas cosas que ocultar en este asunto.
Rodolfo Ares ha hablado del comunicado de ETA en términos de “fraudulento” y ha señalado que el Gobierno español y el vasco "no están en tregua" y “luchan con decisión contra ETA y contra quienes justifican a la banda”. Ha añadido que los terroristas enterraron las posibilidades de diálogo entre los cascotes de la T-4.
Zapatero ha perdido la oportunidad, otra más, para liderar la lucha por la libertad en España. Le hubiera ayudado a ello pronunciar las palabras que hemos escuchado de Rodolfo Ares:
“Este comunicado es absolutamente insuficiente porque los tiempos de las treguas han pasado y yo quiero hacer un llamamiento a los representantes de todos los partidos políticos democráticos, a los sindicatos, a los responsables institucionales para que no nos dejemos enredar por este anuncio.
Las treguas ya han pasado y lo único que la sociedad vasca espera de ETA es que anuncie que deja definitivamente la actividad terrorista.
ETA no sólo sigue sin adoptar ningún compromiso firme y creíble, sino que pretende, una vez más, erigirse en representante del pueblo vasco y tutelar la política vasca”.
Zapatero no ha dicho nada de todo esto. Y cuando aparezca ante las cámaras tampoco hablará en estos términos. No puede. Porque con quien está hablando es con los asesinos.