Cuando después de las próximas elecciones generales Alfredo Pérez Rubalcaba sea el nuevo presidente del Gobierno, ¿el Partido Popular se romperá? ¿O seguirá rindiendo culto a esa falsa unidad basada en el silenciamiento y el cálculo electoral?
Cuando Rubalcaba supere su sesión de investidura tras haber cerrado su pacto con los nacionalistas, para que socialistas y secesionistas sumen más votos que Rajoy, ¿el Partido Popular revisará su conducta de los últimos 4 años y pedirá cuentas a sus responsables? ¿O decidirá que donde caben tres derrotas, caben unas cuantas más?
Cuando se consume la primera secesión territorial bajo la presidencia de Rubalcaba, que mirará para otro lado con tal de seguir contando con los votos de PNV y CiU, ¿el Partido Popular romperá su pacto de hierro con los socialistas vascos? ¿O preferirá que el PP en Cataluña se aproxime a CiU para no quedar descolgados de la segunda secesión?