Eppur si muove! A pesar de las turbias sombras que se ciernen sobre algunos personajes del PP, los ciudadanos siguen votándoles. ¿Por qué?
Primer acto
Hasta ahora los miembros de las Cortes valencianas tomaban posesión de su cargo ante un ejemplar de la Constitución, otro de la Biblia y un tercero del estatuto de autonomía. Juan Cotino, el mejor consejero de Agricultura que ha tenido el Gobierno regional valenciano, juró su cargo como presidente de la institución como de costumbre pero añadió a los tres textos una cruz.
Acto segundo
Jesús Civera es el subdirector del equivalente al panfleto Público en Valencia. Su diario de llama Levante y es una publicación dedicada a insultar a los ciudadanos conservadores, incluidos los votantes del PP, y a jalear a los crepusculares socialistas, que en la Comunidad Valenciana van camino de convertirse en fuerza política residual.
Civera ha publicado este texto en el medio mencionado:
“Quizás Juan Cotino, el nuevo presidente de las Corts, no midió su gesto al colocar un crucifijo de respetables dimensiones en la mesa del hemiciclo, recinto sagrado de la representación popular.
Demasiado a menudo se olvida la distinción entre la esfera privada y el ámbito de legitimación popular. Y se olvida por impunidad y arrogancia.
¿Acaso Cotino no es consciente de que su gesto puede herir sensibilidades?
La imposición supone un ataque a la libertad. Rebasa una frontera: la de la razón democrática.
Esperemos que el gesto de Cotino sea efímero: la presencia ordinaria de un crucifijo presidiendo el hemiciclo supondría un desafío extemporáneo.”
Acto tercero
Ester López. 27 años. Fundadora de la asociación Guerra, Exilio y Memoria Histórica del País Valenciano. Diputada en las Cortes valencianas por Izquierda Unida. ¿Ideología? Dudosa. Una mezcla de consignas comunistas camufladas con eslóganes nacionalistas catalanes. Preside la Mesa de las Cortes luciendo una camiseta que reivindica una tercera república, algo que no está permitido por el reglamento de la institución. Promete el cargo de diputada con una frase que tampoco figura en el reglamento:
"Trabajaré por la clase trabajadora, por la ética y por el valenciano".
Fran Ferri. 26 años. Dirigente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales. Diputado de las Cortes valencianas por Izquierda Unida. Ha cobrado una cierta popularidad por “rezarle” al botellón. También por prometer el cargo con la tradicional frase Batasuna, que obviamente no figura en el reglamento:
"Por imperativo legal. Trabajaré por el valenciano".
Marina Albiol. 29 años. Diputada en las Cortes valencianas por Izquierda Unida. Preside la Mesa de las Cortes y promete el cargo luciendo una camiseta que exalta la complicidad con los terroristas de Gaza. Participa en la denominada “flotilla” a esa zona, formada por un grupo de europeos privilegiados que apoyan terrorismo palestino. Albiol actúa siempre como el invitado a una comida que le dice al anfitrión:
“Me lo voy a comer por obligación, pero vaya mierda de comida me has puesto”.
En su toma de posesión, Albiol también recurre a la exaltación republicana.
Mónica Oltra. Diputada de las Cortes valencianas por Iniciativa del Poble Valencià (similares consignas comunistas y eslóganes nacionalistas catalanes que IU y el resto de grupúsculos similares). Todavía se recuerda el día en que apareció en las Cortes con la camiseta que se puede apreciar en la fotografía. Más tarde comparó a Camps con Gadafi. Le gusta lucir en las Cortes valencianas camisetas que piden la tercera república, algo tampoco permitido por el reglamento.
El desenlace
El panfleto Levante nunca ha considerado que las provocaciones de los diputados de la menguante izquierda española ofendan “el recinto sagrado de la representación popular”.
Sus “juramentos” batasunos tampoco constituyen manifestaciones de “ impunidad y arrogancia” y no “hieren sensibilidades”. No son “un ataque a la libertad” ni “rebasan la frontera de la razón democrática”.
El futuro
La izquierda sigue preguntándose por qué desde hace demasiados años sus votantes decrecen. Ha llegado a la conclusión de que este fenómeno de momento imparable se debe a que ha dado un giro a la derecha.
“Hay casi unanimidad en las causas de la derrota de la izquierda. El PSOE ha perdido por un giro a la derecha” (Público, 24.5.11)
“Ahora, en las filas socialistas se habla de repensar el socialismo, en crisis profunda por culpa de los votos basura de la última debacle electoral. Siguiendo con el método de prueba/error, ¿por qué no probar con un pasito a la izquierda, a ver si así funciona?” (Público, 10.6.11)
A diferencia de lo que sucede en el PSOE, en el PP no se hacen ya preguntas. Saben que van a ganar sin haberse bajado del autobús. Y que una parte sustancial de la derecha ha votado a Ruiz Gallardón, a Fabra, a Alperi, a Monago, a Camps.
Pero si nada cambia en el bus de Génova, si no crecen los cotinos, dentro de cuatro, o tal vez de ocho años, también se preguntarán, como hacen hoy los fantasmas de Ferraz, por qué la derecha se está convirtiendo en una fuerza residual en algunas regiones de España y por qué el PSOE, a pesar de sus zonas de sombra en algunas regiones, sigue creciendo.