A las tertulias políticas de radios y televisiones les sucede lo que a la sal: tienes que ir dejándola si no quieres terminar en la UVI por causa de la segunda, o convertido en mono de repetición por las primeras.
1. Pelotas del actual Gobierno.
2. Pelotas del próximo Gobierno.
3. Pelotas de ambos.
4. pelotas de su gobierno regional.
5. Tipos que dicen obviedades con gran solemnidad.
6. Personajes que emplean una cantidad inaudita de palabras para contar cosas que pueden expresarse en tres o cuatro, a lo sumo.
7. Señoras muy nerviosas.
Junto a estas siete tristes tipologías de lo que Del Olmo llama, en su pésimo uso de la lengua, “tertulianos”, he dado con dos o tres personas brillantes, concisas, rigurosas e interesantes. Pero estas apenas han hablado.
Con este panorama no resulta extraño que la mitad de las cadenas de radio se dedicara hoy a ensalzar a la ministra de Sanidad y la otra mitad, a vilipendiar a Leire Pajín. Casi nadie decía lo que pensaba, y se notaba mucho, pero esa no parecía ser la finalidad de las distintas tertulias.
Y el caso es que el bikini de la Pajín no es un asunto baladí. La prenda lleva varios años en el BOE. Como miembro del cortejo de del ministro de Exteriores de turno, como cargo electo, como hija de tránsfugas algo más que oportunistas en Benidorm, como muñidora de interesadas conspiraciones en la Comunidad Valenciana, como despilfarradora del dinero de los ciudadanos en tournées por países menos desarrollados, como la ministra de Sanidad menos preparada (nada) de la Unión Europea o la OCDE, como impulsora de políticas de exterminio de seres humanos en los viejos territorios coloniales europeos, etc., etc.
Así que la cuestión no es si le sienta bien o no el tal bikini, sino cuánto nos cuesta aquello que contiene y si estamos pagando por ello su precio real de mercado.
Pero esa no es la realidad que se maneja en las mencionadas tertulias, que parecen divididas entre los que reprochan la publicación de las fotos y los que se ríen de esta señorita pero tratan de justificarlo.
Curioso: unos y otros son los mismos que luego acusan al Gobierno y al PSOE de tramar oscuras conspiraciones para lanzar sobre la opinión pública asuntos que la distraigan de los problemas reales de la nación.
Yo me he desenganché hace años de las tertulias. Te recomiendo que lo pruebes. Descubrirás la libertad de pensar por ti mismo. Y no tendrás que sacudirte el polvo al apagar la radio, o la tele.