El grupo de asuntos sexuales de Izquierda Unida (“¡Las transmaribibolleras también somos clase obrera!”) pide la ruptura de España con la Santa Sede porque el Papa no defiende el cambio de sexo ni llama “familia” a las parejas homosexuales.
Desde el discurso de Benedicto XVI ante el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede, en el que el Papa defendió la institución familiar, el Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de Izquierda Unida (ALEAS IU) anda revuelta.
Los/las “transmaribibolleras” (¿por qué no hay “transmaribibolleros”?) de la clase obrera sostienen que están destinados/destinadas “a propagar el compromiso con la libertad y la emancipación propia y del conjunto de la Humanidad”, lo que al parecer choca de frente con las siguientes afirmaciones del Santo Padre:
“La educación necesita de lugares. El primero es la familia, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer. No se trata de una simple convención social, sino más bien de la célula fundamental de toda la sociedad. Las políticas que suponen un ataque a la familia amenazan la dignidad humana y el porvenir mismo de la humanidad. El marco familiar es fundamental en el itinerario educativo y para el desarrollo de los individuos y los estados.” (Benedicto XVI, 9.1.12)
La agrupación político-genital de Izquierda Unida ha reflexionado sobre estas palabras y ha terminado sacando la siguiente conclusión:
“Ante estas nuevas declaraciones de odio y discriminación hacia la diversidad, el Área de Libertad de Expresión Afectivo-Sexual de Izquierda Unida exige una rectificación pública y urgente por parte de los representantes eclesiásticos, así como una condena firme y unánime por parte de las instituciones democráticas de nuestro país.
Los repetidos ataques de la jerarquía católica contra los derechos de la diversidad sexual y familiar ejemplifican las posiciones de una institución retrógrada, caduca, intolerante y antidemocrática, en perfecta conexión con las posturas discriminatorias del Partido Popular.” (ALEAS IU exige la ruptura inmediata del Concordato con el Vaticano)
La obsesión de IU por la Iglesia no es nueva. Tampoco la de su fracción afectivo-sexual. A propósito de la última fiesta del denominado orgullo, ALEAS IU sirvió una nueva muestra de su peculiar laicismo genital, en esta ocasión trufado de “análisis” económico:
“Todas ya sabemos que la institución eclesiástica practica activamente la homofobia, bifobia, lesbofobia, transfobia, y el heterosexismo, señalando y discriminando a todo aquella persona que se escape de la norma, aunque no compartan su misma fe. La salud no escapa de sus dogmas (…)
La Iglesia Católica no va a renunciar tan fácilmente a todo lo que ha sido suyo durante mucho tiempo: la capacidad de someter a las personas, sobre todo a las mujeres y las transmaribibolleras a sus dogmas a través de diversos métodos derivados de sus privilegios (…)
A las transmaribibolleras se nos está cargando con las consecuencias de una crisis que no hemos causado, de un déficit de democracia y de un modelo de estado arcaico (…)
Es inadmisible que la visita del Papa cueste cien veces más que la celebración de Orgullo LGTB.” (Manifiesto ALEAS IU - Orgullo LGTB 2011)
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