A pesar de algunos gestos loables, el Gobierno del Partido Popular se está comportando como fiel guardián de las esencias de la izquierda y del pensamiento políticamente correcto del “progresismo”. [Todas las capturas proceden del Boletín Oficial del Estado número 74, sec. III, pág. 25824 y ss, 27.3.12. Pincha sobre ellas para ampliar.]
El Gobierno de Mariano Rajoy es muy libre (o no) de hacer lo que le plazca. Y otro tanto haremos muchos de los ciudadanos que le votamos y cien días después nos planteamos la cuestión en términos cada vez más sencillos: o el PP recupera su identidad, o tendrá que pedir el voto a su izquierda.
Las últimas subvenciones del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad son el mejor argumento para disuadir al votante popular. Y a la vista de ellas y de la complicidad del Gobierno de Mariano Rajoy con las políticas más conspicuas del PSOE y con las que encarnaron el proyecto Zapatero, se va abriendo con mayor claridad un hueco electoral importante: el de los antiguos votantes del Partido Popular, hoy traicionados por sus representantes.