Cádiz era en aquella época la ciudad de moda cuyo prestigio consolidarían las nuevas ideas constitucionales y liberales. Aunque la elección de la sede parlamentaria respondía a motivos estratégicos, los diputados no podían encontrar en ningún otro lugar de España un ambiente más favorable a sus objetivos.
Gracias a su importante actividad comercial Cádiz era una ciudad cosmopolita en la que vivían muchos italianos, franceses, alemanes, flamencos e irlandeses. Los archivos prueban que muchos de aquellos extranjeros terminaron adoptando la nacionalidad española y permanecieron en Cádiz aunque su país de origen se encontrara en guerra contra España.
A los contactos comerciales se sumaban los culturales. De Francia llegaron a Cádiz con gran rapidez y facilidad las ideas políticas y sociales y de Inglaterra la educación, pues era costumbre de la época que los gaditanos pudientes enviaran a sus hijos a estudiar a Londres. Aunque la estructura educativa de la ciudad no carecía de recursos. En Cádiz estaba la primera Facultad de Medicina de España, se podía estudiar náutica y comercio y la ciudad contaba con veinte librerías.
La existencia de una burguesía fuerte y cohesionada reforzaba el ambiente cosmopolita y culto de la Cádiz de principios del siglo XIX. En la ciudad los comportamientos aristocráticos estaban muy mal vistos y el trabajo el esfuerzo personal constituían la base de la moral colectiva. Nobles eran los altos dignatarios del Rey pero Cádiz estaba en manos de sus burgueses, que se enfrentaron a los privilegios de la Corona cuantas veces pudieron.
El riquísimo comercio americano del que se beneficiaba la ciudad alejaba de ella la miseria que se veía en las calles de cualquier otra población española. Mientras hubo colonias, en Cádiz nunca faltó trabajo y las diferencias sociales no presentaban el injusto panorama de otras ciudades gracias también a que el acceso a la educación era más fácil.
Alcalá Galiano escribió:
“Las clases bajas, en su tono y modos, apenas se diferenciaban de las altas (...) como si un espíritu y práctica de igualdad social no dejase lugar ni a la sumisión ni a la envidia o al odio por ella engendrado contra los favorecidos por la fortuna, a quienes tampoco consentía el uso que fuesen desdeñosos.”
La ciudad que acogió la convocatoria de Cortes exportó a Madrid y al resto de la Península la costumbre de las tertulias, que, presididas por mujeres, nacieron en Cádiz como lugar de encuentro donde debatir asuntos de todo tipo, y destacó también como la más limpia y cuidad de España. Los viajeros de aquellos días destacaban la presencia de sistemas de alcantarillado y el hecho de que cada día se limpiaran las calles y se recogieran las basuras de los vecinos, servicios que no existían en Madrid.
Cádiz también puso de moda un nuevo tipo de establecimiento al que se llamó ‘café’. A aquellos lugares los gaditanos acudían para beber el producto recién traído de América, para leer los periódicos extranjeros, de los que todos los cafés disponían, y para jugar al billar.
Algunas de las más esenciales señas de identidad del posterior liberalismo español, el igualitarismo, el empeño en mejorar la situación económica de los ciudadanos, la preocupación por la educación y la cultura y la moral burguesa del trabajo y la riqueza, tenían su origen en la Cádiz que recibió a los miembros de las Cortes.
En un nuevo paso hacia la plena aceptación del nuevo concepto de soberanía, el juramento de los diputados incluía el siguiente compromiso:
“Juráis desempeñar fiel y legalmente el encargo que la nación ha puesto a vuestro cuidado, guardando las leyes de España, sin perjuicio de alterar, moderar y variar aquellas que exigiese el bien de la nación?”
El 24 de septiembre de 1810, el diputado por Extremadura Diego Muñoz Torrero tomó la palabra. El Diario de las discusiones y actas de las Cortes recoge la actividad de aquel primer día de debates:
“Expuso cuán conveniente sería decretar que las Cortes Generales y Extraordinarias estaban legítimamente instaladas: que en ellas reside la soberanía: que convenía dividir los tres Poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, lo que debía mirarse como base fundamental al paso que se renovase el reconocimiento del legítimo rey de España el Sr. D. Fernando VII, como primer acto de la soberanía de las Cortes: declarando al mismo tiempo nulas las renuncias hechas en Bayona, no solo por la falta de libertad, sino muy principalmente por la del consentimiento de la nación.“
“La Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona. (...)
La soberanía reside esencialmente en la Nación, y, por lo mismo, pertenece a esta exclusivamente el derecho a establecer sus leyes fundamentales.”
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Este texto pertenece al libro Salvapatrias y cruzados. Historias de los golpes de Estado en España (Espasa Calpe, 2002).
La Junta de Andalucía convoca todos los años los Premios Rosa Regás para premiar a aquellos docentes que presenten nuevas ideas para adoctrinar a los menores y dejarles muy clarito desde el principio de su vida social que el género y el sexo son cosas distintas y, como la patria, discutidas y discutibles.
Los galardones de la que ejerció como censora mayor de la Biblioteca Nacional entre 2004 y 2007 premian a los docentes que muestran más esmero a la hora de introducir la ideología de género en el sistema educativo público:“Reconocen el material curricular que destaque por su valor coeducativo y colabore a desarrollar en el alumnado sus capacidades cognitivas, emocionales y éticas, sin sesgos de género”.
Con la loable intención (o quizá solo con la excusa) de educar en la igualdad entre hombres y mujeres, el PSOE instrumentaliza un servicio hasta ahora público, la educación, y una administración hasta ahora en relativo funcionamiento, el gobierno regional andaluz, para ponerlos al servicio de la construcción de su modelo de sociedad. Un modelo que solo podrá convertirse en realidad si se aniquila el actual.
Para ello, el proyecto destructor del Partido Socialista debe erradicar el concepto de responsabilidad individual, sustituyéndola por la decisión del Estado, para lo cual ha de someter los valores tradicionales de la sociedad a un proceso de centrifugado. A eso el Gobierno del PSOE lo llama “sistema educativo”.
Un somero repaso a los trabajos premiados en los últimos años permite hacerse una idea bastante precisa del carácter de este concursito de géneros sin sesgos de sexo. También proporciona pistas acerca del destino del dinero público en la educación.
Estos son algunos de los trabajos premiados en las últimas ediciones de los Premios Rosa Regás:
Los jurados que conceden los Premios Rosa Regás están formados por personas procedentes de:
La Dirección General de Participación e Innovación Educativa de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucia.
El Instituto Andaluz de la Mujer.
El Seminario de Coeducación de la Universidad de Málaga.
El Servicio de Convivencia e Igualdad de la Consejería de Educación.
El coste de los Premios Rosa Regás ascendió en su última convocatoria a los 21.000 euros.
Ningún sindicato de la enseñanza se ha manifestado en Andalucía contra la supuesta utilidad educativa de estos galardones.
A través del denominado Programa Raíces, la Xunta gallega, la Generalidad catalana y la Junta de Andalucía subvencionan con 400.000 € la realización de documentales en Argentina.
En su última reunión, celebrada en Huelva, los miembros de este organismo han decidido, entre otros acuerdos, conceder una subvención de 80.000 euros al documental Pare, mire, escuche, producido por Dos treinta y cinco Producciones Cinematográficas, S.L., radicada en Galicia, Uzala Films, en Andalucía, y una productora argentina.
El documental se rodará en Argentina y cuenta las actividades de un tren hospital que recorre el norte de aquel país. El Programa Raíces está integrado por el Consorcio Audiovisual de Galicia, el Departamento de Cultura de la Junta de Andalucía (a través de la Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales), el Institut Català de les Indústries Culturals (ICIC), y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA).
Las autoridades de Cuba y Venezuela han manifestado su interés en integrarse en el programa. Las cantidades aportadas durante el pasado ejercicio fueron las siguientes: - Departamento de Cultura de la Junta de Andalucía:100.000 euros. -Institut Català de les Indústries Culturals:150.000 eros. - Consorcio Audiovisual de Galicia: 150.000 euros. - Instituto Nacional de Cine de Argentina: 200.000 euros.
La IX Reunión de Alto Nivel Hispano-Marroqui a celebrar en Madrid contará con la presencia de los representantes de los gobiernos regionales de Canarias y Andalucía. Las dos delegaciones tienen confirmada su asistencia a la cumbre.
En octubre pasado, el nacionalista canario Paulino Rivero solicitó por carta a Rodríguez Zapatero su participación en el encuentro, al que el año pasado había sido invitado el anterior presidente regional canario.
El gobierno de la nación ha comunicado que los objetivos de este encuentro son la profundización de las relaciones entre ambos Estados, el seguimiento de los asuntos que conciernen a los dos países y el análisis de proyectos de interés para ambos.
Qué pintan en esa reunión las dos autonomías es asunto que el Ministerio de Asuntos Exteriores no ha aclarado. Existen numerosos precedentes de participación de representantes de administraciones regionales en las relaciones internacionales de la nación.
En el momento en que Rodríguez Zapatero, en la pasada legislatura, abrió la puerta a la presencia de miembros de la Generalidad catalana en reuniones bilaterales con Francia, las reuniones internacionales de España se han convertido en una procesión de banderitas de paisitos inexistentes, debidamente escoltadas por cargos electos deseosos de disfrutar de sus dietas y funcionarios regionales en número indeterminado.
Numerosos países han expresado en reiteradas ocasiones al gobierno socialista su deseo de que las delegaciones regionales no asistan, o permanezcan en la antesala y aparezcan tan solo para hacerse la foto. Pero el espectáculo internacional de nuestro país desde que proliferan "naciones" por doquier es ya difícil de controlar porque el Gobierno necesita garantizarse el apoyo de los nacionalistas y a la oposición se le han olvidado las ideas que estuvo defendiendo durante años.
Frente a esta situación, sorprende que el progresismo nacionalista que gobierna la nación y algunas autonomías continúe jactándose de que el país no se ha roto. Resulta cuando menos delicado hablar de unidad nacional cuando el Gobierno no puede acudir a un encuentro internacional solo, mientras existen 17 presupuestos regionales destinados a "relaciones exteriores". O cuando una empresa ha de cargar con tantas normativas, reglamentos, decretos y regulaciones como delegaciones tenga en un mismo (supuesto) mercado. O cuando una institución pública, un parlamento regional, por ejemplo, contrata intérpretes de español en España, como ha sucedido en varias autonomías.
El ciudadano que se queda en paro en la localidad madrileña de Aranjuez y acude a su oficina de desempleo en busca de ofertas de trabajo, recibirá todo tipo de detalles acerca de posibles puestos vacantes en toda la provincia de Madrid. Pero si hay doscientas plazas vacantes en Ocaña, a escasos 16 kilómetros de su lugar de residencia, nunca tendrá conocimiento de ello. Porque Ocaña pertenece a la provincia de Toledo y eso es otra autonomía. Cuando algunos pretenden que España no se está rompiendo, ¿a qué se refieren? Tal vez tendrá que aparecer una grieta en medio de la Península para que dejen de engañarse (o de engañarnos).
Traicionaron con Cataluña, pretenden recibir la absolución con Andalucía. El PSOE repita su propia historia y todos los errores del pasado: ¿cuánto tendremos que dejarnos por el camino a la hora de arreglar tanta barbaridad?
No hace falta remontarse a décadas remotas. Basta con recordar cómo reventaron las autonomías precisamente en Andalucía, cuando el malhadado estado de las autonomías era un pasteleo de los pardillos protagonistas de la transición con los nacionalistas, todavía disfrazados de corderos.
¿Cuánto tiempo tendremos que recordar que a la ciudadanía todo este asunto que llaman territorial le importa un rábano? Y precisamente es esta cuestión la que se ha convertido en el centro de la vida política y en la columna vertebral de un partido y de un gobierno que se cree legitimado para hacer lo que le venga en gana.
Pero vamos de mal en peor. Por más que el voluntarioso Javier Arenas vaya a San Telmo para que Chaves escenifique la falacia del diálogo según san Rodríguez, todo está preparado desde hace mucho tiempo en la pista de despegue de la legalización de la insolidaridad interregional.
Ni Arenas, ni Rajoy, ni todo el PP junto (en el supuesto de que hoy por hoy el PP caminara en todas las regiones hacia un mismo lugar) van a lograr que los planes de Rodríguez entren en una fase de consenso. Los socialistas han decidido que no hace falta exterminar a la oposición: basta con ignorarla y marginarla sistemáticamente.
Ante nosotros el paisaje resulta siniestro: el Gobierno empieza a parecerse a aquellos otros que antaño forzaron la Historia de España mediante golpes palaciegos.
Pero es que además los sectores del PP que rectifican lo defendido hasta ahora por Mariano Rajoy van aumentando. El líder popular ha respaldado a la dirección catalana del partido y armados con los favores del jefe, los dirigentes del PPC han decidido apoyar la política xenófoba mediática del partido que subvenciona con dinero público el porno siempre que sea en catalán. También una educación que expulsa a los castellanohablantes y una legislación comercial que los persigue.
En cuanto al PP de Madrid, el santa santorum de las esencias liberales de Génova, ¿está pasando algo insospechado? ¿Han empezado a hacer cosas raras que podrían señalar hacia un cambio de rumbo en relación con la política antiterrorista de Rodríguez?
¿Qué proporción de nacionalismo puede asumir una sociedad libre sin dejar de serlo?
La plataforma Andalucía por sí ha organizado una manifestación en Sevilla para reclamar que Andalucía sea defina como nación en su nuevo estatuto. Estas son las organizaciones que se han adherido: IULV-CA, PA, CUT-BAI, PSA, PCA, Juventudes Comunistas de Andalucía, sindicato SOC, más algunas oenegés.
De acuerdo, todos ellos juntos podrían celebrar su congreso en el interior de un taxi y tal vez sobrara espacio para enseñarle a algún turista la ciudad. Pero ello no impide hacerse la pregunta: ante la contaminación nacionalista por todas partes, ¿cuánto nacionalismo puede tolerar el sistema democrático sin empezar a deteriorarse?
En Cataluña, el País Vasco y Galicia el porcentaje es tan alto que ya ha empezado a mermar las libertades ciudadanas. La Comunidad Valenciana, Baleares y Navarra están en capilla y corren el mismo peligro que las autonomías "históricas".
En BBS estamos convencidos de que la próxima autonomía que caerá en manos de la fiebre identitaria y pasará a engrosar las filas de la vergüenza etnicista será la Comunidad Valenciana. El PP gobernante en aquella región ya ha puesto las bases para facilitar, vía sistema educativo, el tránsito hacia la extensión de la estupidez cantonalista.