En su particular operación “Rescatemos el voto de la derecha para suceder a Mariano”, Alberto Ruiz-Gallardón está buscando con ahínco el voto conservador desde que accedió al Ministerio de Justicia. Pero sin olvidar que también necesita el apoyo de El País. Así que a unos nos da declaraciones y a otros filtraciones.
Visto desde posiciones conservadoras, causa risa la pretensión de que el PP de Rajoy y Gallardón tenga ideología. Salvo que desde el PSOE y desde sus medios se estén refiriendo a sus veleidades socialdemócratas, únicas pinceladas ideológicas que hemos visto desde la toma de posesión.
El País cuenta que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, está pensando en reducir muy ligeramente la cifra de seres humanos exterminados. Según este periódico, que cita fuentes gubernamentales, la reforma del aborto que planteará Gallardón en el Congreso de los Diputados mantendrá un solo supuesto, el coladero por antonomasia, la salud psicológica de la madre, y seguirá el modelo alemán.
Tres consideraciones al respecto:
1. El modelo alemán consiste de facto en el aborto libre hasta el tercer mes de embarazo.
2. En Alemania se producen con este modelo algo más de 108.000 abortos al año.
3. La propuesta que adelanta El País supondría pasar de un aborto libre hasta la semana 14 a un aborto libre hasta la semana 12.
¿Consideras razonable que el PP avale el exterminio de seres humanos, pero reduzca su cantidad?
La información que adelanta El País puede leerse en Gallardón traslada a las mujeres que aborten la decisión última.
Cuando el dirigente popular abandone su actual cargo, el Estado encargará el correspondiente cuadro para colgar en las paredes del Ministerio. Y ese cuadro debería titularse Gallardón toreando al votante conservador.
La más llamativa actividad de Alberto Ruiz-Gallardón desde que llegó al Ministerio de Justicia ha consistido en lanzar gestos amistosos hacia los electores y militantes conservadores de su partido. Sin embargo su gestión ha consistido en hacer lo contrario de lo que ha predicado.Su objetivo es consolidar su candidatura a la sucesión de un Mariano Rajoy en horas muy bajas y con un serio deterioro en su capacidad de liderazgo. Mientras el actual presidente del Gobierno y su equipo ponen en evidencia que la estrategia de economía, economía y solo economía responde a una dramática carencia de ideas y convicciones y a una ausencia total de modelo de sociedad, Ruiz-Gallardón se erige en el único ideólogo eficaz de la actual cúpula popular:
En cuanto al proyecto, las ideas y la estrategia de Gallardón cada día recuerdan más a la de otro gran trilero de la vida pública española, José Luis Rodríguez Zapatero: llamativas declaraciones, potentes titulares, propuestas de actuación atrevidas, sabio manejo de los tiempos y sentido de la oportunidad... Solo que Zapatero pasaba a la acción de manera contundente.
El ministro de Justicia ha anunciado las medidas que los votantes conservadores y la inmensa mayoría de la militancia del PP estaba deseando escuchar. Como el anterior presidente del Gobierno con sus electores y su partido. Pero ha hecho lo que el PSOE ha dispuesto que se hiciera.
La retórica provida
“Hay una violencia de género estructural contra la mujer por estar embarazada”. Frases como esta entusiasmaron a las organizaciones defensoras del derecho a la vida a principios del mes de marzo. Desde entonces el ministro de Justicia no ha avanzado un solo milímetro en su supuesta reforma de la legislación abortista.
Peor todavía: ha logrado que algunos le feliciten por la abolición del aborto eugenésico sin haber tocado una coma de la ley Zapatero-Aído que lo legalizó. En el arte de la comunicación (y la manipulación) el exalcalde le da cien vueltas al mismísimo Rubalcaba de los viejos tiempos. O a su amigo Bono. Y con sus declaraciones sobre el aborto ha sido capaz además de camuflar el regalo que le ha hecho al PSOE: el Consejo General del Poder Judicial.
La retórica antiterrorista
“La victoria final [frente a ETA] habrá de ser dentro de la instituciones y su representación democrática y no al margen de éstas”. “No se reducirán las condenas de los etarras que se arrepientan”. Más frases con las que cualquier votante conservador soñaría. Pero:
Estos últimos días, en pleno marasmo económico y con un jefe de Gobierno convertido en centro de todas las críticas, Gallardón ha vuelto a postularse desde La Razón con unos resultados espectaculares.
Con solo una entrevista el ministro de Justicia vuelve a ser el centro de la actualidad justo cuando se especula con un Gobierno de concentración o con un relevo en la cúpula del Ejecutivo.
Pero su aspiración en este o en un futuro Gobierno no es cambiar el modelo de sociedad impuesto por el PSOE sino hacerlo más digestivo para la derecha.
Al PP de Mariano Rajoy le falta tiempo para apoyar las políticas más conspicuas del zapaterismo. Ahora en la ONU, de la mano de Bibiana Aído y con el aborto. Ayer con EpC. Siempre con su sumisión a los valores de quienes tienen como único objetivo destruir nuestro modelo de sociedad.
El Gobierno de Mariano Rajoy no solo está manteniendo el apoyo económico a los programas que propugnan la ideología género en el tercer mundo (el principal instrumento del nuevo colonialismo), sino que quiere reforzar en España políticas como las promovidas por personajes tan siniestros como Bibiana Aído.El Ministerio de Ana Mato, uno de los miembros más lamentables del consejo de ministros, se ha reunido con Michelle Bachelet, la representante de ONU Mujeres, para asegurarle que no solo no tocará una coma de la legislación relativista impuesta por el anterior Gobierno socialista, sino que España seguirá siendo el país que más contribuye a los programas coloniales de ideología de género de ONU y para comprometerse a trasladar a nuestro país las últimas ocurrencias del departamento de Naciones Unidas que dirige la expresidenta chilena y asesora la exministra del aborto (Aído vuelve a aparecer en la política española).
A pesar de su abrumadora mayoría absoluta y de que lleva tan poco tiempo en el Gobierno, no hay un solo ámbito de la política nacional en el que el PP no nos haya traicionado:
Que en el seno del PP la división no se haya explicitado todavía, que no sea pública y manifiesta y no haya empezado a acogotar a Mariano Rajoy y a los dirigentes de este PP desleal con sus electores, empieza a decir muy poco de quienes dicen sentirse incómodos dentro de esa formación.
Empiezo a pensar que a los buenos del PP les preocupa más diseñar la operación de manera que ellos mismos sobrevivan, que regenerar la política nacional.
Otra vez nos falla la clase política. Incluso aquella que parecía convertirse en nuestra última tabla de salvación.
¿A qué demonios estáis esperando?
Ante las expectativas levantadas por el cambio de gobierno en España, el movimiento provida se mueve desde hace un mes entre el posibilismo y la impaciencia. A la primera opción se acaba de apuntar uno de sus representantes más respetados, Benigno Blanco.
En un artículo aparecido en ABC el pasado viernes con el título de Propuesta del PP sobre el aborto, el presidente del Foro Español de la Familia glosa el texto del voto particular que el Partido Popular presentó en la comisión de igualdad del Congreso de los Diputados en 2009, cuando se empezó a tramitar la vigente ley del aborto.Entre otras cosas, el PP denunciaba en aquel documento, a través de Soraya Sáenz de Santamaría, el fraude de ley que supone el supuesto de la salud de la madre y/o del feto y rechazaba considerar el aborto como un derecho (lo que supone reconocer que existe el derecho a matar).
Benigno Blanco elogia el texto, elaborado hace casi tres años por el PP en la oposición, y considera que constituye la base sobre la que el Gobierno de Mariano Rajoy elaborará su reforma de la ley del aborto.
Blanco sostiene incluso en su artículo que el PP “incluyó en su programa electoral” los puntos mencionados en su voto particular de 2009. Pero nada más lejos de la realidad. La afirmación del presidente del Foro Español de la Familia es, por desgracia, tan solo un recuerdo alterado por el paso optimista del tiempo.
La única mención al aborto que aparecía en el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones legislativas de 2011 (2 líneas en 214 páginas) era esta:
“Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.” (Programa del Partido Popular para las Elecciones Generales de 2011, pág. 108)
A pesar de tamaña parquedad, es obvio que buena parte de los partidarios de derogar la ley del aborto y muchos activistas provida españoles han votado al Partido Popular. Es imposible conocer sus motivos. ¿Por sentir honestamente que el mal menor puede ser también el bien posible en las presentes circunstancias? ¿Por valorar otros asuntos, además del aborto? ¿O por pura reacción frente a las atrocidades del período Zapatero?
Poco importan ya los motivos. Ahora es el tiempo de los resultados. Tiempo de exigir al Partido Popular que ponga negro sobre blanco lo que no expresó con suficiente claridad en su programa electoral pero sí dijeron muchos de sus dirigentes. Lo que expresaron con rotundidad algunos de ellos. Lo que defiende la abrumadora mayoría de sus militantes y la mayor parte de sus votantes.
¿Pero qué hacer mientras se sustancian los hechos? Benigno Blanco parece decantarse por la reflexión y el apoyo optimista a un Gobierno que solo sabe hablar de economía y únicamente lleva tres semanas en el poder. Es quizá la posición más sensata.
La más sensata si las primeras tres semanas de gobierno de Mariano Rajoy no nos hubieran traído tanta desazón. Hete aquí que echamos a Zapatero y su destructivo PSOE para encontrarnos con un PP que utiliza su mismo lenguaje.
En sus primeras semanas de actuación, el Gobierno popular se ha sometido a los códigos políticamente correctos del progresismo zapatero; ha nombrado para algunos cargos de especial relevancia (investigación con embriones, víctimas del terrorismo, comunicación) a significados personajes del período zapatero. Y las escasa ocasiones en que no ha hablado de economía, lo ha hecho únicamente de violencia “de género”, asumiendo en una sola frase el lote completo de la tóxica ideología de género.
Quisiera compartir el optimismo del presidente del Foro Español de la Familia con respecto a la derogación del aborto. Pero no se me olvida que cuando conseguimos colarnos en Moncloa durante el primer consejo de ministros del Gobierno popular para recordarle al Ejecutivo su compromiso con la vida, Soraya Sáenz de Santamaría respondió muy rumbosa afirmando que “el PP cumple sus compromisos”… para afirmar a continuación que quieren “reformar la ley del aborto”.
Lo que muchos, y desde luego de manera destacada Benigno Blanco, venimos pidiendo desde hace tanto tiempo no es precisamente una reforma sino la derogación de una legislación que se lleva por delante cada día a 300 seres humanos.
Muchos dirigentes del PP están por la labor. Pero esa intención no termina de cuajar. La presión firme y decidida sobre el Gobierno es hoy fundamental. Y por ello las actitudes complacientes solo sirven para retrasar la solución definitiva de un asunto que nos avergüenza como sociedad y como civilización.
RAE: oxímoron. (Del gr. ὀξύμωρον). 1. m. Ret. Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador.
P. ej., izquierda y vida.
P. ej., libertades civiles y progresismo.
En Barcelona ha empezado algo nuevo y llamado a tener una notable importancia y proyección en toda España.
Los católicos de Barcelona siguen saliendo a la calle en medio de agresiones, insultos, blasfemias y ataques a sus ideas y a sus creencias.No importa. "Armados" con Rosarios y amparados en la oración, católicos de toda España hemos empezado a ocupar las calles para pedir a Dios ante los abortorios el fin de esta masacre.
Carece de importancia lo que nos encontremos enfrente. Nuestra misión no consiste en responder a las agresiones sino en rezar. Eso es todo. Ni siquiera esperamos ver los frutos de nuestras oraciones. Ese es asunto que solo concierne al Señor.
Meros instrumentos de su voluntad, seguiremos saliendo a las calles. Y como mucho, echaremos de menos a nuestros pastores. Los obispos de Estados Unidos acompañan a los fieles en estas procesiones ante los abortorios. Nosotros seguimos huérfanos de nuestros dirigentes en las calles. Pero tampoco importa demasiado.
En esta historia de exposición publica de nuestra fe y de lucha contra la barbarie a través de la oración, lo único importante es pedir al Espíritu que nos ilumine y nos ayude a perseverar.
Muchas gracias a las personas que cada día 25, en Barcelona, dan razón de su fe.
Hoy es día 25. En numerosos lugares de España, grupos de cristianos se reúnen frente a los abortorios para rezar por el fin del exterminio de seres humanos. Y en algunos sitios, como Barcelona, los mercenarios de la industria del aborto se disponen a atacar a quienes no tienen en las manos otra cosa que una cruz y una oración.
Disfrazados de ideólogos de un extraño “progresismo”, de la más discriminatoria “igualdad” y de palabras cuyo significado desconocen, como la palabra “derechos”, los nuevos bárbaros convocan a su aquelarre mensual:“¡Fuera ultracatólicos de nuestras calles!”
Les hemos visto tantas veces a lo largo de la Historia, exterminadores anónimos de libertades y de tantas vidas en la Rusia de los años 20, y 30, y 40, y 50, en la España de los 30, en Ucrania, en China, en Indonesia, en Camboya, en Tibet, en Cuba.
Como siempre, reclaman la propiedad de las calles y de las mentes de quienes osan pisarlas. Los tiranos de la historia tienen hoy la misma cara que hace 50 años, 100, 1.000. Gritan las mismas atrocidades. Atacan a las mismas personas, a las inocentes, a las que nunca responden. Porque no quieren o porque no pueden.
Tarados morales, analfabetos de la civilización, deformaciones de la especie, la chusma que ocupa ilegalmente nuestras calles y pretende hacerse con nuestras voluntades vuelve a salir hoy a la calle porque un grupo de cristianos, en Barcelona, quiere rezar delante de un abortorio.
Pobre ideología la de aquellos que muestran tanta cólera ante algo que deberían considerar irrelevante: si no creen, si Dios no existe y nosotros pertenecemos a una secta de tarados, ¿a qué esta violencia?
Ha presentado un plan cuatrienal para su diócesis. 47 páginas de prolijas explicaciones. Ni una palabra sobre los hospitales que están a su cargo y en los que se practica el exterminio de seres humanos. El cardenal Sistach vuelve a olvidar que el aborto es un pecado que clama al Cielo y escandaliza a sus fieles.
¿De qué habla Monseñor Lluis Martínez Sistach en las 47 páginas de su plan cuatrienal? De economía. De la crisis. De economía. Y de economía. Muy loables intenciones y medidas se extienden a lo largo del texto para socorrer a las victimas de la presente situación económica.
Pero de las otras víctimas, las mortales, a razón de varios cientos por día, ni una palabra. Choca por ello que el título que encabece el extensísimo plan pastoral diocesano firmado por el cardenal Sistach sea:
"Haced todo lo que Jesús os diga".
Tal vez en la diócesis de Barcelona no han encontrado un texto de las Sagradas Escrituras donde se especifique que en los hospitales católicos de la diócesis barcelonesa no pueden practicarse abortos. A lo mejor tampoco consideran dignas de ser tenidas en cuenta todas las referencias al respecto de al menos los dos últimos Papas.
Quizá en la diócesis de Barcelona están demasiado ocupados tratando de evitar que el templo de la Sagrada Familia caiga en manos de los fieles, que con su osada pretensión de asistir a ceremonias religiosas con una cierta frecuencia pudieran estropearlo.
A lo mejor siguen dedicados al estudio de la imaginaria patria en la que creen estar viviendo y dedican todos sus esfuerzos a hallar nuevas digamos "pruebas" que demuestren la existencia del catalán como lengua única y exclusiva desde poco antes de la Edad de Piedra en las cuatro provincias catalanas, las tres valencianas, parte de las aragonesas, en los departamentos meridionales franceses y en algunas islas italianas.
Si es posible, si en alguno de los próximos cuatro años a los que alude el plan pastoral del cardenal Sistach le queda a Monseñor o a alguno de sus colaboradores un rato de asueto tras todas estas fatigosas tareas, tal vez sería oportuno empezar a tomar medidas para que en los hospitales acogidos al arzobispado barcelonés dejen de exterminarse seres humanos.
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En episodios anteriores:
Prohibida la bandera española en una iglesia de Barcelona
La Iglesia en Cataluña, entre la católicovergencia y el nihilismo
El Papa no hizo caso a Cataluña
Delante de un horno crematorio. Delante de un campo de concentración. Frente a las zanjas abiertas, rebosantes de cadáveres, de Camboya. En el cuerno de África, ante los niños que segundo a segundo van perdiendo la vida por el hambre porque no entendemos el mundo, ni mucho menos eso que llaman economía, y que en realidad es la putrefacción del concepto de fraternidad. Así quiero pasar mis próximos cuarenta días, si el Espíritu Santo me da fuerzas.
La cámara de gas frente a la que permaneceré durante los próximos 40 días se encuentra en pleno centro de la ciudad. Al ladito mismo de donde se indignan los indignados profesionales. Aunque nunca los he visto quejarse frente a ese lugar de muerte.
Durante los próximos cuarenta días, sean laborables o festivos, haga el tiempo que haga, nos encontraréis ante los mataderos de Cantabria, Madrid, Segovia, Valencia, El Puerto de Santa María, La Granja de San Ildefonso y Medina Sidonia.
No gritaremos. No acamparemos. No increparemos a nadie. Ni siquiera a los que se lucran matando. Mucho menos a las mujeres que acuden al matadero, víctimas principales junto a sus hijos de este negocio sangriento.
Rezaremos. Solo rezaremos. Porque sabemos que al mal y al maligno solo se les vence rezando. Y porque queremos que quienes nos vean sepan que la oración es el camino real, seguro y más eficaz para cerrar todos los mataderos del mundo.
Hoy empiezo mis 40 días por la vida. Me dan miedo. Soy perezoso, cobarde e indolente. Ven Espíritu Santo.
Vía Bachelet, la ex presidenta chilena, la antigua ministra del aborto ha sido contratada como asesora de la Agencia de la ONU para la mujer, que preside la socialista chilena.
“La ONU destaca la distinguida carrera profesional de Aído al frente del Ministerio de Igualdad y su defensa de las políticas de género en diversos ámbitos nacionales e internacionales.”
Al cumplirse justo un año de la entrada en vigor de la ley del aborto, redactada por el ministerio de Aído al dictado de la patronal abortista, Aído da un salto profesional extraordinario, que para sí quiseran muchos de sus compañeros de partido, mientras siguen en las colas del INEM cientos de miles de ciudadanos con altísimas cualificaciones académicas y profesionales pero que carecen del apoyo del PSOE.
Este es el currículo profesional de la mencionada señorita, esta es su labor profesional:
Con esta trayectoria profesional, la ex ministra del aborto ha ocupado sustanciosos cargos pagados por los ciudadanos: delegada provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz; directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía; y ministra de Igualdad de 2008 a 2010.
Envía a Naciones Unidas el verdadero currículo de esta joven y exígeles que no mientan:
¿Cuántos niños nos faltan por matar en España, cuántos por embrutecer y maltratar para que abandonemos el sangriento pacifismo del que ahora hacemos gala?
La noticia corre por ahí desde hace tiempo, pero nadie se hace eco de ella porque, instalados en la “cultura” de la muerte, hemos decidido que los niños son el enemigo público número 1 de nuestro supuesto bienestar.
Pero por más que la ocultemos, la realidad sigue agazapada al otro lado del sumidero en el que vivimos (lo llamamos “sociedad”): 1 de cada 4 niños españoles son pobres, según los resultados provisionales de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, que se llevó a cabo en 2010.
En la España de la ampliación de derechos, el 24,5 por ciento de los niños menores de 16 años viven hoy en situación de pobreza. Somos el país de la UE con la tasa más elevada de pobreza infantil.
Matamos a varios centenares de niños diariamente. Cuando termine este martes, más de 300 habrán perecido en los abortorios y una cantidad indeterminada lo habrá hecho por medio de píldoras y otros instrumentos similares.
Los los que sobrevivan a la primera carnicería tampoco lo tienen fácil. Una cuarta parte está condenado de antemano a la pobreza. Y la mayoría fracasará en la escuela y les expulsaremos del sistema educativo.
A los que logren mantenerse en él los enviaremos a la oscuridad de la otra pobreza: la que produce la ignorancia. Constituirán el futuro ejército de ciudadanos de segunda, manipulables por cualquier poder.
El Comité de los Derechos del Niño de UNICEF ya ha señalado a España. Denuncia que su Gobierno no aplica políticas de apoyo a la infancia y a la familia y señala expresamente este hecho como uno de los determinantes del alto índice de niños españoles pobres.
Los políticos hablan de que saldremos de la crisis económica. ¿Pero quién nos va a librar de nuestra indignidad?
Las calles de Cádiz denuncian el aborto a los 16 años. Ni Falla, ni nada: ¡las niñas de Zapatero! Y a ver cuándo lo trasmite Canal Sur.
Conectas la radio y los opinadores oficiales se rasgan las vestiduras. Sintonizas cualquiera de las innumerables y cansinas tertulias políticas de televisión y los periodistas mediáticos aúllan como hienas. Las columnas de opinión de los periódicos se mueven entre la viuda siciliana gritando junto al féretro y el anarquista de principios del XX preparando una bomba. Estos días la prensa española da más asco que nunca.
Esta mañana los Reyes Magos me han permitido lujos de tiempos pretéritos. He escuchado la radio sin las prisas de un día laborable y he podido ojear los periódicos de papel con parsimonia. He sentido vergüenza ajena ante el espectáculo de los colegas convirtiendo en “derecho” el tabaco y trivializando el concepto de libertad.
No hubo durante 2009 ni una sola tertulia radiofónica dedicada íntegramente y con un nivel similar de convicción y firmeza a la defensa de la vida. Pero ahora defienden el “derecho” a fumar pasando por encima de los derechos de los demás con una virulencia que denigra la inteligencia del oyente.
Y así llevamos una semana. Porque este país no tiene otra cosa de la que preocuparse, al parecer.
Aunque no sé qué me da más vergüenza. Si la prensa convencional en su conjunto, comportándose con tanta bajeza, o esos medios supuestamente críticos con el Gobierno (¿o se trata solo de palmeros del PP?) que han convertido la prohibición del tabaco en un asunto de Estado y claman por las “libertades” perseguidas.
Berrear ante una cámara o un micrófono que fumar es un derecho y un asunto de libertades individuales no es solo trivializar los derechos y la libertad. Es también caer de pies y manos en la trampa del proyecto Zapatero. Eso es justamente lo que el actual PSOE ha hecho del derecho y las libertades: trivializarlas. Para poder luego recortarlas.
Gracias, entre otras cosas, a la pobreza ideológica de la derecha mediática florecen en España los Zapateros.
El PSOE se está especializando en conceder indultos y amnistías camufladas. Aprobaron una ley para salvar a Morín y ahora se disponen a aprobar otra para Montes.
De la misma manera que han reformado la Constitución de manera ilegal, por la puerta de atrás y con la inestimable colaboración del PP vía Camps y su cláusula, así se han dedicado los socialistas a promulgar indultos y amnistías para tapar los crímenes de quienes encarnan los aspectos más atroces del proyecto Zapatero.Blablablá
Defender la ley del aborto en el Congreso de los Diputados puede quedar hasta bien ante la hinchada progre, igual que salir del consejo de ministros para ponderar las bondades de la “muerte digna”: se trata de ahorrar sufrimiento a mujeres y enfermos, de respetar su derecho a decidir, blablablá.
La jerigonza izquierdista puesta en circulación por el proyecto Zapatero para mayor gloria de la estupidez colectiva solo puede convencer a los convencidos, a los bobos de solemnidad y a la dirección del PP, pero puesta negra sobre blanco en primera de El País queda de lo más irreprochable.
Cosa distinta es estar a pie de obra.
Carniceros de partos y agonías
Cuando el lenguaje políticamente correcto del proyecto Zapatero aterriza en la realidad, el tinglado resulta más difícil de defender. Desaparecido el buenismo de la neolengua, solo quedan los brazos ensangrentados del “médico” que se gana la vida en el abortorio, del que vive de acabar con la vida de los otros.
De vez en cuando, y sin que sirva de precedente, la Justicia actúa. Hace lo que puede, a pesar de sus pestilentes adherencias. Y entonces las expresiones descarnadas del proyecto Zapatero acaban en el banquillo. Pero para todo tiene soluciones el progre cuando ha ganado unas elecciones. (Y cuando no, como se vio en los 30.)
Al Carlos Morín de turno se le aprueba una ley del aborto que de facto lo indulta. En los cajones de los jueces hay decenas de casos como el de este individuo enriquecido exterminando seres humanos. Todos borrarán su actividad carnicera gracias a la norma aprobada por el PSOE. Lo mismo sucederá con los verdugos del extremo opuesto, los que dicen procurar el fin de los sufrimientos a los ancianos.
El club de los “sedadores” terminales
Los socialistas, cada día más torpes, han reconocido hoy que su proyecto de ley de “muerte digna” librará a los médicos de “conflictos” como el vivido por Luis Montes.
Se suponía que el nuevo secretario de organización del PSOE, Marcelino Iglesias, había llegado para acabar con las meteduras de pata de su predecesora, pero a este paso va a hacer buena a Leire Pajín.
Iglesias argumenta que la ley de eutanasia que su partido va a aprobar en la previsible compañía del PP brindará a los carniceros del proyecto Zapatero la protección legal necesaria para, literalmente, “trabajar con normalidad y sin estar sometido a las presiones a las que han estado sometidos hasta ahora".
Y por si quedaba alguna duda, Iglesias ha hablado del "conflicto vivido en hospitales madrileños".
El Estado onmipresente
Como sucediera con la ley del aborto, el PSOE se propone aprobar ahora una norma que, como efecto colateral nada desdeñable, proporcionará a los verdugos que tiene en nómina la cobertura legal necesaria para llevar a cabo su turbio trabajo sin “presiones”.
El sueño de Lenin, que casi rozó con la punta de los dedos su sucesor, sigue construyéndose en esta España de apariencia democrática y modales cada vez más autoritarios: con la nueva ley de “muerte digna” de Zapatero, el Estado sustraerá otra parcela de soberanía al ciudadano. Otra parcela de vida.
Ni siquiera los más primarios xenófobos se acercarían a un colectivo cualquiera, el que fuere, y lo juzgarían pensando a priori, siempre, lo peor. Nos gusta vernos a nosotros mismos como tipos justos y ecuánimes, así que presumimos de concederle al otro la gentileza de la duda. Salvo cuando se trata de la Iglesia.
De modo que lo que anden diciendo acerca de este asunto determinados periódicos, columnistas y promotores de rancias webs anticlericales sostenidas con dinero de partido en el poder, me parece del todo irrelevante: quien va con el prejuicio por delante tiene escasa credibilidad.En lo que a mi concierne, de ninguna manera creo que haya una actitud premeditada de colaboración con el aborto en ninguna diócesis, ni una intención activa o pasiva de participar en esta historia de exterminio promovida por Zapatero. Absolutamente en ninguna diócesis. Pero respecto a este asunto hay preguntas, algunas de las cuales nunca hubiera querido hacerme.
1 El responsable de una organización no sabe, ni tiene por qué saber todo lo que pasa en ella. Sucede así en las empresas, en los gobiernos, en todo tipo de instituciones. ¿Por qué no iba a pasar también en las diócesis?
2 Se ha informado acerca de tres hospitales barceloneses en cuyo patronato o dirección aparecen miembros o representantes de sus respectivas diócesis o de órdenes religiosas. Pero conviene estar preparados: vamos a conocer más historias similares. Con la nueva ley del aborto y la consiguiente (y obligatoria) proliferación de abortos en los hospitales públicos, en todas partes se están exterminando embriones humanos. ¿Y acaso solo hay miembros de la Iglesia en los hospitales barceloneses y no en los del resto de España?
3 Estoy seguro de que, desde hace unos días, los obispos españoles van de cabeza tratando de averiguar dónde tienen presencia. Seguro que todos los palacios episcopales andan estos días revueltos y los nervios deben aflorar con facilidad. No me extraña pero ¿por qué no hacen públicas sus preocupaciones y sus gestiones? ¿Por qué estar siempre a la defensiva? ¿Por qué quedar a merced siempre, en todas las ocasiones conflictivas que se presentan, del titular insidioso?
4 Las informaciones sobre este asunto han aparecido hasta la fecha únicamente en el diario ABC, que no resulta sospechoso de defender un laicismo más o menos radical. Más que la insistencia de este medio en el asunto que nos ocupa, me llama la atención el silencio de otros. ¿Qué andan haciendo Público, El País, El Periódico? ¿El febril rastreo de hospitales en toda España a la caza de obispos todavía no ha dado fruto, colegas?
5 La diócesis de Tarrasa afirma en un comunicado que informó a los “superiores” de su supuesta participación en un hospital donde se practican abortos, y está a la espera de respuesta. En otro comunicado, la de Barcelona niega la mayor a pesar de la evidencia: afirma que en el hospital en el que participa no se practican abortos, aunque el Ministerio de Sanidad documenta lo contrario. ¿A qué “superiores” ha informado de estos hechos Tarrasa y en qué basa Barcelona su afirmación de que no hay abortos en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo?
6 La última pregunta, la más triste. Hace casi seis meses, un medio de comunicación, Religión en Libertad, dio la voz de alarma destapando la participación de estas dos diócesis barcelonesas en los patronatos de otros tantos hospitales donde se practican abortos. Ha pasado medio año, el asunto ha vuelto a la actualidad y, a través de ABC, hemos sabido que las cosas siguen igual. ¿Por qué?
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Hoy vale la pena leer a
José Castro en “Interrupción voluntaria del embarazo”, la mentira ha calado hasta en parte de la Iglesia
Elentir en Abortos, Iglesia y Barcelona: algunos datos
Pero responde a la tónica general del país: hemos confundido los derechos con los melones y los compramos como si estuviéramos en el mercado. Nos hemos creído la doctrina oficial, según la cual tenemos derecho a todo. Es pues lógico que protestemos cuando se nos niega uno de esos “derechos” y llamemos indignados a la radio.
Si me da por creer que soy mujer, el Estado proveerá. Me cambiará la identidad, me arrancará el sexo, me lo sustituirá por otro, me pondrá tetas y me llamará Vanesa. Porque nos hemos convencido de que los derechos están por encima de las leyes. De las de la naturaleza, de la ley natural y de cuanto se ponga por delante.
Luego, si un día se nos olvida el preservativo, o se rompe, o no lo tenemos a mano, iré a la farmacia y compraré la píldorita the day after. Y si también eso me falla, el Estado proveerá. Me informará de que me puede quitar de encima al inoportuno ser vivo, me dirá el lugar donde debo dirigirme y terminaré en un establecimiento aséptico, casi ecológico, donde nada recuerda su parentesco con los hornos crematorios de Auschwitz.
Bueno, reconozcamos que tal vez estos sean ejemplos extremos, propios de radicales y ultras fanatizados. Vayamos a situaciones más cotidianas, más comunes. Para lo cual deberemos pasar por alto la extinción de 300 seres humanos por día, cifra que convierte tal actividad en una de las más cotidianas de nuestro país. Pero avengámonos a desdramatizar nuestra exposición.
Los críos tienen derecho a pasar de curso sin haberse enterado de nada. Los padres, mientras sus hijos perseveran en su sólida estupidez, tienen derecho a ignorarles, que para eso está la escuela y el Estado. Y padres e hijos juntos tienen derecho a ignorar que pared con pared, el vecino acaba de darle una soberana paliza a su mujer.
En la sociedad del hiperderecho, los deberes menguan. En España la única persona que ha hablado en los últimos 10 años de deberes, de obligaciones y de compromisos fue un francés que vino a darse una vuelta por Madrid. Y como tenemos derecho a interpretar lo que nos dé la gana, de lo único que quisimos enterarnos fue de lo mona que era su señora.
En el país de los derechos, no existen las obligaciones. Ni siquiera en los casos más extremos. Aquí tienes un derecho especial, el derecho a equivocarte, y eso jamás será considerado una falta de responsabilidad. Aunque te lleves por delante a alguien. Aunque mates.
La izquierda en bloque acaba de dictar su sentencia: la enfermera de Rayan, el niño marroquí, tenia derecho a equivocarse. Sindicatos, partidos y periodistas a sueldo del gobierno de los socialistas, consideran que la responsabilidad de la muerte recae en la administración del hospital, y aun en el gobierno regional, de ninguna manera en quien no sabía distinguir una aguja de una sonda.
En el país de los derechos, ni la vida ajena frenará mis deseos:
“Qué responsabilidad se le puede exigir a una enfermera en su primer día de trabajo” (secretario general del sindicato de Enfermería SATSE).
“Cualquier persona en esas circunstancias podría haber cometido el mismo error” (secretario de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública).
Derechos sin deberes. Por lo tanto, derechos sin referencia. En consecuencia, sin límites. Derechos ante los que se somete la naturaleza, la realidad, y si es preciso, cuantos me rodean.
Desde un punto de vista legislativo todavía no hemos dado el paso, pero en el ambiente colectivo, en la opinión pública, en el pensamiento que impera en la sociedad, ya se ha roto la gran barrera, el último freno, el tabú extremo: nos consideramos por encima de la vida. Nos consideramos con derecho a decidir sobre la vida de los demás.
Y convertir eso en un estado de ánimo colectivo es el primer paso para traducir la barbarie en leyes. Estamos poniendo las bases de una sociedad que, manteniendo su apariencia democrática, terminará resucitando las leyes más totalitarias del siglo XX, aquellas que, con una apariencia más burda y soez, crearon los regímenes nazis y comunistas de los años 30 y 40.
De hecho ya hemos empezado. Las empaquetamos de otra manera. Somos pulcros en la presentación. Cuidamos el lenguaje. Votamos cada cuatro años.
Pero no elegimos a nadie. Ni un solo cargo electo lo es por tu elección directa. Y tan solo cambiamos las formas, los nombres de las cosas. Lo llamamos IVE. O derecho a morir “dignamente”. O tercera edad. Lo llamamos “un error lo tiene cualquiera”.
La neolengua de que se vale el pensamiento políticamente correcto ha logrado alterar el nombre de las cosas hasta el punto de transformar a los ojos de muchos la realidad misma de los hechos que nombra.
El aborto es la forma de ataque a la vida humana que estos días se cuestiona en nuestro país a raíz de la ofensiva del Gobierno, abanderado en España de la cultura de la muerte. Pero la defensa del derecho a vivir no se agota en esta modalidad de exterminio de seres humanos. A juicio de Justo Aznar, director del Instituto de Ciencias de la Vida, existen otras ocho formas de acabar con la vida del niño no nacido:
“Hay quienes defienden que el hombre es un producto más de un proceso evolutivo general gobernado por la selección natural al azar de cambios genéticos en los individuos, por lo que consecuentemente el ser humano sería "algo" sustancialmente igual a los restantes "algos" creados. Sin embargo, a nuestro juicio el ser humano es mucho más que un “algo”, es un alguien, la cumbre indudable de ese proceso evolutivo. Por ello, por ser el ser humano la expresión última de la evolución y por ser subsidiario de la más elevada dignidad se le debe tratar con el respeto que su especial condición merece. Consecuentemente el respeto ecológico que la naturaleza requiere, debería tener su máxima expresión en el respeto ecológico al hombre, por lo que vulnerar ese respeto es la más grave falta ecológica que puede cometerse, es la vulneración absoluta del ecologismo. Sin duda que el respeto a la vida de las ballenas y de cualquier otra especie animal es encomiable, también lo es la conservación del medio ambiente y especialmente todo aquello que afecta al cambio climático. Y en consonancia hay que evitar cualquier acción que pueda dañar a la naturaleza, pero el respeto supremo se le debe al hombre, dueño y señor de esa naturaleza. Por ello, los ataques al ser humano deben ser considerados como la más grave falta ecológica. Y los que defienden la vida como los más cualificados ecologistas, a los que se podría denominar ecologistas humanos. Sin embargo, el hombre, y al decir el hombre naturalmente me estoy refiriendo al hombre y a la mujer, es hoy día sujeto de los más graves ataques que contra él se han producido a lo largo de la historia. Por ello, el aborto no solo es un delito contra el ser humano, sino también un delito ecológico en su más amplio sentido. El respeto a la vida del ser humano debe ser la máxima expresión del ecologismo. Pero además del aborto, el ser humano es objeto de una serie de ataques que comprometen su vida, especialmente en el período que va desde la fecundación hasta la implantación del embrión (blastocisto) en su madre. Entre ellos están: 1. La denominada clonación terapéutica, utilizada para la obtención de células madre. 2. Los procesos de congelación y descongelación a que son sometidos los embriones sobrantes de la fecundación in vitro, con vista a su posterior utilización experimental. 3. La utilización de fármacos o instrumentos mecánicos con finalidad contraceptiva que actúen por un mecanismo antiimplantatorio y por tanto abortivo, especialmente el DIU. 4. La utilización de la denominada píldora del día siguiente, que en un elevado porcentaje de casos también actúa por un mecanismo antiimplantatorio. 5. La utilización de la píldora abortiva RU-486, que siempre actúa terminando con la vida de un embrión implantado. 6. El uso del diagnóstico genético preimplantacional para la selección de embriones sanos y su posterior gestación, hijos de padres con enfermedades hereditarias o genéticas, técnica claramente eugenésica. 7. El uso de esta misma técnica para la fabricación de embriones y posteriormente niños, para conseguir tejidos que puedan ser utilizados para tratar algún hermano enfermo. Es decir la generación de niños-medicamento. 8. La utilización del diagnóstico preimplantacional para la selección del sexo del hijo que va a nacer, en aquellos países en que esto está autorizado. Pero para poder catalogar como éticamente inaceptables los hechos anteriormente comentados, una premisa fundamental es establecer cuando se inicia la vida humana, pues si ésta se iniciara con la fecundación cualquier acción sobre ese embrión preimplantado merecería el juicio ético de esa misma acción sobre un ser humano ya desarrollado. Por ello hay que determinar si el embrión humano es un ser vivo biológicamente organizado o es un conglomerado celular. En este sentido nos parece que puede ser de interés consultar nuestro decálogo biológico (Diario Médico 2-IV- 2009) en el que a nuestro parecer queda fehacientemente demostrado que la vida biológica del ser humano empieza con la fecundación del óvulo por el espermatozoide.”
Tras la reunión ayer lunes de la cúpula del PSOE para analizar los resultados electorales, el día de hoy ha sido bien curioso. De repente dos dirigentes notables del partido del aborto han aparecido presumiendo de catolicidad, para a continuación defender el proyecto abortista del Gobierno.
No es la primera vez que este PSOE zapatero recurre a la muy soviética estrategia de la quinta columna para desconcertar y dividir al oponente.
Su habilidad para este tipo de guerra sucia se pudo apreciar en los primeros compases de la anterior legislatura, a raíz del nombramiento de Peces como paternal protector de las víctimas del terrorismo.
Su única misión consistía en acabar con la unidad y el prestigio de los supervivientes del horror y de sus familiares. Consiguió lo primero.
Joaquín Manuel Montero y otros socialistas han tenido que asumir un notable riesgo para dar la cara frente a la opinión del aparato de su partido.
En cambio estas vedettes de hoy no resultan creíbles. A mi, y pido perdón si me equivoco, me recuerdan a ciertas actrices españolas de la época de los 70, que eran capaces de elucubrar lo indecible para justificar sus exhibiciones anatómicas y trataban de parecer, como las dos vedettes de hoy, paradigmas de la pudibundez… mientras se quitaban el refajo para la siguiente secuencia.
El Gobierno español, que mientras el Santo Padre se encontraba de viaje en Africa envió al continente un millón de preservativos, está abonado a una práctica internacional, auspiciada por la ONU, que supone explotar doblemente a los países más pobres del Planeta: la de erigirse en controlador de su demografía.
Los países más desarrollados no solo se niegan sistemáticamente a abordar las causas reales de la precaria situación del tercer mundo. No solo renuncian a ponerle remedio a base, por ejemplo, de establecer unas reglas justas en el comercio internacional.
Además se creen legitimados para controlar qué niños deben nacer en esos países y cuáles han de ser “descartados”.
Los países desarrollados están decididos a reducir la población de las naciones más pobres del Planeta alentando políticas abortivas o el uso del preservativo, en lugar de favorecer su desarrollo.
La excusa es esa suerte de buenismo que consiste en decidir por el otro, (porque nosotros sabemos más). Frente a la pobreza exterior siempre nos colocamos en una situación de superioridad.
Las naciones más prósperas siguen levantando infranqueables barreras proteccionistas que condenan al hambre a millones de personas. Y cuando, desesperadas, esas personas llaman a la puerta, sus gobiernos reaccionan de dos maneras. En primer lugar filtran su entrada para quedarse solo con los que “nos convienen”.
En segundo lugar, invierten importantes sumas de dinero para usurparles a las mujeres de esos países, y a los hombres, uno de sus derechos más elementales: el de formar una familia.
El nuevo WASP, el blanco, occidental, demócrata, progresista y laicista, se erige a la vez en Malthus y en Mengele, en controlador de la demografía de las naciones de donde extrae su mano de obra, y en exterminador del superávit de recursos humanos.
En nombre del progresismo opulento y auto satisfecho, el orondo occidental, miembro de oenegés abortistas y de instituciones internacionales cuyos intereses coinciden con los de las grandes multinacionales que operan en Africa, intenta convencer a quien no tiene más bien que la familia, de la necesidad de reducirla a la mínima expresión. Póntelo, negro, pónselo.
Los países más desarrollados, muchos de ellos alardeando de su supuesto “progresismo”, multiplican de este modo las formas de explotación, creando nuevas estructuras coloniales por la vía de lo que denominan “salud sexual y reproductiva”, expresión esta última que condena a las mujeres del tercer mundo a la esclavitud de verse privadas de una libertad tan valorada en occidente: la de decidir sobre su propio cuerpo.
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Lo que no dijo el Papa: Así fue la campaña de manipulación de las declaraciones de Benedicto XVI en Africa sobre el uso del preservativo
La ministra de Igualdad ha demostrado hoy, tras recibir a la representación de Derecho a Vivir, que su negociado fue puesto en pie por el PSOE con el único objetivo de aplicar las medidas de ingeniería social más radicales y extremistas.
El proyecto de ley del aborto, que el Gobierno quiere universal, gratuito y sin límites temporales, forma parte de la red de medidas a favor de la cultura de la muerte que los dirigentes del PSOE quieren imponer a la sociedad sin debate, sin consenso y sin que nadie las haya reclamado.
El aborto libre y la eutanasia, cuyo recorrido parlamentario se iniciará si el PSOE logra aprobar su proyecto abortista, necesitaban de un escaparate que ocultara su carácter totalitario. Al fin y al cabo la izquierda presume de ser la campeona en la defensa de los derechos humanos, y con la cultura de la muerte que patrocina, lo primero que hace es cercenarlos.
¿Solución? La más machista, como machista es el aborto: colóquese a una chica joven y agraciada que hable mucho de igualdad y derechos pero no haga nada por iniciativa propia. Y que sea ella la que venda la fúnebre mercancía de los “nuevos derechos”.
El Ministerio de Igualdad es a la política lo que La Sexta a las cadenas de televisión: una cara bonita, mucho ruido, titulares chillones, diseño y un nombre muy Aldous Huxley. Con eso basta para mantener el espejismo.
La demagogia que supuran los muros de Alcalá 37 no se aprecia en los telediarios, como no se aprecian las estupideces que dicen las presentadoras de los informativos de la mencionada cadena, porque el personal está pensando en otras cosas cuando las ve.
Bibiana Aído está haciendo el trabajo sucio del PSOE de Zapatero, como otros lo hicieron en el PSOE de Felipe González. Ambos, los de antaño y la joven de ahora, tienen una cosa en común: todos son matarifes.
Sin embargo algo ha avanzado la izquierda desde los GAL hasta nuestros días: ahora los matarifes son políticamente correctísimos.