Nada parece excitar más la imaginación presupuestaria de los nacionalistas españoles como la posibilidad de participar en una ferie del libro. Los nombres de Frankfurt y Guadalajara se han convertido en los preferidos, y los organizadores de dichos certámenes ya saben que en cuanto aparece alguna región española, tienen dinero garantizado. Y también escándalos y comportamientos poco decorosos.
Junto a las ferias alemana y mexicana, los gobiernos regionales son también muy aficionados a la feria del libro de La Habana, donde se recuerda la afición de algún que otro dirigente nacionalista español por los mojitos y los daiquiris.
La moda nacionalista de las ferias la inauguró el tripartito catalán que presidía Pasqual Maragall, que en 2004 llevó a varios centenares de invitados desde Barcelona a México con todos los gastos pagados por el contribuyente.
El responsable de la presencia de la cultura catalana en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en rueda de prensa posterior al acontecimiento, ofreció su balance. Según Xavier Folch:
1º Los libros más vendidos no fueron las obras de los muy subvncionados e invitados autores catalanes contemporáneos que solo escriben en catalán, sino los diccionarios catalán-castellano.
2º También se vendieron profusamente las obras de Juan Goytisolo, que escribe en castellano, y de Josep Pla, que fue cualquier cosa, menos nacionalista y está poco menos que proscrito por la cultura oficial tripartita.
3º La librería del pabellón catalán vendió una media de 500 al día, por ocho días de feria, 4.000 libros.
4º El espacio que funcionó mejor dentro del pabellón catalán fue el restaurante.
Tales fueron los logros de la participación del catalanismo en la Feria del Libro de Guadalajara, según su propio responsable.
Visto el éxito, en 2007 la Generalidad catalana acudió a Alemania. Para ello, previamente incrementó en un 60% el presupuesto de su consejería de Cultura, que en su ejercicio de 2006 alcanzó la envidiable cifra de 275.366.000 euros. En cualqiuier administración, un incremento semejante en Cultura supondría un signo de progreso y civilización, pero aquí estamos hablando de una administración nacionalista que dedica sus mayores recursos a la formación de redes clientelares y a la represión.
Así, el presupuesto catalanista en Cultura incluye desde las subvenciones a la producción de cine porno catalán hasta los gastos de las oficinas de delación lingüística, pasando por la financiación de la prensa xenófoba y el sostenimiento de entidades y asociaciones soberanistas.
Es difícil calcular qué porcentaje de los 275.366.000 euros destinados a Cultura en 2006 por el tripartito catalán se destinó a la Feria de Frankfurt, a la que el gobierno regional invitó a centenares de personas. Las cuentas de las administraciones nacionalistas nunca son fácilmente accesibles y están plagadas de lagunas. Pero algunas fuentes hablan de 12.000.000 de euros.
El nacionalismo vasco gusta especialmente de las ferias de Buenos Aires y Santa Fe. En ellas, el tripartito suele dedicar el dinero público a conferencias, presentaciones de libros escritos en vasco y actividades musicales y de danza fácilmente reconocibles.
Para estos despliegues se suelen utilizar las "embajadas" y la denominada por el nacionalismo "diáspora vasca", expresión que no se refiere a los varios cientos de miles de ciudadanos que han tenido que huir del País Vasco porque el nacionalismo "democrático" no les protegía del nacionalismo terrorista. La Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, el Centro Gure Etxea de Santa Fe y la Federación de Entidades Vasco Argentinas cuentan siempre con el apoyo subvencionador del gobierno regional.
¿Qué tipo de actividades culturales pagan los ciudadanos en ferias tan lejanas y qué tipo de libros se presentan y difunden en tales acontecimientos? Esta es la crónica que de una de las ediciones de la Feria de Santa Fe ofrecía Deia, el órgano oficial del PNV:
El periodista mendocino Mariano Saravia se ocupará de la presentación de su libro 'Naciones Secuestradas', sobre la situación del País Vasco, Irlanda del Norte y Quebec, con una disertación sobre el tema seguida de una actuación del grupo de Dantzaris del Centro Vasco paranaense Urrundik.
La Feria de Frankfurt también conoce las visitas de las delegaciones del nacionalismo vasco, aunque las actividades siguen la tónica de las descritas para América:
La consejera de Cultura Miren Azkarate se desplazará a la sala Forum Dialog, donde se celebrará un acto de promoción de la literatura vasca en el que tomarán parte los escritores Arantxa Urretabizkaia y Xabier Montoia, y presentarán Idoia Noble y Petra Elser. La consejera mantendrá asimismo contactos con la representación catalana, invitada de honor este año en Frankfurt.
A esta moda de la participación en ferias de libros internacionales se ha sumado el nacionalismo gallego, que por segunda vez anuncia su participación en el certamen de Guadalajara.
La consejería de Cultura y Deporte de la Xunta gallega señala los actos más importantes que tienen previsto realizar en la feria mexicana. Se trata, según sus propias fuentes, de los siguientes:
- Presentación do proxecto cultural "Letras de Galicia", da Consellaría de Cultura e Deporte, que edita unha revista e mantén unha páxina web.
- Presentación da novela "Tiempos de fuga", nome co que a editorial mexicana Almadía acaba de publicar a obra de Ramón Caride "O sangue dos camiños".
- O encontro coa comunidade galega de Guadalaxara.
No hay pues mucha diferencia entre los 4.000 ejemplares que vendió el catalanismo, o el éxito de su bar, y la visita a "la comunidad gallega" de México, o la presentación de una web, o de una novela que por cierto se ha editado en el país americano, no en Galicia. Las ambiciones del nacionalismo son, como se puede apreciar, similares en todos los casos: cortas y, como diría un gallego, aldeanas. Pero los gastos destinados a alcanzar semejantes hitos, esos sí se pueden considerar infinitos.
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Con informaciones de P. Medina de Retamales e Isidro Barea.
En la imagen, militantes de las juventudes de Convergencia (Joventut Nacionalista de Catalunya) desplegando una pancarta durante la Feria del Libro de Frankfurt.