A menudo han aparecido en BBS muestras diversas del coeficiente intelectual y también de la catadura moral de algunos sacerdotes y autoridades de la Iglesia que muestran más compasión por los verdugos que por las víctimas. Hoy le llega el turno a un teólogo.
Las muestras de racismo y de nacionalismo patibulario que hemos visto hasta ahora procedentes de la “iglesia” etarra tienen algo en común: el infinito cuidado que ponen sus autores para aparecer como seráficos defensores del bien y de la paz. El lema de todos estos trabucaires casposos con las mentes manchadas de sangre viene a ser algo así como “antes disfrazado que sincero”.
Los partidarios del Dios étnico cuidan mucho las formas (hay que evitar al obispo y también al juez), pero al final todos son partidarios de lo mismo. De lo mismo que ETA. Aunque le dan muchas vueltas con ánimo de que el lector se despiste.
Trileros de la religión, estos amigos del terrorismo nacionalista suelen trufar sus pestilentes deposiciones (casi siempre en Gara, qué curioso) con torpes remedos historicistas que recogen los más trasnochados y desprestigiados criterios de la Historia del siglo pasado y aun del XIX.
Pero hay otra modalidad. Junto a la sotana etarra amiga de la Historia existe también el nostálgico de la mística más genuina. Solo que al rebozarla en el chapapote pringoso de su discurso etnicista, el resultado cae en el más espantoso de los ridículos. El teólogo Ugarte, verbigracia:
“Cuando el otoño tiñe de colores nostálgicos los bosques de Euskal Herria y el basajaun anuncia las primeras nieves en las altas montañas, la naturaleza se repliega preparando el largo invierno.
“Pero el ciclo natural no marca el ritmo de los acontecimientos políticos y en el otoño de este año se adelanta una primavera avanzada donde brotan flores de esperanza, fruto de un constante y difícil trabajo de quienes han ido sembrando sus semillas.
“A pesar de que el conflicto continúa y muchos se empeñan en oscurecer los nuevos horizontes de soluciones justas con la persistente inhumanidad de las cárceles, la dispersión y aislamiento de presos y el castigo a sus familiares, con el macrosumario 18/98, con el sufrimiento en un clima de violencias prolongando el crudo y cruel invierno político vasco.
“Hoy vivimos momentos especialmente críticos y decisivos, únicos, fruto de una esperanza abonada y cultivada con trabajos, esfuerzos, propuestas políticas de hondo calado que abren el proceso de resolución del conflicto, de la normalización y pacificación desde la realización de todos los derechos individuales y colectivos en una tierra sin fronteras ni fracturas.”
¡Minuto y resultado, por favor! Vale la pena detenerse en la frase “momentos decisivos, fruto de una esperanza cultivada con trabajos, esfuerzos, propuestas que abren el proceso de resolución del conflicto”. Siempre resulta difícil encajar las afirmaciones de un canalla, lleve o no sotana o se dedique a la teología. Pero vale la pena recordar que la frase mencionada se refiere exactamente a los asesinatos de ETA. Ni más ni menos. Y a partir de tales premisas, nuestro teólogo se coloca al lado de sus conmilitones, a la sazón sentados en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional:
“Este procedimiento judicial, cuya vista se celebra estos días, es un sumario contra el pueblo vasco y contra la esperanza política que los encausados han expresado y defendido.” Félix Placer Ugarte, Esperanza política.
En efecto, tú lo has dicho, Ugarte, es un juicio contra la esperanza de ETA. Contra la esperanza de que triunfe la muerte, el chantaje, el acoso al disidente, el crimen.
Este animal despiadado, que finge sensibilidad de ursulina de muslos temblorosos, está agradeciendo con su ridícula retórica la labor de ETA. Le da las gracias por los 1.000 asesinados. Ese es el “fruto de una esperanza cultivada con trabajos, esfuerzos”. 1.000 trabajos. 1.000 esfuerzos. 1.000 féretros.
¿La Fiscalía? Ni está ni se la espera. ¿Y el obispo de Vitoria? Porque este energúmeno es teólogo de la facultad de Teología de Vitoria. ¿Cómo se las arreglan los obispos vascos para que tantos desalmados medren en sus diócesis?
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Más sobre el dios de ETA en Nacionalismo divino.