En cambio los secesionistas, liderados por el Partido Nacional Escocés, pretenden seguir viviendo a costa de la cháchara identitaria unos cuantos años más y piden que el referéndum que tantas veces han reclamado, se demore hasta 2014.
Curiosamente, esta es la misma fecha elegida por los secesionistas catalanes para proclamar unilateralmente la independencia de las cuatro provincias catalanas.
En la consulta que propone el Gobierno británico se establece que el referéndum será "legal, justo y decisivo", lo que significa que tendrá carácter vinculante. Y la pregunta será sencilla y clara: ¿quiere usted la independencia de Escocia, sí o no?
El resultado establecerá definitivamente la situación constitucional de Escocia para el futuro. Es decir, si ganan los secesionistas, Escocia se separará del Reino Unido y no habrá consultas posteriores para regresar. Y si pierden permanecerán unidos y no volverán a reclamar ulteriores referendos.
Cameron acaba de ganar por la mano a los secesionistas, que como los separatistas españoles lo son más de boquilla (o de bolsillo), que de otra cosa. Y pretende terminar con el permanente lloriqueo identitario que tanto destruye la convivencia y lastra el desarrollo de las naciones.
Dirán los partidarios de negar esta consulta en España que los nacionalistas no se conformarán con una derrota y volverán a la carga en el futuro. Convendría sin embargo fijarse en los problemas del presente y en los inmediatos y sus consecuencias (las del chantaje nacionalista), en lugar de plantear futuros que nadie conoce.
En la consulta escocesa ganará el no a la independencia, como sucedería en Cataluña o el País Vasco. Y eso va a suponer una derrota histórica y una descalificación monumental de los nacionalismos y el triunfo y la consolidación del unionismo.
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Así se producirá la secesión de Cataluña
El secesionismo catalán considera una ventaja que gobierne el PP
Para quienes preparan la ruptura de España y han puesto en marcha un plan de secesión para las cuatro provincias catalanas en el plazo de tres años, la llegada al poder del Partido Popular supone una ventaja añadida que favorece su objetivo.
“Durante esta fase es cuando se habría de iniciar la negociación entre los gobiernos español y catalán en relación al pacto o concierto fiscal. Hace falta que el gobierno catalán acelere el proceso negociador, no afloje en sus posiciones. En este contexto, durante esta fase sería muy conveniente que el gobierno catalán llegara hasta la convocatoria de un referéndum sobre esta cuestión. El hecho más relevante seria que realmente se hiciera esta consulta para poner en práctica la fórmula legal en la que se fundamentaría, puesto que podría abrir las puertas a la celebración de un plebiscito sobre la independencia”
Oriol Pujol, uno de los dirigentes más destacados de CiU, está haciendo suyas estas instrucciones. El hijo del expresidente regional Jordi Pujol contempla una consulta o un cierre de cajas si Rajoy no aborda el pacto fiscal. Y su jefe de filas, Artur Mas, prepara una ley de consultas populares hecha a medida de los objetivos expresados por el secesionismo.
La coincidencia de los líderes políticos nacionalistas y los secesionistas de la ANC camuflados de movimiento cívico llega incluso a las fechas. Desde UDC, el partido de Duràn i Lleida, uno de sus más destacados dirigentes, Vila d’Abadal, alcalde de Vic, augura la secesión de Cataluña en "dos o tres años".
Frente a estas intenciones cada vez menos disimuladas, muchos ciudadanos ven en el PP una salvaguarda, la garantía frente a los intentos secesionistas que se registran en España. Sin embargo para quienes promueven la ruptura nacional, que Mariano Rajoy sea el ocupante de Moncloa incrementa las posibilidades de alcanzar la formación de un estado independiente en 2014.
El texto Full de Ruta de l’Assemblea Nacional Catalana, en el que se establecen los pasos a seguir desde ahora hasta 2014 para romper la unidad de España, subraya las ventajas que aporta el PP al secesionismo:
“Hace falta tener también muy especialmente cuenta la actual situación de crisis económica mundial que, aun cuando en el caso de Catalunya sea doblemente grave y preocupante, puede convertirse en un factor favorable, puesto que son justamente las situaciones críticas las que pueden generar las condiciones objetivas y el revulsivo necesario para lograr objetivos que, de otra manera, serian mucho más difíciles.
Por la misma razón, la victoria del PP en las elecciones al Parlamento español puede suponer también un factor acelerador o potenciador, en cuanto que hará todavía más evidente la diferencia de trato del gobierno español en Catalunya en comparación con otros territorios del Estado español. A medida que el proceso hacia la independencia de Catalunya se consolide y progrese, estas diferencias pueden agudizarse.”
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Este es el documento que detalla minuciosamente cómo se producirá la secesión de las cuatro provincias catalanas, un proceso de ruptura con España que se llevará a cabo a través del movimiento cívico y no por medio de los partidos políticos.
El nacionalismo ha aprendido mucho en los últimos años y se ha podido alimentar y crecer. Todo ello gracias al patrocinio siempre amable, colaborador y hasta servil de un PSOE que ha pasado los últimos 10 años arrodillándose ante los identitarios compulsivos, hasta el punto de confundirse con ellos.Gracias a los dirigentes socialistas, los nacionalistas se atreven hoy incluso a poner fecha a su sueño de romper España. Los catalanes recurren a la fantasiosa y manipulada mitología étnica para fijar la suya: 2014. Los nacionalistas vascos eligen 2015 de manera más pragmática, pensando en los procesos electorales:
“Nuestro proyecto es Euskadi, Nación Europea. No hay más tiempo que perder para alcanzar un nuevo acuerdo que emplace a nuestro Pueblo con su voluntad democráticamente expresada”. (Euskadi Nación europea)
La preparación de los procesos de secesión es muy distinta en una y otra región. Mientras en el País Vasco la secesión queda al albur de la eventual joint venture entre nacionalistas “moderados” y nacionalistas etarras y asimilados, y en definitiva en manos de los partidos políticos, en Cataluña el proceso presenta aspectos mucho más elaborados.
El nacionalismo ha decidido convertirse en movimiento cívico
Los etnicistas catalanes se han dado cuenta de que dejar la secesión en manos únicamente de los partidos políticos termina paralizando el proceso de ruptura. Por ello han elaborado un minucioso plan de actuación a tres años que presenta una importante y sustancial novedad: el protagonista será la propia sociedad, la ciudadanía (al menos aparentemente), y no los partidos.
Eso es precisamente lo que convierte el plan de secesión del nacionalismo catalán en una amenaza real, previsible y muy grave.
El nacionalismo ha comprobado que por medio de las urnas la secesión se eterniza. Es consciente de que su opción nunca llegará a ser mayoritaria. Por ello ha desarrollado una minuciosa hoja de ruta que permita presentar el proceso de ruptura como un clamor popular, que tendrá que ser acatado por las fuerzas políticas y por el Estado.
La fuerza del movimiento ciudadano es más poderosa que los partidos aun con mayorías absolutas y de eso ha decidido aprovecharse el secesionismo catalán.
La apariencia, siempre esencial para los nacionalismos, se convierte aquí en clave: no importa que sean poquísimos los ciudadanos que reclamen la secesión, siempre y cuando estén estratégicamente distribuidos y hagan mucho ruido. A esas coordenadas responde la estrategia diseñada.
La estrategia de la secesión
El plan a tres años para forzar la secesión ya está en marcha y se recoge en un documento titulado Full de Ruta de l’Assemblea Nacional Catalana. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) es una plataforma que se puso en marcha en abril pasado y quedará oficialmente constituida el próximo mes de marzo:
“Es un movimiento basado en la democracia de base y la unidad de acción, constituido por asambleas territoriales y sectoriales (…) Será el organismo unitario de la sociedad civil para lograr la mayoría social favorable a la constitución de Cataluña como Estado independiente, en condiciones de igualdad con los demás estados europeos”.
El objetivo de la ANC es proclamar la independencia a través de "una mayoría social favorable a la constitución de un Estado Catalán". Y el procedimiento:
"Poner las bases para construir un Estado democrático, moderno, solidario, justo y participativo".
Como todos los movimientos cívicos, la Assemblea Nacional Catalana ha logrado el apoyo de personajes con tirón mediático que puedan popularizar y atraer a ciudadanos alejados del establisment y la partitocracia. Así, Lluis Llach, Joel Joan o Álex Casanovas.
En su documento de actuación, el nacionalismo establece unas cifras a partir de las cuales se considerará legítima la declaración unilateral de independencia: el 50,01 por ciento de participación y el 55 por ciento de votos favorables.
La ruptura de España se producirá en 4 fases
La aludida Hoja de ruta detalla minuciosamente el proceso de preparación de la secesión y la labor a realizar por el movimiento cívico durante los próximos tres años. De forma paralela, la Asamblea Nacional Catalana promueve una serie de televisión, que emiten algunas cadenas públicas locales en Cataluña, denominada Raons de pes (Razones de peso).
A través de ella se trata de convertir en habitual la inverosimil hipótesis de la ruptura de España y se difunden las supuestas ventajas que los ciudadanos obtendrían de semejante quiebra de la convivencia:
“Razones de peso es una serie que consta de once programas basados en los 175 motivos para el Estado propio (…) En cada uno de los programas se habla con personas destacadas de diferentes ámbitos profesionales, políticos e intelectuales, en torno a diferentes ámbitos temáticos, desde los fundamentos de hecho y de derecho hasta las futuras estructuras del Estado, pasando por otros ámbitos tan importantes como los de la lengua y cultura, los medios de comunicación, la economía y el bienestar, la justicia y derecho o las relaciones internacionales”.
A continuación se reproducen en español los fragmentos sustanciales del texto de la Hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana:
1º fase. Constitución
Del 30 de abril de 2011 al 10 de marzo de 2012.
[18] O.5.- Constituir un mínimo de 240 asambleas territoriales en todo el territorio catalán, de ámbito de barrio o distrito a la ciudad de Barcelona, de ámbito local en todos los municipios de más de 3.000 habitantes y de ámbito comarcal en las zonas menos pobladas. En la Catalunya norte [Francia], el objetivo es constituir al menos una asamblea territorial para toda la región.
[19] O.6.- Conseguir que los inscritos en el conjunto de las asambleas territoriales sobrepasen el número de 7.500 en el momento de celebrar la asamblea constituyente de la ANC.
[20] O.7.- Formar tantas asambleas sectoriales como sea posible.
[23] O.9.- Diseñar y elaborar el proyecto de formación del máximo número posible de miembros de la ANC para que estén capacitados para ejercer de agentes emisores de los mensajes a difundir en las fases posteriores. Este proyecto está basado en la confección y difusión del argumentario político, económico, social, cultural,... que nos permita disponer de todos los elementos necesarios por poder convencer a todos nuestros conciudadanos de los beneficios de disponer de un Estado propio.
[24] O.10.- Empezar a vertebrar la acción del movimiento civil con la acción política de nuestras instituciones municipales, con el objetivo de celebrar, a mitad de 2013 y todos el mismo día, consultas “oficiales” en el máximo número posible de ayuntamientos catalanes sobre la constitución de un Estado propio el año 2014 .
[25] O.11.- Formular el proyecto de Marcha “para la independencia” que, desde el 23 de junio de 2012 al 11 de septiembre del mismo año, recorra todo el país a partir de 10 itinerarios diferentes y permita hacer llegar las propuestas de la ANC por todas partes. [26] O.12.- Estructurar el equipo de trabajo que prepare el contenido de los documentos necesarios para plantear los mecanismos que aseguren la secesión del Estado español de forma justa y equilibrada.
2º fase. Consolidación
Empieza el 10 de marzo de 2012 y termina el 11 de septiembre de 2012.
[77] La crisis económica y financiera hará todavía más evidente la diferencia de trato del gobierno español con Catalunya en comparación con otros territorios del Estado español. A medida que el proceso hacia la independencia de Catalunya se consolide y progrese, estas diferencias pueden agudizarse.
[78] Durante esta fase es cuando se habría de iniciar la negociación entre los gobiernos español y catalán en relación al pacto o concierto fiscal. Hace falta que el gobierno catalán acelere el proceso negociador, no afloje en sus posiciones ni nos quiera hacer ver el que no es. La posibilidad más plausible es que no se produzca ningún tipo de acuerdo realmente favorable a los intereses catalanes.
En este contexto, durante esta fase sería muy conveniente que el gobierno catalán llegara hasta la convocatoria de un referéndum sobre esta cuestión. Más allá de la posición de la ANC sobre el tema, que ha de enmarcar el pacto fiscal en el camino hacia la consecución del Estado propio, el hecho más relevante seria que realmente se hiciera esta consulta para poner en práctica la fórmula legal en la que se fundamentaría, puesto que podría abrir las puertas a la celebración de un plebiscito sobre la independencia [aquí convergen movimiento cívico y partidos: Artur Mas ya ha hablado de la celebración de esta consulta]. La negativa del gobierno del Estado a celebrarlo también seria un elemento favorable para adelantar en el camino de la independencia.
[86] 5) Aplicar un plan de comunicación que nos asegure la difusión de los mensajes y las noticias relacionadas con el progreso del proceso, tanto en los medios de comunicación del país como en los internacionales.
[88] 7) En los lugares donde la organización sea más fuerte y el número de miembros de la ANC sea más elevado, hará falta empezar a poner en práctica acciones de denuncia aplicando métodos de resistencia colectiva, pasiva y pacífica, en la línea de las acciones practicadas por la Crida a la Solidaritat durante los años 80 y 90 del siglo pasado [“Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Nació Catalanes” fue una campaña etnicista basada en la lengua, que surgió como reacción al Manifiesto de los 2.300, un documento firmado por otras tantas personas, gran parte de ellas procedentes de la izquierda, encabezadas por Amando de Miguel, Carlos Sahagún y Federico Jiménez Losantos].
3º fase. Obtención de la mayoría social
Del 12 de septiembre de 2012 a finales de 2013.
[100] En las elecciones europeas que se celebrarán en esta fase sería muy conveniente que se articulara un verdadero frente catalán que reuniera a todas las fuerzas catalanistas favorables a la celebración de un referéndum de autodeterminación en Catalunya y que el reconocimiento de este derecho por parte de la Unión Europea fuera el eje central de la propuesta unitaria. Conseguir una participación mayor que nunca en unas elecciones europeas y conseguir el voto ampliamente mayoritario a este frente catalanista sería la mejor tarjeta de presentación ante la Unión Europea.
[105] En esta fase, y tras la tarea de difusión y presión realizada por la Marcha por la independencia [a realizar en verano], hace falta llegar a los pueblos y ciudades del país que no lo hayan hecho en la etapa anterior, con el objetivo que se adhieran a la asociación “de municipios por la independencia”. Todos los ayuntamientos adheridos, habrían de aprobar una declaración solemne del pleno municipal en la que dan por iniciado el proceso hacia la independencia, aprobando el plan de etapas que seguirán para conseguir el Estado propio a partir de la acción conjunta del movimiento ciudadano y de las instituciones catalanas.
[106] Esta fase debe tener el momento culminante en la celebración de las Consultas municipales, todas al mismo día (a mitad de 2013), en todos los municipios del país.
[107] En los municipios dónde el resultado de las Consultas municipales haya sido favorable, los ayuntamientos catalanes, en plenos municipales extraordinarios a celebrar en fechas muy próximas o todos el mismo día, deben pedir al Gobierno de la Generalidad que inicie conversaciones con el gobierno español para negociar las condiciones de la separación de los dos Estados.
[109] Durante esta fase se han de ir realizando actos de desobediencia civil de diferentes niveles para ir conociendo la fuerza real de la ANC, para perder el miedo de la mayoría de la población, para ir creando la sensación de crecimiento seguro y constante y para neutralizar al sector de la población hoy contrario pero que ha de llegar a ver su futuro con mucha tranquilidad en una Catalunya independiente.
[110] Debe ser la fase en que los diferentes partidos con presencia en el Parlamento de Catalunya adapten sus propuestas a los cambios que se vayan produciendo, incorporando el objetivo de la independencia de Catalunya en sus programas electorales, o que sean sustituidos por otros partidos más favorables, gracias a la implantación del movimiento.
[111] En esta fase debe ser posible realizar actos como un cierre de cajas, orientado a seguir pagando los impuestos “estatales” pero sin entregárselos al estado, hacerlo a cuentas abiertas por las administraciones catalanas.
[112] En esta fase hará falta redactar las bases para la nueva constitución catalana, que sirva para el trabajo que habrán de hacer los parlamentarios escogidos con este objetivo.
4º fase. Final
Acaba el 11 de septiembre de 2014
[116] Tras las Consultas municipales y si los resultados se consideran claramente favorables a continuar el proceso de independencia, el Presidente de la Generalitat debería hacer suya, y tramitarla, la petición de la mayoría de municipios del país de iniciar las conversaciones con el Estado español para negociar las condiciones de separación de los dos Estados.
[117] En el supuesto de que el Estado español se niegue a hacerlo o deje sin respuesta esta petición, el Presidente de la Generalitat debería disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, con la voluntad expresa que el nuevo Parlamento escogido sea constituyente, por lo cual todos los partidos catalanes que lo deseen han de incluir en su programa electoral que en la primera sesión ordinaria del nuevo Parlamento propondrán, y votarán favorablemente, la convocatoria de un plebiscito de autodeterminación nacional, que cuente con todas las garantías y la supervisión de los organismos internacionales.
[118] En el supuesto de que los partidos catalanes que incluyan esta propuesta consigan una mayoría suficiente por convocar este plebiscito, sería conveniente que se celebrara el día 11 de septiembre de 2014, como fecha simbólica.
[119] En este plebiscito hará falta conseguir una participación superior al 50% del censo y unos resultados incontestables (para este tipo de consultas el ejemplo de Montenegro es el mejor referente: un resultado favorable superior al 55% de los votantes se consideraría).
[120] En el supuesto de que el Estado español no acepte la celebración de este plebiscito o incluso lo impida, el Parlamento catalán puede optar por hacer la Declaración de independencia de forma unilateral y con la presencia del máximo número posible de representantes de los gobiernos de otros Estados.
[121] Si tampoco es posible hacerlo de esta manera, porque el Estado español también lo impida físicamente, los parlamentarios electas al Parlamento de Catalunya, los diputados y senadores catalanes en Madrid y los parlamentarios catalanes en el Parlamento europeo se reunirán en una ciudad europea y, constituidos como Asamblea de parlamentarios, procederán a la Declaración unilateral de independencia.
Más información
Web de la Asamblea Nacional Catalana
Texto íntegro (en catalán) de la Hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana
Videos de la serie Raons de pes
Durante cincuenta años nos han estado engañando. Tal vez no todos, pero sí demasiados. Nos hablaban del estado de derecho, de la fortaleza de la democracia, se les llenaba la boca con rimbombantes frases y aparecían ante los telediarios tras cada muerto como si fueran los protagonistas de una película de John Ford. Pero al final ha prevalecido el gremialismo: entre los etarras y nuestra clase política no hay que pisarse la manguera.
Si de verdad creyeran que ETA es una organización terrorista, jamás hubieran montado el circo de ayer, 20 de octubre, día de la infamia. Porque con los terroristas el Estado se comporta igual que con los proxenetas, los ladrones de bancos o los traficantes de armas.Pero no. Para los dirigentes políticos de nuestra generación ETA es uno más, otro agente activo en el mundo de la actividad política. Y a la hora de la verdad ha prevalecido ese instinto gremial que padecen todas las profesiones: le han dado una palmadita en la espalda a los que, como ellos, se dedican a la política y pelillos a la mar, a formar grupo parlamentario y santas pascuas.
La relación del PSOE con ETA siempre ha sido corrupta. No hubo ayer sorpresas de ningún tipo. Los socialistas trataron primero de matar a tiro limpio a los etarras, luego intentaron comprarlos y finalmente se han rendido a cambio de ya veremos qué oscuros acuerdos para el futuro. Pero lo del PP ha sido distinto. Y muy doloroso. El Partido Popular ha sido el único que, desde el poder, se ha enfrentado con dignidad democrática y eficacia certera a ETA.
Hasta anoche.
La intervención de Mariano Rajoy sobre el comunicado de los asesinos legalizados me resultó repugnante desde el punto de vista político e indecente desde el punto de vista de la moral pública. Y su frase con respecto a que no se han hecho concesiones políticas a ETA, una bofetada.
Desde ayer el Partido Popular ha echado por tierra una impecable trayectoria de lucha antiterrorista. En este asunto ya no puedo distinguir entre Mariano Rajoy y Rodríguez Zapatero.
A partir de ahora nos queda el aislamiento. Nos vamos a convertir en los ultras, en el búnker. Sea. Decir describir honestamente los hechos y exigir moralidad al poder nunca ha proporcionado medallas.
Rajoy, Rubalcaba, Zapatero, dirigentes del PSOE, del PP, secretarios generales, ministros actuales y futuros, portavoces gubernamentales, cabezas de lista: escupiré sobre vuestras tumbas políticas.
Desde el Pacto de San Sebastián de 1939, si no antes, entre la izquierda y los nacionalismos ha existido un acuerdo forjado con el hierro del interés común: la destrucción nacional.
Hoy unos y otros están a punto de conseguirlo. El proyecto de transformación/destrucción de la identidad nacional desarrollado por el PSOE de Zapatero y Rubalcaba ha conocido un notable éxito. Y la secesión se ha normalizado (“normalizado”) en nuestra vida pública hasta tal punto de que elegirla empieza a ser una opción tan común, o casi, como elegir las vacaciones en la playa o en la montaña.
Conocemos perfectamente lo que podemos esperar de la izquierda en relación con los nacionalismos: absoluta complicidad en el mejor de los casos (a menudo me pregunto por qué solo se procesa por colaboración con el nacionalismo armado a los batasunos y no al Partido Socialista de Euskadi). El problema con respecto a la derecha es más complicado. O más simple: la derecha no entiende el nacionalismo. La derecha política, por interés. La derecha sociológica, sus votantes tradicionales, por miedo e inseguridad.
La derecha ingenua y la derecha antipatriota
Desde los análisis de los periodistas más cercanos al PP a los comentarios de los oyentes en las tertulias de radios y televisiones no gubernamentales; desde los molestos mensajitos en pantalla que manchan de insultos a la inteligencia tantos debates televisivos, al libro que acaba de presentar como propio Mariano Rajoy; en todas partes el primer impulso de la derecha ante los nacionalismos adopta una doble respuesta errónea:
Ambas respuestas, las más comunes desde posiciones conservadoras y liberales, solo sirven para alimentar a la bestia. Porque el feroz rechazo a todo lo vasco o catalán, fruto del miedo y la poca seguridad ante las propias convicciones, es el argumento que mejor utiliza el secesionismo para aparecer como víctima. Pero sobre todo es la mayor traición a la patria de los que se quieren patriotas: no se ataca a los propios. Y en cuanto a las amables concesiones de la derecha política, nunca se han demostrado eficaces.
El PP manda exploradores al territorio enemigo
Rajoy prepara el terreno de su primera legislatura y empieza a hacer guiños a los nacionalistas que él considera moderados. Y de nuevo pone de manifiesto que el Partido Popular sigue sin entender un fenómeno tan genuinamente español como el nacionalismo:
Nunca ha existido un nacionalismo moderado. Los propios nacionalistas de una y otra región reconocen sin complejos que lo suyo es un estado de ánimo disfrazado de reivindicación que atraviesa distintas fases. Los catalanes, por ejemplo, sostienen que están todavía en una fase tranquila, de tira y afloja, y que ahora “no toca” otra cosa. Lo que significa que en posteriores fases, la tranquilidad será sustituida por otros procedimientos. En cuanto a los nacionalistas vascos, ya están en ellos. De ahí que si la represión de los etarras va acompañada de un diálogo con el nacionalismo “moderado”, el problema se eterniza. Dialogar con el supuesto nacionalismo moderado carece de sentido. Pero el PP se empeña en ignorar un hecho tan demostrado por la experiencia.
Las concesiones son inútiles. Si los defensores en la derecha de un entendimiento con los nacionalismos pudieran aportar un caso, una sola ocasión en que una cesión por su parte hubiera servido para algo positivo, valdría la pena seguir intentándolo. Pero ni una sola vez en el pasado ceder ante el nacionalismo ha dado los frutos. Al contrario, solo ha servido para alimentar a la bestia. Porque la esencia política de los nacionalismos es la deslealtad, algo lógico y hasta coherente con su propia (pseudo) ideología ya que su proyecto es exactamente el opuesto al de la derecha: la destrucción nacional.
El trabajo sucio
Ante la inminencia de su llegada al poder, el Partido Popular ha enviado exploradores al territorio enemigo por antonomasia. Alicia Sánchez Camacho y Antonio Basagoiti han hecho bien su trabajo. Sus posibilidades electorales han aumentado a base de tragar algunos sucios sapos servidos por los etnicistas de CiU en un caso, del PSOE vasco en el otro. Pero nunca llegarán al poder por ese camino, como demostrara Alejo Vidal-Quadras. Solo alivian el camino a Moncloa de su jefe de filas.
Para muchos eso es más que suficiente. Para los que ya no confiamos en más siglas que la libertad individual y la propia conciencia, la derecha se ha vuelto a arrodillar. Y se volverá a arrepentir de ello, como se arrepiente hoy Aznar. Solo que será de nuevo demasiado tarde. La bestia habrá crecido otro poco y todos estaremos más colgados del abismo.
La izquierda española se rinde ante los nacionalismos para sustituirlos y asegurarse así el poder perpetuo. La derecha termina arrodillada porque sigue empeñada en desconocer a su enemigo.
¿O finge desconocerlo?
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Los nacionalismos españoles, como los ciervos en la berrea, braman en cuanto huelen elecciones. Si son regionales o locales juegan al “y yo más”. Y si son nacionales, a la pura bravata, a ese chantaje propio de los barriobajeros de la Historia que parece haber sido inventado para ellos.
En la costa este, el nacionalismo habla de la “España excluyente” y del “genocidio lingüístico” al que, al parecer, está siendo sometida la ciudadanía. En la costa norte, el otro nacionalismo español agita un plan Ibarretxe al que ahora llaman plan Ados, nombre más propio de proyecto ollímpico que de camino a la secesión.
A los nacionalismos españoles no les preocupa en absoluto “la España excluyente”. Lo que les preocupa es la posibilidad de que se acabe el instrumento de chantajear y les quiten la llave de la caja.
Pero no han de inquietarse. En cuanto termine la función, gane el PP y pierda el PSOE, las cosas volverán a la normalidad. Es decir, ninguno de los dos partidos querrá pactar con el otro una reforma constitucional o, al menos, un ajuste del desmadre autonómico, ni tan siquiera una reforma de la ley electoral. Y Mariano Rajoy se dedicará, como todos, a engrasar la cerradura para que entre sin problemas la llave que a todos empobrece.
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En episodios anteriores:
La casualidad pone el difunto: Heribert Barrera. El calendario aporta el tótem tribal: 11 de septiembre, día “nacional” de la región. Y Bruselas, la excusa: la reforma de la Constitución.
En los próximos días, el coctel de cadáver mitificado, fecha totémica y agravio constitucional desencadenará en Cataluña la conjunción planetaria de los que viven de la invención histórica y el cultivo de la histeria victimista.Los sufridos (también cómplices) habitantes de las cuatro provincias catalanas van a vivir jornadas de histeria en dosis superiores a la habitual durante las próximas semanas. CiU, esa formación que la opinión publicada madrileña ha adulado sin medida desde los tiempos de Jordi Pujol, ha dado con la excusa que andaba buscando desde los tiempos del tripartito para agitar con mayor descaro el espantajo del secesionismo.
"Se rompe el proceso constituyente", aúlla el supuestamente moderado Durán i Lleida, ese aragonés partidario de que su pueblo y los limítrofes sean anexionados a Cataluña. El dirigente secesionista brama que PSOE y PP han roto el pacto constitucional y maneja con desvergüenza notable el término “deslealtad”, actividad esta en la que han sido precisamente los nacionalistas quienes siempre han destacado:
“No estamos dispuestos a ceder en nada que pueda limitar la capacidad financiera de Cataluña. La reforma no debe comportar una alteración del equilibrio de poder que la Constitución actual establece entre el Estado y las comunidades autónomas. Esta es nuestra línea roja” (Josep A. Durán i Lleida).
Desde su creación, y gracias a la deslealtad de los nacionalistas y a la irresponsable complicidad del PSOE y el PP, el estado de las autonomías ha sido de todo menos una fórmula de convivencia. Y con los años se ha convertido en una fábrica de odios.
La balcanización de España tiene nombres y apellidos y agentes activos que nunca se han ocultado. Basta con echar un vistazo a los titulares del rincón más triste de este sitio (Pedagogía del odio). Y esos agentes de la destrucción política de nuestra sociedad pertenecen en su mayoría a la clase política.
Los dirigentes de los partidos son, junto a los periodistas y a buena parte del mundo educativo y cultural, los culpables de que los vínculos afectivos entre los ciudadanos se estén rompiendo a gran velocidad y de manera harto difícil de recomponer en el plazo de una generación.
Artur Mas, líder de CiU y presidente regional catalán:
“Ha habido un enfriamiento claro desde la óptica constitucional por parte de mucha gente en Cataluña, no porque nosotros hayamos querido, sino porque se nos ha ido sacando de ese espíritu a base de políticas cada vez más centralistas y de políticas que nos tienen claramente menos en cuenta. Cada vez estaremos más separados de España. Se nos excluye. No se nos quiere. Pasan de nosotros. Cada vez más irá creciendo la distancia emocional entre Cataluña y España”.
Josep Sánchez Llibre, portavoz económico de CiU:
“Las formaciones que participamos en el consenso del 78 vamos a ser expulsados de esta Constitución”.
Joan Ridao, portavoz de ERC:
“La reforma de la Constitución es un nuevo golpe de Estado que sigue la estela de la sentencia del Tribunal Constitucional contra el Estatuto catalán. PSOE y PP, tanto monta, monta tanto, han liquidado en una semana la concepción del Estado Social y Democrático de Derecho”.
Editorial del periódico El Punt-Avui:
“A raíz de esta situación los partidos catalanes que aún no se han entregado a los designios de Madrid tienen la opción de hacer frente a una batalla perdida, como es la del respeto a las otras realidades nacionales, o bien empezar un proceso de desconexión tan medido como se quiera pero inequívoco. En este modelo de estado español, una Cataluña con personalidad propia no cabría aunque quisiera” (Espanya es refunda, i Catalunya?).
Como en los Balcanes, también en Cataluña los dirigentes políticos aplican la técnica de la provocación retórica, que permite caldear el ambiente para poder pasar a la siguiente fase.
Estamos todavía en la primera parte del intento de secesión de las provincias catalanas. Es la fase pacífica y de apariencia democrática, y precisamente por ello va a ser liderada por CiU, que sigue aparentado ser una formación pacífica y democrática.
Pero el nacionalismo es pacífico y de apariencia democrática solo de manera circunstancial. Su estrategia depende en cada caso del momento histórico. Ahora “no toca” actuar como etarras. Más adelante, ya se verá. Porque para el nacionalismo, como para la izquierda, el fin justifica los medios.
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Un ejemplo claro de lo poco que le importa a CiU lo que diga la Constitución
En vida, Barrera, master en pedagogía del odio, se declaró partidario de la esterilización del “débil mental”, de convocar un referéndum sobre la admisión de extranjeros en Cataluña y del restablecimiento de la pena de muerte. Y dejó escrito que “en América, los negros tienen un coeficiente inferior al de los blancos”.
Descanse en paz el dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya que ofreció a los ciudadanos de la región una oportunidad excepcional: mostró la verdadera cara del nacionalismo. Demasiados no dieron importancia a sus atroz currículo político y a su, digamos, “ideología”, y así han terminado las cuatro provincias, antaño referente y vanguardia de España.
Barrera presumió en vida de la atroz represión que habría sufrido durante el franquismo. Sin embargo, tras haber sido diputado de la república y consejero de la autonomía catalana de los funestos años 30 y después de haber combatido en las filas del ejército republicano de la mano de ERC, regresó a España en el temprano año de 1952 sin el menor problema.
Dicen las ignorantes crónicas de agencia esta mañana que Barrera vivió “40 años de lucha antifranquista”. Su “lucha” durante ese tiempo consistió en decir, encerrado en el cuarto de baño de su domicilio, que había refundado ERC. Pero hasta la muerte del dictador no salió a la escalera para comunicárselo a sus vecinos.
Muchos fueron (fuimos) detenidos por la Brigada Político Social del franquismo. Entre tanto el “heroico” defensor de las libertades supuestamente nacionales de las cuatro provincias, al que nunca nadie molestó, se dedicaba a sus actividades profesionales. Tampoco había motivo para importunarle: nada hizo en 40 años que desafiara o pusiera en peligro el régimen franquista.
Barrera, nacionalista y racista, ofreció a los ciudadanos que habitan en las cuatro provincias y al resto de la nación una oportunidad única, especialmente entre 1980 y 1984. Mientras fue presidente del parlamento regional catalán, los focos siguieron con especial atención su trayectoria y trasladaron fielmente sus pestilentes “ideas”, fundamentadas en el concepto racial del que también participó el nazismo.
Las declaraciones de Heribert Barrera muestran la verdadera cara del nacionalismo, que no es violento cuando le conviene, pero es partidario del uso de las armas llegado el momento. Rara vez el nacionalismo es tan transparente como en el caso de este individuo, lo que es de agradecer. Y es también un síntoma de la podredumbre de la sociedad de las cuatro provincias: los ciudadanos conocen los hechos y sus protagonistas, y sin embargo una parte sustancial de ellos les siguen votando. Las conciencias políticas de un sector importante de la ciudadanía catalana están gravemente lesionadas.
En vida, Barrera se declaró partidario, entre otras cosas, de convocar un referéndum sobre la admisión de extranjeros en Cataluña y del restablecimiento de la pena de muerte.
En su libro Què pensa Heribert Barrera? (2001), este engendro sostiene lindezas del tipo “En América, los negros tienen un coeficiente inferior al de los blancos”.
Con motivo de las celebraciones del aniversario del parlamento autonómico catalán, Barrera volvió a manifestarse contrario a la inmigración y expresó su solidaridad con líderes de la ultra derecha europea, como el austríaco Haider.
También defendió la esterilización del que es “débil mental a causa de un factor genético” y sostiene que “el bilingüismo implica la desaparición de Catalunya como nación" (El Periódico, 1.3.01).
Con motivo del 23 F, Barrera declaró: "Antes hay que salvar a Catalunya que a la democracia" (El Periódico, 1.3.01)
Este nazi con barretina fue elegido por los militantes de ERC como su secretario general entre 1976 y 1987 y como su presidente de 1991 y 1995. En decir, tras haber publicado su libro racista y haberse manifestado como abanderado del fascismo etnicista. En cuanto al resto de partidos catalanes, sus líderes le eligieron presidente del parlamento regional en 1980. Carod-Rovira, sucesor de Barrera en la presidencia de ERC, comentaba así el aniversario del parlamento catalán:
"Durante un cuarto de siglo, con muchas complicidades por parte de todos, nunca se ha roto el hilo invisible que nos unea todos."
Esta es la transcripción de la entrevista a Barrera que Víctor-M. Amela y Salvador Sanjuán publicaron en La Vanguardia el 1 de marzo de 2001:
-Me parece que el portero de su finca es inmigrante...
-Sí, es cubano. Lleva poco tiempo aquí.
-¿En qué lengua hablan?
-En castellano. Yo ahora empiezo a decirle cosas en catalán. Confío en que dentro de un año entienda ya el catalán del todo.
-Y si no, ¿qué?
-Ésa es la amenaza de la inmigración para el futuro del catalán: hoy se usan catalán y castellano casi por igual, pero si sigue este flujo inmigratorio..., el catalán desaparecerá.
-¿Seguro? Ha resistido bien hasta hoy.
-Es una simple cuestión numérica: la mayoría de los inmigrantes adopta el castellano, y como cada vez llegan más... Si Cataluña tuviese Estado, tendrían que hablar catalán, pero como no es así... ¡Cataluña desaparecerá!
-Quizá el catalán, pero no Cataluña.
-Si desaparece el catalán, desaparece la identidad catalana: desaparece Cataluña.
-Una Cataluña: la que a usted le gusta.
-Sí: un país con sus propios rasgos y su lengua diferenciada. La Cataluña que más me gusta es la de antes de la guerra.
-Ya: antes de que llegaran inmigrantes.
-Aragoneses y murcianos no eran ningún problema: nos eran muy cercanos. Los andaluces... ya no era lo mismo. Pero pudimos asimilarlos. Pese a eso, Cataluña ha cambiado... Pero, bueno, ya me está bien como está.
-¿Sin más cambios? ¿Y por qué no?
-Si los ecologistas defienden a una ranita mallorquina, ¿por qué no voy yo a luchar por defender esta lengua, esta identidad?
-Quizá porque más valiosas que las identidades patrias son las personas.
-Son compatibles. ¡Y no es un derecho humano instalarse por voluntad propia en cualquier sitio! Eso hay que regularlo: se hace en todos los países. Yo le preguntaría esto a la gente en un referéndum: "Cualquiera que llegue aquí, ¿tiene derecho a quedarse?".
-Y usted votaría no, claro.
-Yo ¡y la mayoría de la gente! Si ganase el sí, ¡me callaría y me aguantaría!
-¿Se iría de Cataluña?
-A mi edad... Me quedaría, pero sabiendo que, en unos decenios, Cataluña sería ya otro país. Y aunque yo no lo veré, eso me apena.
-¿Le deprimiría ver mezquitas?
-No por la religión, que yo soy agnóstico, sino porque significaría un cambio cultural y social de mi país, y yo no deseo eso.
-Se podría ser musulmán y catalán, ¿no?
-Cierto: los bosnios, antes que musulmanes o cristianos, eran todos bosnios. Pero no creo que aquí pasara algo así. Mejor iglesias que mezquitas, puesto que tenemos la cosa así. Es mejor un reparto geográfico de las doctrinas: allí, mezquitas; aquí, iglesias. ¿Para qué mezclarlo todo? ¡Cada cosa en su sitio!
-¿Y por qué no mezclar? La variedad, la mezcla, el contraste... ¿No es estimulante?
-¿Sí? Yo no le veo las ventajas a eso. Nadie me ha convencido de que sea mejor una Rambla con gente de muchas razas que únicamente con gente de raza blanca mediterránea, ni al revés tampoco.
-Como mínimo, con variedad es más entretenido, me parece.
-Eso será así para usted. Esto es sólo cuestión de gustos, pues. A mí no me gusta.
-En suma: está en contra del plurilingüismo y de la multiculturalidad.
-Sí. En un plurilingüismo, al final, pierde la lengua más débil: el catalán. ¿Y por qué ha de ser bueno que se bailen sevillanas en Cataluña si con eso se pierde alguna tradición propia? Las sevillanas, en Sevilla.
-Para acostumbrarse a las diferencias...
-Mire, si en una colectividad se rebasa un cierto porcentaje de recién llegados, surgen conflictos: Ca n'Anglada, El Ejido... Lo sensato es desplazar a algunos, distribuirlos bien...: evitar concentraciones conflictivas.
-¿No preferiría expulsarlos a todos?
-A los que llegan aquí sin papeles, sí. Y a los extranjeros que estén delinquiendo. Por eso me parece bien la ley de Extranjería.
-La izquierda dice que no, que está mal.
-Porque suena mal decir lo que yo digo, pero España es hoy el país más fácil para conseguir papeles, ¡y por eso las mafias traen aquí a tantos y tantos inmigrantes!
-¿Demasiados, que diría el racista Haider?
-Cuando Haider dice que en Austria hay demasiados extranjeros, no es racista. Sólo da una opinión: dice que le gusta más la Austria tradicional. No dice que nadie sea superior, ni discrimina, que eso sí sería racismo.
-A este paso, acabará usted justificándome la pena de muerte...
-Pues no estoy seguro de que la abolición de la pena de muerte deba ser algo definitivo. Yo voté contra la pena de muerte cuando era diputado..., pero no sé si hoy lo haría.
-No me diga eso...
-Oiga, llega un momento en que te dices, a ver..., si alguien premeditadamente coge un arma y entra en casa de dos viejecitos para matarlos y robarles... ¡pues puede que merezca la pena de muerte! Hablo de asesinos.
-¿Como los asesinos de ETA?
-Me merece más respeto el asesino de ETA que el que ha ido a matar a los viejos.
-Pero, oiga ¡¿por qué?!
-Porque, equivocado o no, el de ETA mata por ideales. El otro, sólo por dinero. Si hubiera pena de muerte para asesinos, debería ser para todos ellos, no sólo para los de ETA.
-Acabo: ¿qué sentiría usted si un día hubiese un president de la Generalitat magrebí?
-Si es de origen magrebí pero habla catalán, es que hemos vencido. Si no es magrebí y habla en castellano, hemos perdido.
-Si el día de su muerte ve una Cataluña mestiza y que habla castellano, ¿qué pensará?
-"Pusiste tu grano de arena para evitar esto..., pero no has podido: has fracasado."
Artículo aparecido en La Vanguardia el día 27 de febrero de 2001:
Heribert Barrera, ex secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya y ex presidente del Parlament, sostiene que "si continúan las corrientes inmigratorias actuales Cataluña desaparecerá", aunque espera que sea posible integrar a la población inmigrada de origen español y a los recién llegados de fuera de España.
Barrera, que a sus 83 años sigue siendo miembro del Consell Nacional de ERC, expone sus ideas sobre inmigración en un libro-entrevista escrito antes de junio de 2000 por el periodista Enric Vila. El libro será presentado el jueves en el Ateneu Barcelonès -una institución que Barrera presidió hasta diciembre de 1997- en un acto en el que está anunciada la participación del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Se da la circunstancia de que unas declaraciones de la esposa del president, Marta Ferrusola, alertando de las consecuencias negativas que para Cataluña puede tener la llegada masiva de inmigrantes extranjeros, desataron la semana pasada una auténtica tormenta política.
"Mi discurso -reconocía ayer Barrera a "La Vanguardia"- no es políticamente correcto y puede ser malinterpretado". El discurso de Barrera choca con la postura defendida por ERC. Así, mientras los actuales dirigentes del partido promueven un recurso contra la Ley de Extranjería, el ex secretario general la defiende y subraya que es constitucional, argumentando que el artículo 13.1 de la Constitución señala que los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas pero "en los términos que establezcan los tratados y la ley". Por ello, Barrera dice que, "de haber sido diputado, habría votado a favor de la Ley de Extranjería del PP".
También ve evidente que "quien quiere españolizar Cataluña" tenga interés "en que la inmigración venga hacia aquí". "Es una fórmula muy eficaz", añade. Asimismo, dice que "los problemas del Tercer Mundo no han de caer sobre las espaldas de Cataluña, que sólo tiene seis millones de habitantes, no ha tenido colonias y no tiene Estado".
Barrera alude además a El Ejido: "La gente de El Ejido no ha de verse dominada por la gente que viene de fuera. La solución habría de ser la expulsión progresiva de quienes trabajan y sustituirlos por trabajadores de la zona hasta que quede un porcentaje aceptable". También señala que cuando "el señor Jörg Haider (el líder de la ultraderecha austríaca) dice que en Austria hay demasiados extranjeros no está haciendo ninguna proclama racista".
En consecuencia con estas ideas, Barrera indicó a este diario que debería celebrarse un referéndum con términos precisos y comprensibles en el que se preguntase a los ciudadanos "si están dispuestos a aceptar que cualquier persona que venga ya tiene derecho, por este hecho, a quedarse, y a quedarse con los mismos derechos que los ciudadanos que aquí viven".
Barrera se compromete a aceptar "la voluntad democrática de la mayoría" y rechaza las acusaciones de racista y xenófobo que se le pudieran formular. "Estas acusaciones -afirma- reposarían sobre una manipulación del lenguaje. Ser racista es creer que hay razas superiores a las otras. Yo no soy racista. Creo que hay diferencias, pero que estas diferencias no implican superioridad. Tampoco soy xenófobo. Sería estúpido que yo, que he vivido tantos años en el extranjero, tuviera aversión hacia el extranjero".
Las transcripciones y textos precedentes aparecieron en Bye Bye Spain en el año 2005, en el artículo Un racista, primer presidente del Parlamento catalán.
Anoche Telemadrid emitió un documental de trazo grueso y factura no demasiado profesional acerca del asesinato de Calvo Sotelo. Santos Juliá clama hoy desde el periódico socialista El País contra la “lamentable manipulación” de la cadena regional madrileña.
El documental me dejó un muy mal sabor de boca. No cuenta nada nuevo, pero refresca imágenes del pasado. Por ejemplo, la carta que escribió mi abuelo, simpatizante de Renovación Española, el partido de Calvo Sotelo, a mi abuela mientras estaba encarcelado por los nacionales y antes de que lo encarcelaron los republicanos: banderas españolas por todas partes, imágenes de Franco, lemas patrióticos y sello de la censura militar. “Me encuentro bien”.
Por ejemplo, mi abuela y sus hijos camino de Santander, andando desde Barcelona, agazapada en las cunetas durante los ataques aéreos, protegiendo a los niños con su cuerpo.
Por ejemplo, el registro de los asesinos de la CNT en busca de imágenes religiosas, la mirada del criminal cuando descubrió crucifijos y estampas ocultas en un armario.
Historias comunes a millones de españoles que perdieron su proyecto de vida a manos de los dos bandos, guiados por una clase política casi tan infecta como la actual.
La del 36 es la guerra que perdieron todos… y creímos ganar nosotros cuando en el 77 decidimos echar a andar sin mirar atrás.
Treinta y cinco años después uno de los dos bandos se ha empeñado en resucitar y ha decidido que el camino emprendido entonces fue un error.
El revanchismo y la imposición sectaria del modelo de sociedad de la izquierda, que trata de implantar sus clichés desde la transición, desencadena el retorno de los bandos enfrentados. Y también la eclosión de los hechos que desde 1936 la izquierda se empeñó en ocultar y tergiversar.
Quienes condujeron a la nación al conflicto vuelven a reproducir hoy los códigos políticos y culturales del pasado. En cuanto el PP llegue a Moncloa se entenderá perfectamente el sentido último del proyecto electoral del PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba. El giro izquierdista que señalan todos los analistas no tiene otro fin que el de la confrontación pura y dura y el exterminio de quien piensa distinto.
A la vuelta de la esquina nos espera un remedo de frente popular en el que vamos a ver de la mano al PSOE de Rubalcaba y a los etarras de Soitu; a los secesionistas de CiU y a los irredentos comunistas de Izquierda Unida; a los defensores de imaginarias naciones y a supuestos ecologistas y sindicalistas. La agitación callejera de la guerra de Irak será mera fiesta infantil al lado de la calle que encontrará Mariano Rajoy.
El proyecto electoral del PSOE de Rubalcaba, elaborado para llevarse a cabo en la oposición, es un proyecto de agitación y violencia destinado a hacer ingobernable la nación.
A la crisis económica se unirá un acelerado proceso de segregación territorial, la vuelta de los anacrónicos lemas de la lucha de clases y la definitiva corrupción de la convivencia.
La crisis moral en la que estamos sumidos, continuación de la crisis de civilización que asola Europa desde principios del pasado siglo, contiene ya todos los elementos necesarios para generar violencia: empobrecimiento acelerado de las clases medias, desafección política, crisis institucional, hundimiento del modelo cultural, quiebra de la convivencia, división social, destrucción de los valores fundamentales de la sociedad.
La pregunta a estas alturas ya no es si llegaremos a vivir el muy previsible final de este proceso, sino cuándo y cómo surgirá la violencia y qué forma adoptará. Pero no nos engañemos, porque no estamos ante una visión pesimista del futuro sino ante hechos mensurables ahora mismo: la violencia ya está aquí. Y el comunicado que ETA hizo público ayer no es más que una de sus múltiples manifestaciones. No necesariamente la peor.
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En episodios anteriores
El PSOE más peligroso es el derrotado
No son solo dos nombres. Son sobre todo dos referencias políticas y éticas, dos ejemplos de lo que ha sucedido en nuestro país con la dignidad y el coraje gracias a la traición del Partido Socialista, cuya dirección ha consumado su pacto sangriento con los asesinos.
En Ondárroa los votos nulos fueron mayoría. Los nuevos cargos electos del PNV, IU, Aralar y EA en esa localidad vizcaína no se atrevieron a recoger sus actas de concejal. Solo Germán López Bravo, el candidato del Partido Popular, tuvo coraje y decencia y cumplió con su obligación.
La historia no es demasiado diferente en Lizarza. Un insigne cobarde nacionalista, Joseba Egibar, accedió a la alcaldía en 2003, tras la ilegalización de Batasuna, pero no se atrevió a enfrentarse a los etarras. Primero les ofreció puestos privilegiados en la corporación y como no logró un acuerdo con los terroristas, huyó del pueblo y no volvió a aparecer por allí.
En 2007 el PNV ni siquiera se atrevió a presentarse a las elecciones en Lizarza para no molestar a los etarras, que aparecían en aquella ocasión disfrazados de ANV. Así llegó a la alcaldía otra heroína de esas que solo aparecen en el País Vasco y solo de la mano del Partido Popular: Regina Otaola (A Self-Styled "Sheriff" Aims to Tame the Basque Country).
Después de las elecciones de este domingo, tras servir con valor, lealtad y honestidad y convertirse en ejemplo para toda la nación, Regina y Germán ya no están en Lizarza y Ondárroa. Entre tanto el Premio Príncipe de Asturias se lo dan a cualquiera que haya aparecido en Hola.
A estas dos personas a las que los ciudadanos tanto debemos les sustituye de nuevo el nacionalismo al que hicieron frente valientemente. Estamos ante el mayor “éxito” del Partido Socialista Obrero Español, que ha conseguido doblegar la razón, la Justicia, la libertad, las instituciones del Estado y la decencia, y ha entregado a los asesinos nacionalistas más de mil concejalías.
En panfleto etarra Gara escribía esta mañana que el suelo de Bildu-ETA “debiera estar en torno a los 200.000 votos y el techo en los 274.000”. Con el 98 % escrutado y gracias al Partido Socialista Obrero Español y a seis magistrados del Tribunal Constitucional (Pascual Sala, Pablo Pérez Tremps, Adela Asúa, Elisa Pérez Vera, Eugenio Gay, Luis Ortega), Bildu ha conseguido 313.231 votos.
El balance de esta jornada electoral es cruelmente sencillo y el jolgorio del Partido Popular no debería distraernos (cuántos traidores también en la dirección actual del PP vasco): hoy han ganado los asesinos gracias a sus cómplices, los traidores del Gobierno de la nación y de la dirección del PSOE.
Ahora nos dirán que empiezan las primarias de los socialistas, pero lo que en realidad empieza es más importante: ha llegado la hora de recoger las nueces. Y esta vez los recolectores no serán del PNV, sino del PSOE.
La argamasa que blinda el destino del PSOE, del PCE, Izquierda Unida y los grupos nacionalistas (armados o no) es el común objetivo de neutralizar la transición para poder reescribir la Historia, operación esta que les permitirá obtener el definitivo control de nuestra vida colectiva.
Hoy ETA y los ocupas de algunas otras plazas y calles coinciden en ese objetivo mostrando el ADN que comparte toda la izquierda y los nacionalismos españoles. ETA lo cuenta muy claramente hoy a través de un editorial del panfleto Gara:
“Los avances hacia una democracia en el Estado español le pondrían más fácil a Euskal Herria construir y desarrollar su propia democracia. Una «segunda transición» española allanaría el camino a la transición vasca hacia su soberanía y su reunificación territorial.”
En cuanto a los #15m, los #SpanishRevolution y los #acampadasol, la expresión es más torpe pero la intención, idéntica:
Sabíamos que el proyecto del PSOE, encarnado estos años por Zapatero y a partir de la semana próxima por su sucesor, había contaminado al resto de formaciones políticas (incluido el PP). Nos faltaba la evidencia de su solidez: miles de personas en toda España están siendo engañadas y manipuladas por un movimiento supuestamente no partidista y espontáneo que persigue exactamente sus mismos objetivos.
La pedagogía del odio se ha incrementado en los últimos meses en Cataluña en la misma proporción en que se ha consolidado la complicidad del Gobierno del PSOE con ETA y ha subido el listón etnicista en CiU y en el resto de palmeros de la xenofobia y el guerracivilismo.
El nombre de López Bofill, que oculta su primer apellido cuando firma algunos de sus libros, está ligado a las siglas de todos los movimientos secesionistas radicales de los últimos años: Sobirania i Progrés, Crida Nacional, Cercle d'Estudis Sobiranistes, Esquerra Independentista, Solidaritat Catalana per la Independència, etc.
Hay algo que muy pocos políticos españoles y muchos menos analistas consideran con respecto al llamado nacionalismo “democrático”: que ese adjetivo responde solamente a circunstancias cambiantes, no a convicciones sólidas. El nacionalismo es más o menos moderado, incluso más o menos pacífico, en función solamente de lo que los viejos comunistas denominaban “las condiciones objetivas”: si hay alguna posibilidad de arrancar privilegios, el nacionalismo “democrático” se mantiene en el sistema. Si la ubre se ha secado, se echa la monte.
Como todos los nacionalistas, López también considera que el grado de moderación de su supuesta ideología es meramente coyuntural y en alguna ocasión ha insinuado que la hora de imitar a ETA y recurrir a las armas también en las cuatro provincias catalanas está al caer:
“El pacifismo radical en el cual estamos instalados nos inhabilita para desarrollar el mínimo pensamiento estratégico con los atributos de defensa de la comunidad imprescindibles que caracterizan una lógica estatal o de una comunidad que aspire a convertirse en un Estado” (Hèctor López Bofill, Els orígens del pacifisme. Publicado en Avui, 27.8.07)
Este agitador con título académico y hambre de francotirador balcánico ha justificado la legalización del grupo etarra Bildu a base de perdonarle la vida a quien no piensa como él, en este caso, el Partido Popular.
En una de sus habituales intervenciones en la televisión pública regional, TV3, López habló del "agravio comparativo que debe afrontar" ETA y señaló que "habría que ilegalizar al PP, porque también entran dentro de los motivos de la ley de partidos que ellos mismos aprobaron".
Es solo un ejemplo, un exabrupto más, una nueva muestra del lamentable nivel del discurso etnicista, que sigue radicalizándose en nuestro país de la mano de los compañeros de viaje del terrorismo etarra.
e-noticies, el muy subvencionado digital secesionista, es un buen ejemplo de la propagación del odio etnicista. Un somero repaso a sus titulares de los últimos días da idea del grado de rencor y violencia que destilan este tipo de publicaciones, ante las que jamás osará quejarse ningún fiscal, mientras cumplen a la perfección su función de generadores de odio:
El aprendiz de genocida lo tiene fácil en la España de nuestros días. Este territorio de la histeria que es internet le facilita las prácticas: puede ir dejando su rastro en todas partes amparado en la impunidad del nick. Pero más fácil todavía se lo pone la supuesta intelligentsia del sistema. Del sistema progresista.
“Lo que duele es la verdad. España no es nada sin Cataluña, solo sois un grupo de gandules, una nación de parásitos que para sobrevivir necesitais la limosna que robais a los Catalanes. Yo no busco el independentismo, seguiría manteniendo España, pero con moderación no a cambio de arruinar cataluña. ¿No os da vergüenza ser unos parásitos.”
Otro aprendiz, que se esconde bajo la denominación de Adicinarit, depuso en Lluis Companys y las antorchas de los suyos:
“Los hijosdeputa (sic) fascistas de mierda de la CEDA que apoyaron a Franco le hacían subir peldaños en su carrera militar a base de bombardear a la población civil. Esos bastardos de la CEDA que sí deberían haber sido juzgados en Nuremberg al lado de sus amigos seguidores de Hitler y Mussolini ordenaron a la Guardia Civil quemar vivas a familias enteras, niños inclusive. Solo os quejáis que el President de la Generalitat de Catalunya llevara a cabo su legítimo proyecto político refrendado por el pueblo en las elecciones.”
Un lector bienintencionado podría pensar que se trata de descerebrados que navegan en la chalupa 2.0 de los cobardes. Pero se equivocaría. No son incendiarios ocasionales e ignorantes. Son la fuerza de asalto del régimen progresista, los SA de la izquierda española. Y esta se encarga de alimentar constantemente su ADN genocida. Por ejemplo.
El asunto de las emisiones de TV3 en la Comunidad Valenciana se ha convertido en la clásica patochada que supura el estado de las autonomías. Nacionalistas y socialistas “invaden” el territorio catódico vecino por mor de la liberación de los supuestos “países catalanes”. Y el PP valenciano pica, ofrece un trueque (la emisión de su cadena regional en Cataluña) y termina cortando la emisión de la cadena catalana. Se trata solo de un episodio grotesco, otro más, propio de una organización territorial ineficaz y caduca, pero que nos ha costado a todos un buen montón de dinero, ha servido para generar más división y enfrentamientos y se seguirá utilizando para los mismos fines y con idénticos resultados mientras exista la actual Constitución.
Pues bien, la intelligentsia progresista utiliza este episodio para convertir la democracia en papel mojado y poder así actuar saltándose las reglas del juego. Manuel Baixauli, escritor y pintor:
“Los que hemos abierto los ojos tenemos la responsabilidad de hacerlos abrir a quienes los tienen cerrados o miran hacia otro lugar. También Hitler ganó unas elecciones, y si cometió los peores crímenes de la historia fue porque una multitud cómplice el consentía o miraba hacia otro lado (…) O Camps o democracia”.
El razonamiento es tan simple como venenoso. Si Francisco Camps se ha convertido efectivamente en Adolf Hitler, todo estaría naturalmente permitido con tal de que le echemos. Hete aquí por qué la izquierda actúa con total impunidad y con el máximo desprecio a la democracia: ha de evitar inmediatamente el exterminio de seis millones de judíos.
Los aprendices de genocidas, tontos útiles como Pitu de Farners o Adicinarit, son solo el resultado de lo que vocean los Milosevic, representantes del supuesto “mundo cultural” de una izquierda que ya no uso más camisa que la parda, ayatolás de minarete subvencionado que propaga el odio y coloca estrellas amarillas.
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En episodios anteriores:
Durante décadas he opinado que abrir la puerta a la independencia sería traicionar a muchos compatriotas que no están por la labor y que se supone que son la mayoría. Desde 2004, he llenado este libelo de prolijas argumentaciones en ese sentido. Creo que mantener esa postura hoy es ya un error.
Es en mi opinión un error a la vista de la reacción de la ciudadanía ante la posibilidad de un proceso de secesión: ya lo hemos digerido. ¡Y la verdad es que nos da igual!
En Cataluña los ciudadanos pueden votar lo que quieran, como en el resto del país. Y votan siempre nacionalista. Cierto, la mayoría no vota. Pero a todos los efectos da igual: quienes se abstienen son los primeros responsables de que siempre ganen las opciones nacionalistas.
En el resto de España se empieza a pasar de este asunto. Lógico, demasiados años ocupados de las ocurrencias del nacionalista de turno. No es posible prestar atención tanto tiempo a tanta estupidez. Añadamos que los gobiernos de la nación, el actual y el que viene, no van a tocar una coma del cochambroso estado de las autonomías.
Sumemos ambos factores: la desidia ciudadana, que termina siendo cómplice, y la inoperancia de los partidos supuestamente nacionales para defender una idea atractiva de nación, que también es cómplice. El resultado es que caminamos hacia la secesión de Cataluña (otras regiones no tienen el mismo peso demográfico, esto es, electoral, y no lo conseguirán).
A la vista de todo ello, y frente a quienes creen que el problema no es Cataluña, mi conclusión, la de un catalán no nacionalista, es que debe imponerse el pragmatismo: como no lo vamos a arreglar porque en realidad a la mayoría le importa ya un cuerno y con los partidos y las instituciones del Estado no se puede contar, tratemos de evitar más daños. ¿Cómo? Ofreciendo abiertamente al gobierno regional catalán un acuerdo de secesión, que forzosamente deberá contemplar algunos requisitos mínimos:
1º La revisión de las inversiones del Estado en Cataluña desde el establecimiento de la democracia hasta nuestros días. Sí, la deuda histórica. La hay, en efecto, pero no como la pinta el nacionalismo. Si quiere llegar a serlo, el futuro Estado catalán tendrá que compensar económicamente a España. No se trata de una devolución en bloque de las inversiones públicas pero sí de una suerte de indemnización por los recursos perdidos por España en las cuatro provincias. Si quieren disponer en cuatro provincias de 17 aeropuertos, como reza el plan de la Generalidad, tendrán que costearlos los ciudadanos del nuevo Estado, no el resto.
2º La creación de un estatuto de minoría para los castellanohablantes. Son mayoría, pero si en la fase de autonomía han sido tratados como perros apestados en el sistema educativo, cuando llegue el Katalanischreich puede que terminen luciendo una estrella en la solapa. No será preciso que el estatuto de minoría para quienes prefieran seguir siendo españoles esté tutelado por Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, pero será preciso buscar algún organismo europeo que supervise su aplicación. El estatuto de minoría incluirá la existencia de un sistema educativo en español, en igualdad de condiciones, así como la cuota pertinente de español en centros de enseñanza, administración pública, iglesias, medios de comunicación, etc., y la obligación de la nueva administración de dirigirse a los españoles de Cataluña en español. Asimismo la administración del nuevo país deberá contratar una cuota mínima de funcionarios entre estos ciudadanos, que no estarán obligados a utilizar más que su lengua materna, de acuerdo con los criterios para minorías que está aplicando naciones Unidas.
3º La renuncia al anschluss ante todos los organismos internacionales. No habrá Sudetes catalanes al otro lado del Ebro, ni se seguirán reivindicando territorios supuestamente catalanes en Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, Francia e Italia.
4º La desvinculación total con España. El acuerdo de independencia recogerá explícitamente que España no tiene ninguna obligación posterior con las cuatro provincias, de ningún género. Lo que incluye que no existe por parte de nuestro país ninguna obligación de apoyar el ingreso de las cuatro provincias en la Unión Europea.
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A pesar de todo ello, te recomiendo que hoy leas El problema no es Cataluña.
La balcanización se acelera. Entramos en la fase de desafío abierto. El tripartito anuncia el inicio de los actos institucionales de desacato con la aprobación de la inconstitucional ley de veguerías. Las instituciones del Estado callan.
A pesar de que ya no tienen ninguna validez, siguen en vigor las leyes aprobadas por el tripartito catalán que no encajan en la idea que del actual ordenamiento constitucional tiene el presente Tribunal Constitucional.
Nadie ha levantado la voz al respecto, ni el gobierno de la nación, encargado de hacer cumplir las normas; ni la fiscalía, siempre tan rápida cuando se trata de asuntos que convienen a los intereses del Gobierno; ni la Justicia, que hace tiempo dejó atrás la barrera del descrédito. Ni por supuesto el propio TC, el organismo más laxo del actual sistema político.
¿Algo que decir, Majestad, ante el espectáculo del desagüe tragándose aquello que le permite (todavía) seguir considerándose rey?
En cuanto a la Justicia y a demasiados de sus miembros, seguramente no podían caer más bajo en nuestro país a tenor de sus actuaciones recientes: entrada en vigor de la ley del aborto, Morín, Bono, Chaves o el propio estatuto catalán.
Por ello tal vez no cause sorpresa que el tripartito haya decidido iniciar una campaña de rebeldía institucional digna de los mejores tiempos de Milosevic. ERC ha comunicado hoy que la semana próxima el irregular parlamento regional catalán va a aprobar otra ley no menos irregular, la de veguerías, con la que los partidos nacionalistas esperan seguir tergiversando los resultados electorales.
Según ERC, la aprobación de esta ley será "un acto de soberanía" para el que no se han preparado enmiendas que intenten encajarla en la sentencia del Tribunal Constitucional.
Después de redactar el estatuto a sabiendas de su ilegalidad y de las sesiones que ha protagonizado tras la decisión del Constitucional, ¿es legítimo el parlamento regional catalán? ¿Por qué sigue abierto? ¿Para cuándo el artículo 155 de la Constitución?
Seguir creyendo en la clase política, en el sistema judicial o en la Constitución ha pasado de ser un ejercicio voluntarista a convertirse en un acto de estupidez.
El zapaterismo ha demostrado que votar socialista es la mejor forma de votar nacionalista. La más eficaz. La más rentable. La que garantiza un mayor y más permanente desvío del dinero público a las arcas del etnicismo.
El Partido Socialista ha empezado a garantizar, también en esa legislatura, que a los nacionalistas no les falte un duro para organizar sus próximas campañas secesionistas. De esta forma, el PSOE es el garante de que tu dinero termine en buenas manos: las suyas.
Para sufragar sus campañas de agitación y sus festejos soberanistas, el nacionalismo necesita ingentes cantidades del dinero que los ciudadanos entregamos al Estado. El trasvase de esos fondos hasta los bolsillos etnicistas es responsabilidad del PSOE, que junto a sus franquicias regionales garantiza el generoso desvío de nuestro dinero hacia fines tan alejados del interés general de la mayoría.
8.855.571 euros. Esta es la cantidad de la que dispone el gobierno regional vasco para preparar y organizar su sarao secesionista el próximo otoño. Estos ocho millones de euros proceden de los presupuestos generales regionales aprobados en su momento para el presente ejercicio, con el apoyo del Partido Socialista, sin cuya inestimable colaboración el etnicismo vasco jamás dispondría de recursos para gastar en campañas ilegales de secesión. Claro que teniendo en cuenta quién ha ganado las últimas elecciones generales, a lo mejor ya no es ilegal organizar este tipo de “festejos”.
En cuanto a la costa este, y para no ser menos, los socialistas se han prestado asimismo a entregar dinero de los ciudadanos a grupitos secesionistas. La iniciativa ha partido en esta ocasión del vicepresidente del gobierno regional, Carod-Rovira, y consiste en la entrega de 125.000 euros al grupúsculo Sobirania i Progrés con el fin de que lo destine a promover la secesión. Entre los integrantes del mencionado club de soñadores figura el actor Joel Joan y el profesor de derecho Hèctor López Bofill. También se entrega el dinero ciudadano directamente al partido, tal vez por si hay que invertir más en la tozuda costumbre de pensar que manifiestan los españoles.
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Más información sobre el destino étnico del dinero público en Economía étnica
“Esquerra ha ganado la batalla de las ideas”, proclamaba hace unos días, tan ufano y soberbio como de costumbre, Carod-Rovira en La Vanguardia. Se refería el dirigente de ERC al supuesto auge del independentismo en Cataluña y, como es usual en el etnicismo, construía su discurso sobre un universo de apriorismos infinitos. ¿A esto le están llamando batalla? ¿Y presuponen además que se libra en el terreno de las ideas? ¡Cáspita!
El avance político y mediático del nacionalismo en distintas regiones de nuestro país es un hecho (otra cosa es su avance electoral, que está por ver). Y también es un hecho la transmutación de la izquierda catalana y también la del resto de España al nacionalismo. Pero ni uno ni otro “mérito” corresponde a ERC.
Los nacionalistas han florecido no por méritos propios, porque respondan a una necesidad real o porque la gente en algunos lugares se crea perteneciente a otra nación. En absoluto. Los nacionalistas tienen presencia pública en la España de hoy solo gracias a la generosidad un sistema político nacido con un pecado original: el ingenuo buenismo de los constituyentes y de los protagonistas de la transición.
Todos ellos aceptaron en 1978 la llegada de unos completos desconocidos, unos tipos que habían estado ausentes durante cuarenta años, ocultos en sus ratoneras, cuando no colaborando turbiamente con franquistas y fascistas. Les recibieron con los brazos abiertos y les trataron como a iguales. Y de paso, fingieron creer la versión de los hechos que los desconocidos narraban. Una versión basada en un supuesto extermino generalizado, casi un genocidio.
Contaban los recién llegados que la guerra civil y el franquismo fueron acontecimientos distintos de los que todo el mundo conocía por experiencia propia. Sostenían que desde el 36 hasta el 75 no hubo en España una guerra civil y luego un régimen dictatorial, sino un conflicto bélico entre naciones y la consiguiente represión militar y cultural de los países derrotados.
Los constituyentes y los protagonistas de la transición sonreían con disimulo ante las batallitas de los recién llegados, pero se guardaron las formas porque la consigna del momento era sumar voluntades aunque para ello fuera necesario taparse la nariz. De modo que todos se apretujaron un poco más para dejar espacio a aquellos cuatro estrafalarios que, sobre todo desde el País Vasco y Cataluña, decían representar a mucha gente.
El avance actual del nacionalismo se debe únicamente a la ingenuidad de aquellos días. La Constitución, el sistema electoral y el estado de las autonomías, con su desmedido traspaso de competencias y su correlato económico, conforman los pilares que permitieron crear a los partidos nacionalistas, en primer lugar, redes clientelares y, en una segunda fase, un movimiento político muy similar al partido único del franquismo, el Movimiento Nacional, basado en el férreo control de los medios, la corrupción y el adoctrinamiento. La retórica de la identidad ha sido solo el instrumento, el anzuelo populista, no el motor de este proceso.
En cuanto a la conversión de la izquierda en bloque al nacionalismo más o menos matizado, tampoco aquí cabe ningún mérito a ERC ni a ningún partido etnicista. Ha sido el devenir histórico de la propia izquierda quien ha hecho ese trabajo. O, si se prefiere, en la izquierda estaba el germen de su propia destrucción ideológica. Bastó el colapso escenificado al pie del muro de Berlín para que se hiciera patente la necesidad de un repuesto programático. El socialismo español lo ha encontrado en un sucedáneo: su fragmentación territorial de tinte nacionalista.
En el PSOE la pobreza ideológica terminó convirtiéndose en virtud partidista. Además de asumir todos los ismos aparecidos desde los 70, nuestros socialistas decidieron cambiar ideología por poder, y en ese camino encontraron a un maestro inigualable de nombre Felipe González. Y algo más tarde, para recuperarse del susto que les provocó la constatación de que no siempre iban a gobernar, dieron en recordar su tradición de pactos con los nacionalistas durante la desdichada república.
A falta de ideas propias, buenas son las del contrario, sobre todo si con ello consigues volver al poder y mantenerte en él. Esa es en la actualidad la única idea, que no ideología, que sustenta y mantiene unido al PSOE. Y mérito exclusivamente suyo es el hecho de que en España hoy los nacionalismos gocen de tanta vitalidad. Nada que ver pues con Carod-Rovira y los supuestos méritos que apunta en el haber de ERC.
Esquerra no ha ganado ninguna batalla de las ideas porque en esta tragedia colectiva que algunos nos están escribiendo no hay ideas sino pelea de la peor especie por el poder.
Es hijo de andaluces, nació en Valencia, fue elegido por CiU como vocal del Consejo General del Poder Judicial y muestra el rigor analítico del adolescente malhumorado.
Uno de los gurús de internet y de los blogs ha declarado que abandona la red decepcionado por el nivel que muestran sus usuarios. Abandona teclados y monitores harto de ignorantes sin conciencia de serlo que, amparados en la impunidad del anonimato, van dejando sus rastro al tiempo que se ponen en evidencia. Me temo que cada vez somos más los que así pensamos. En todo caso nuestra situación es mucho peor que la de otros países. Porque aquí la inmadurez intelectual alcanza también a quienes se supone preparados y con la cabeza bien amueblada.
Los textos de López Tena, el jurista trabucaire, tienen una sorprendente semejanza en su rigor con muchos de los comentarios que los navegantes mentalmente imberbes van dejando por la red:
"Intentamos de buena fe una corrección del expolio fiscal, el dominio político y la discriminación económica y cultural. Tendimos la mano, para sólo recibir insultos, boicots y engaños, y un Estatuto que no se aplica ni cumple, pues este Gobierno español, como los anteriores, no tiene por qué cumplir la ley cuando afecta a Catalunya. No pasa nada, ya lo avalarán como siempre los Tribunales Supremo y Constitucional, que para eso los nombran el PP y el PSOE." Alfons López Tena, Dependencia o independencia de Catalunya. Publicado en Público, 15.10.07.
Un tipo que muestra semejante "rigor" analítico, ¿puede seguir perteneciendo al CGPJ? Hace algunas semanas se presentó una resolución al respecto, que se falló en favor de este portento de la intelectualidad étnica. El problema es que se cuestionaba su permanencia en el Consejo por pedir la independencia de una región, algo que en absoluto es ilícito. Este tipo no debería seeguir formando parte del CGPJ pero por otra causa: su capacitación para el cargo es más que dudosa.