La pedagogía del odio se ha incrementado en los últimos meses en Cataluña en la misma proporción en que se ha consolidado la complicidad del Gobierno del PSOE con ETA y ha subido el listón etnicista en CiU y en el resto de palmeros de la xenofobia y el guerracivilismo.
El nombre de López Bofill, que oculta su primer apellido cuando firma algunos de sus libros, está ligado a las siglas de todos los movimientos secesionistas radicales de los últimos años: Sobirania i Progrés, Crida Nacional, Cercle d'Estudis Sobiranistes, Esquerra Independentista, Solidaritat Catalana per la Independència, etc.
Hay algo que muy pocos políticos españoles y muchos menos analistas consideran con respecto al llamado nacionalismo “democrático”: que ese adjetivo responde solamente a circunstancias cambiantes, no a convicciones sólidas. El nacionalismo es más o menos moderado, incluso más o menos pacífico, en función solamente de lo que los viejos comunistas denominaban “las condiciones objetivas”: si hay alguna posibilidad de arrancar privilegios, el nacionalismo “democrático” se mantiene en el sistema. Si la ubre se ha secado, se echa la monte.
Como todos los nacionalistas, López también considera que el grado de moderación de su supuesta ideología es meramente coyuntural y en alguna ocasión ha insinuado que la hora de imitar a ETA y recurrir a las armas también en las cuatro provincias catalanas está al caer:
“El pacifismo radical en el cual estamos instalados nos inhabilita para desarrollar el mínimo pensamiento estratégico con los atributos de defensa de la comunidad imprescindibles que caracterizan una lógica estatal o de una comunidad que aspire a convertirse en un Estado” (Hèctor López Bofill, Els orígens del pacifisme. Publicado en Avui, 27.8.07)
Este agitador con título académico y hambre de francotirador balcánico ha justificado la legalización del grupo etarra Bildu a base de perdonarle la vida a quien no piensa como él, en este caso, el Partido Popular.
En una de sus habituales intervenciones en la televisión pública regional, TV3, López habló del "agravio comparativo que debe afrontar" ETA y señaló que "habría que ilegalizar al PP, porque también entran dentro de los motivos de la ley de partidos que ellos mismos aprobaron".
Es solo un ejemplo, un exabrupto más, una nueva muestra del lamentable nivel del discurso etnicista, que sigue radicalizándose en nuestro país de la mano de los compañeros de viaje del terrorismo etarra.
e-noticies, el muy subvencionado digital secesionista, es un buen ejemplo de la propagación del odio etnicista. Un somero repaso a sus titulares de los últimos días da idea del grado de rencor y violencia que destilan este tipo de publicaciones, ante las que jamás osará quejarse ningún fiscal, mientras cumplen a la perfección su función de generadores de odio:
El terrorismo nacionalista es solo una fase en la historia del nacionalismo. Como lo es el llamado "nacionalismo democrático".
Habría que recurrir al psicoanálisis colectivo, si tal existiera y fuera más de fiar que el individual, para entender el por qué de la querencia terrorista de la izquierda catalana. Aunque a lo mejor basta con recordar cómo son los vigentes planes de estudio (no solo en Cataluña) y quiénes los imparten, o basta recordar cómo son y qué cuentan los peculiares medios de comunicación catalanes, cada día más parecidos a los medios de comunicación de los antiguos países del Este.
A propósito del cierre del periódico etarra Egunkaria, que tantos seguidores tiene en las filas del nacional progresismo catalán, editorializaba el panfleto étnico Avui:
“En el País Vasco es peligroso discrepar de ETA. Te puede costar la vida. Pero también durante unos largos, largos cuatro años fue peligroso discrepar del gobierno del Estado” ('Egunkaria', cinc anys després)
Dentro del mundo cerrado y minúsculo del catalanismo, los llamados “intelectuales”, ese término que usado en su acepción gregaria y seguidista de todas las atrocidades el siglo XX fue inventado por el marxismo más reaccionario, siempre han apoyado cualquier cosa que huela a terrorista o a sus compañeros de viaje con un entusiasmo mayor que el destinado a glosar las glorias “patrias” de su inventada nación:
“El denominado macrojuicio en torno a ETA. Todo este juicio es una farsa. No tengo ninguna duda de que la ley ha sido obviada. Porque no es constitucional culpabilizar a la gente por su ideología; la presunción de inocencia ha sido despreciada; y el término entorno es ajurídico. Sólo en plena campaña mediática contra ETA y abusando de una ley tan inconstitucional como la ley antiterrorista se puede sentar a ciudadanos en el banquillo de los acusados sin ninguna prueba y sólo por el rédito político que ocasionan. En toda esta triste historia sólo hace falta destacar la dignidad de los acusados. Que no es poca cosa.” Isabel-Clara Simó, La dignitat dels acusats.
Grupitos de “intelectuales” nacionalistas se apresuran a firmar siniestros manifiestos cada vez que algún etarra o asimilado tiene algún percance, crean “comisiones de seguimiento”, destacan “observadores”. Pero jamás reaccionan del mismo modo cuando se trata de víctimas.
Ahora al progresismo catalanista le ha dado por llevar a los altares del laicismo sufragado con el dinero ciudadano a dos delincuentes políticos con cuyas muertes pretenden borrar abyectas trayectorias. Lluis Companys, el presidente regional catalán del genocidio, y Lluis María Xirinacs, el principal defensor y promotor de los crímenes de ETA en Cataluña, están siendo aventados estos días en nombre de la justicia y la democracia, lo que da idea del concepto que el nacionalismo tiene de semejantes términos.
A Xirinacs se le homenajea con motivo del aniversario de su muerte, se pasa lista de los asistentes y se convierte el acto en otra apología de la destrucción de la unidad nacional. A Companys se le reivindica como un demócrata de toda la vida. Sin embargo ambos personajes tiene las manos manchadas de sangre. Con las peores manchas que puedan existir: las de los que no disparan pero alientan, justifican y protegen a los asesinos.
Al nacionalismo le gusta el terrorismo porque se sabe del mismo tronco. El terrorismo nacionalista es solo una fase en la historia del nacionalismo. Como lo es el llamado "nacionalismo democrático". Pero ambos, el nacionalismo terrorista y el nacionalismo "democrático" conforman idéntica historia.
Los socialistas unen sus siglas al nacionalismo también ante la Justicia.
Reclamaron su derecho a reunirse con los nacionalistas etarras. Dijeron que les iban a cantar las cuarenta. Pero hoy el juez decreta la apertura de juicio oral contra los líderes socialistas y también contra el presidente regional vasco porque existen “indicios racionales de criminalidad".
Patxi López, Rodolfo Ares, Juan José Ibarretxe, Arnaldo Otegi, Pernando Barrena, Juan José Petrikorena, Rufino Etxebarria y Olatz Dañobeitia se verán juntos ante la Justicia. Faltará el instigador de estos encuentros criminales. Rodríguez seguirá en libertad. Hasta que lleguen las elecciones.
El Foro Ermua presentó las denuncias y Dignidad y Justicia recurrió también a los tribunales. El Foro pide dos años y nueve meses de prisión para Ibarretxe y nueve meses para los dirigentes socialistas. Con respecto a Rodríguez, la Fiscalía pidió el sobreseimiento.
El presidente del gobierno socialista ha logrado unir para siempre el destino del PSOE al del nacionalismo, el “amable” y el etarra. Las siglas del PSOE, unidas a las de ETA. Juntos se sentarán en el banquillo. Como juntos han pasado esta legislatura inacabable. Los nacionalistas han marcado el tiempo político del Partido Socialista, también los nacionalistas etarras. Sobre todo ellos. El PSOE les ha cedido la iniciativa y la agenda nacional. Justo es pues que camine también de la mano de los nacionalistas camino del tribunal.
El dibujo humillante de Gara vuelve a cobrar actualidad. El PSOE de nuevo justifica que en el tallo de la rosa que utiliza como logotipo aparezca la serpiente etarra.
El tripartito instalado en el gobierno regional vasco, presto a recoger las nueces, ha pedido piedad para Ignacio de Juana Chaos, el etarra once veces asesino que se ha declarado en huelga de hambre y al que un juez está alimentando por la fuerza. (Qué curiosa la Justicia española, inmiscuyéndose en la decisión privada de un ciudadano y actuando contra su expresa voluntad.)
Hoy no toca De Juana Chaos, al que deseo lo peor, sino quienes le amparan. Dice el tripartito vasco refiriéndose a De Juana Chaos que quiere “defender los derechos humanos de las personas detenidas y presas” y añade:
“Se debe dar prioridad al objetivo de la reinserción, con orientación social, con un favorecimiento y desarrollo de las penas de manera también alternativa a las de la prisión, y que favorezca la implicación comunitaria en el sistema de ejecución penal.” (El tripartito reclama respeto a «los derechos y dignidad» de De Juana Chaos €)
Hay que repetirlo muchas veces: además de los nacionalistas, en ese tripartito está Izquierda Unida, el mismo residual grupito de inanes políticos que en la Comunidad Valenciana, por ejemplo, andan pidiendo libertad de expresión mientras aplauden al delegado del gobierno en Andalucía e intentan pactar con los nacionalistas locales, el Bloc Nacionalista Valencià, para tratar de montar un tripartito como el vasco o como el extinto catalán.
El señor Llamazares, sostén del Gobierno de Rodríguez, sin el cual no sería nada, colaborador sumiso de los nacionalistas de ERC y del PNV, tiene la desfachatez de hablar de justicia y libertad cuando se refiere al supuesto proceso de paz organizado por ETA, mientras promueve en el parlamento regional vasco una moción que reclama “el respeto de los derechos y la dignidad” del asesino en serie De Juana Chaos, el que brinda cada vez que algún terrorista actúa en España.
Hubo un tiempo, durante los años del franquismo, en que los comunistas me merecieron el mayor de los respetos. Pero con el fin de la transición esa coalición tras la que se esconden se ha convertido en el felpudo de los racistas de toda España, servil ante los campeones del reaccionarismo casposo, sean ERC o PNV. Son demócratas piadosos. Demócratas nacionalistas. O sea, bandoleros con escaño.
Si pagas tus impuestos en el País Vasco, tu dinero está financiando a ETA-Batasuna.
El dinero de los ciudadanos que pagan sus impuestos en regiones gobernadas por nacionalistas o por socialistas con nacionalistas, que viene a ser lo mismo, sirve para todo tipo de cosas, excepto para promover la economía productiva.
En Cataluña, por ejemplo, se utiliza entre otras lindezas para promover la pedagogía del odio y la persecución al castellano. En el País Vasco se utiliza también para financiar a ETA-Batasuna.
El gobierno regional vasco ha aprobado la entrega de 240.000 € a las asociaciones de familiares de nacionalistas armados que cumplen condena en cárceles españolas y francesas.
Recuérdalo pues la próxima vez que te dispongas a pagar tus impuestos en la CAV: una parte de tu dinero va a parar a ETA.
Hace algún tiempo ese mismo gobierno étnico financiador de etarras intentó encarcelar a Mikel Buesa, presidente del Foro Ermua, por denunciar estos sistemas de entrega del dinero de los ciudadanos al terrorismo nacionalista.
El Gobierno vasco, el de toda la vida, partidario de la excarcelación de De Juana Chaos.
Disimulando, por supuesto: dice que defiende la aplicación de la ley y punto. No hay más consideraciones. Bueno, sí, una alusión a las víctimas: "Se sienten heridas, lo mismo que en otras ocasiones, ha habido otras actuaciones judiciales que también han herido a otros colectivos y personas."
Y todavía hay quien niega que nacionalismo y terrorismo sean las dos caras de una misma moneda. ¿Ingenuidad o falta de información? Tal vez algo peor.
Dionisio Amundarain es benedictino. Es nacionalista y confiesa que se emociona ante un etarra. Y es también uno de los promotores de la “blanca” plataforma etarra Aukera Guztiak.
En los actos de apoyo a la plataforma ilegalizada que promueve, el padre Amundarain da muestras de su concepción de la democracia:
"El término democracia quedó corrompido desde el principio. Hoy sigue habiendo muchos esclavos en el mundo y los vascos seríamos como aquellos esclavos si no hiciéramos frente a la vulneración que nos quieren imponer desde Madrid." («Si no les hiciéramos frente seríamos como los esclavos»)
Este religioso, partidario de una especie de "gora Dios", apela a argumentos "morales" para hablar de terrorismo. El benedictino Dionisio Amundarain presume de un hecho sorprendente: nunca ha condenado a ETA. Alardea de ello. Se siente orgulloso de ese comportamiento.
Vayamos por partes. Este religioso amigo de los nacionalistas armados confiesa que ETA le reconforta:
“Que yo recuerde, y sabiendo que era de ETA, con una sola persona he hablado largo y tendido en mi vida. Era por el año 1975. Ni se me pasó por la mente el manifestarle ninguna condena. Lo que sí se me quedó grabado fue lo siguiente.
“Al despedirse me rogó: «Ruégale a la Virgen por mí». Mi respuesta fue simplemente: «Tómate tú también un ratito para conversar con la Madre».
“Tengo que confesar que me emocionó aquella salida. Y, a la verdad, seguí rezando por él y lo sigo haciendo, aun cuando lo mataron al poco tiempo. Y lo sigo haciendo por todos los miembros de ETA. Me resulta enormemente gratificante hacer tal cosa. Nunca he condenado a ETA.”
El padre Amundarain encuentra los motivos para defender su forma de proceder en la vida de Jesucristo:
“Un día los mandamases le presentaron a Jesús de Nazaret una mujer a quien habían pillado en adulterio. Querían enredar a Jesús. Este, según aquellos, tenía que condenarla a muerte, según establecía la ley; caso de que la condenara, Jesús se hubiera desdicho de todo lo que estaba proponiendo y enseñando; caso de que no la condenara, obraría contra la ley.
“Jesús les dijo: «El que de entre vosotros esté sin pecado, puede tirarle la primera piedra». Al oírlo, uno tras otro, se fueron todos ellos.
“¿Verdad que en el fondo no eran tan malos? Porque, en el fondo supieron reconocer que eran pecadores. En nuestra sociedad los grandes acusadores los gobernantes, los grandes políticos, los super-fiscales, los super-jueces... ¿reconocen que son pecadores?”
El delirante argumentario de este etnicista no parece tener límites. Para Amundarain condenar los asesinatos de los nacionalistas armados supone ofrecer una lectura en negativo del cristianismo:
“Nunca he condenado a ETA. Al tratar sobre la conducta humana y cristiana, me he dado cuenta de que es más noble y más eficiente hablar en clave positiva. Hace muchos años me tocó dar algunas clases de moral fundamental.
“En ellas insistí en lo que estoy diciendo. La gente estaba cansada de que se le hiciera fundamentar toda su vida moral en el rechazo del mal (del pecado, del pecado original, etcétera).
“Traté de darle una visión más gratificante, más atrayente, más seductora como la que consiste en poner la mira en el fin al que está llamada la Humanidad entera. La respuesta recibida fue muy agradable. Y creo que muy eficaz.”
La simpleza intelectual y la desvergüenza moral de este “caritativo” cómplice de los asesinos en serie del nacionalismo armado no se escandaliza ante la extorsión y el crimen, pero su “cristiana” sinceridad le lleva a reconocer que puede perder los nervios cuando le mientan la patria:
“Sinceramente, prefiero hablar en clave positiva, aunque alguna vez, llevado por el fuego interior encendido por una injusticia, a nivel individual o colectivo o de pueblo, no lo haya podido encauzar tal como por principio lo hubiera querido.”
Junto a las razones "evangélicas" y "doctrinales" para no condenar el terrorismo, Amundarain apela también a la economía de gestos: ¿para que condenar a ETA si todo el mundo sabe cómo pienso? El grado de cinismo de este sujeto da un paso más:
“Nunca he condenado a ETA porque, sin despreciar, ni mucho menos, el mensaje verbal, doy más importancia al no-verbal. Al testimonio de la vida, de la vivencia, de la existencia.
“En Euskal Herria nos conocemos casi todos. Personalmente o por referencias. Directa o indirectamente. Por ello, estoy convencido de que por referencias mucha gente de ETA sabe, si no perfectamente, sí fundamentalmente cómo respiro.
“Creo que el testimonio de la vida tiene más valor que todo un libro, en orden al tema que llevo entre manos.”
El tema que lleva entre manos es Aukera Guztiak. Así que el “testimonio de vida” de este caballero no se siente aludido por quienes viven junto a su casa y están amenazados de muerte por ETA, pues cometieron el gran pecado de condenarla en público.
Para Amundarain condenar el terrorismo solo sirve para que haya más terrorismo. Es decir, si toda la sociedad vasca, individuo a individuo, condenara el terrorismo y otro tanto hicieran todas y cada una de las asociaciones, entidades, sociedades, empresas, clubes, partidos, iglesias, etc., el resultado sería más terrorismo.
Es más, quienes condenan el terrorismo no tienen las manos limpias. Amundarain se llega a preguntar si es moralmente lícito condenar el terrorismo cuando uno no es más que un pobre pecador:
“Nunca he condenado a ETA porque creo que las palabras condenatorias son siempre, absolutamente siempre, contraproducentes en orden a conseguir lo que se pretende. Máxime, cuando la condena proviene de personas o grupos que, a su vez, no gozan de ninguna autoridad moral para exigir nada, absolutamente nada, a otros. «El que de entre vosotros esté sin pecado puede tirarle la primera piedra», les dice Jesús a los acusadores de la mujer adúltera.
“De hecho, me permito preguntar a todas las autoridades y colectivos que asumiendo el papel de papagayo llevan años condenando a ETA: ¿Qué habéis logrado? ¿Tenéis vosotros mismos las manos limpias?“
Para este iluminado de la sinrazón y la barbarie, la religión enseña que nada importa, salvo lo que él considera "clave positiva":
“Nunca he condenado a ETA. No lo considero noble. No lo considero eficiente. Nunca he condenado a ETA, y no veo razón alguna para cambiar de postura. Más bien, gracias a Dios y gracias a muchos escritos de autores cristianos o no, me veo cada vez más reforzado en mi convicción de que se realiza mayor bien a la humanidad hablando, escribiendo y viviendo en clave positiva.”
Este texto apareció el 23 de marzo de 2005 en el diario etarra Gara (Dionisio Amundarain, Nunca he condenado a ETA).
Son idealistas y es preciso ayudarlos. Esa es la tesis que el nacionalismo defiende con respecto a ETA. No resulta extraño que el PNV no pueda soportar a las asociaciones de las víctimas del terrorismo.
El nacionalismo vasco, siempre dispuesto a echar una mano a ETA, sostiene con descaro que los etarras, luchadores idealistas y desprendidos, deben recibir un trato especial, preferente, que les facilite una salida digna de lo que son: héroes románticos. De eso, sin duda, quiere encargarse el plan Ibarretxe a la vuelta de las elecciones vascas.
La última invitación a compartir esta indignidad viene de la mano de un ilustre puñado de líderes nacionalistas y peneuvistas que de vez en cuando firman, bajo el seudónimo de Colectivo Izadia, lamentables artículos en Deia. Entre los miembros de este grupo figuran Luis Mª Retolaza y Ramón Labayen. Su última aportación a esta historia nacionalista de la infamia es esta:
“El problema de una organización como ETA es que no se le puede aplicar el mismo tratamiento que a la mafia rusa de Marbella o a la de los narcos de Galicia. La gente que milita en ETA tiene sin duda una mística, un sentido de misión, la de estar destinados a llevar a cabo la liberación de Euskal Herria.
”Nadie se juega la vida, o peor aún, la prisión a vida, a falta de motivaciones de lucro personal, sin una enorme dosis de idealismo, sin una capacidad de amor y a la vez de odio, fuera de toda medida, y sin una tranquilidad de conciencia, de esas que suelen proceder de las variantes más duras de cualquier fundamentalismo.
"Lo importante no es que ETA entregue lo que probablemente es su modesto y fácilmente reconstruible arsenal.
“La impresión prevalente es la de que los planteamientos de SA son a la vez democráticos y sinceros. Que a ETA, alguien le tendrá que ayudar” (Colectivo Izadia, A dos dedos de la paz).
Esta complicidad descarada con ETA, que en los últimos meses se ha vuelto más insolente y ya no oculta la desvergüenza y la indignidad de sus propuestas, no es privativa del nacionalismo vasco. También entre los nacionalistas catalanes se piensa que ETA es la víctima y no las asociaciones. Lo ha explicitado con gran precisión el periodista Salvador Cot.
Este servidor de ideologías etnicistas sostiene que los verdaderos nacionalistas, los peligrosos, son aquellos que se proclaman víctimas de ETA y asegura que un buen ejemplo de esos peligros fue la reacción ciudadana de Ermua frente al asesinato de Miguel Angel Blanco. Para Cot, desde Ermua los medios han mentido a los ciudadanos al ocultar que, tras el dolor de las víctimas, lo que hay es una oscura maniobra de agresión a los legítimos derechos de Euskal Herria:
“Todos sabíamos que la bola de nieve que empezó en Ermua bajaba cada vez más hacia la intransigencia y el nacionalismo [español] más agresivo y, pese a saberlo, nadie entre nosotros levantó la voz por decir la verdad que saltaba a la vista.
”De alguna manera, los medios de comunicación catalanes y/o españoles tenemos la responsabilidad de haber convocado, instigado y retransmitido convocatorias que sabíamos que entraban en una estrategia partidaria bien definida y políticamente perversa.
”Mucho tiempo después fingimos que nos damos cuenta, perplejos, que algunos son -somos- víctimas políticas de las víctimas del terrorismo y que las asociaciones y fundaciones que llevan tantos años llenando páginas y pantallas no estaban pensadas para la paz, sino para el combate. Ahora resulta que la gente que interrumpía los plenos de los ayuntamientos vascos gritando y amenazando, vaya, es que estaban gritando y amenazando. Que los que exigían la pena de muerte para los etarras y la ilegalización de las instituciones vascas eran españolistas agresivos y que al fin y al cabo había un mando a distancia.
”No sé si es demasiado tarde para que restituyamos la verdad que no hemos podido hacer llegar a las sociedades a qué nos dirigimos” (Salvador Cot, Víctimes de les víctimes).
Cabe preguntarse si en realidad no será demasiado tarde para otra cosa: para frenar la irresistible ascensión de la vía nacionalista catalana y vasca hacia el nazismo.
La familia del terrorista adolescente hace su aparición para animar al personal a boicotear algunas empresas más. Todo sea por el "nen".
Viendo al joven aprendiz de terrorista por televisión y leyendo sus declaraciones en la prensa, era fácil imaginar la atmósfera familiar. Los observadores agudos, sobre todo si además tienen hijos, comprobarán que el retrato robot del ambiente familiar del joven amenazante que apareció aquí no andaba desencaminado.
En su comunicado, los tiernos papás de la criatura deslizan bastantes falsedades: la referida al apoyo de todos los partidos políticos (solo los apoyan los nacionalistas), la inocencia del joven (algo que deberá dictaminar el juez), el miedo que siente el fiscal ante la avalancha ingente de protestas (¿dónde? ¿cuándo?).
Pero hay más. Y peor. Los padres agradecen lo que “estáis haciendo” para presionar a la empresa: como ya indicamos aquí, están apareciendo pintadas. ¿Algo más familia? ¿Le ponemos pelín más de contundencia? ¿Cuál es el siguiente paso para “dar caña” a los agresores? ¿Qué tal si quemamos un súper? De tal palo, al parecer, tal astilla.
En cuanto a las invocaciones patrioteras, expresiones como “Cataluña es un clamor” resulta muy significativa. Era la frase favorita de las portadas de ABC cuando lo dirigía Anson, al que le encantaba proclamar “España es un clamor” cuando abordaba asuntos nacionales, y sustituía el país por la ciudad cuando trataba asuntos locales.
Esta es la carta que ha hecho pública la familia de Eric Beltrán, nuevo héroe nacional catalán:
"Hola, somos la familia de Eric.
"Os queríamos agradecer a todos las muestras de sosporte que nos estáis dando. Podéis creer que nos dan muchos ánimos para poder seguir adelante. Eric nunca ha creído haber hecho nada malo y siempre ha tenido todo nuestro soporte. Pero no es lo mismo éso, que ver la cantidad de gente que está a su lado y que piensa como él. Como ya sabéis, a la fiscal le daba miedo la cantidad de gente que pensaba como él. Pues estaría bien que ahora viera que las firmas y muestras de soporte se han multiplicado por diez.
"También agradeceros todos los actos que estáis haciendo para rechazar a la empresa que ha organizado todo este embrollo. Sé positivamente que están algo alterados y os decimos al respecto que no pararemos hasta que estén alterados del todo. Parece que al principio querían retirar la denuncia pero no tienen prisa: quieren dejar pasar el tiempo esperando que todo se olvide, cosa que no pasará porque nosotros nos encargaremos de que no pase.
"También un pequeño recordatorio para todos los “patriotas” espanyoles que enviando e-mails demuestran una total incultura y que en plan borrego dicen todos lo mismo, insultos y mentiras que hasta sin ningún tipo de información se atreven a opinar según lo que les dicen sus amigos también “patriotas”. Las mentiras por más veces que se repitan continúan siendo mentiras y comprendemos que las tengan que decir muchas veces y muy fuerte para tapar los ruidos de su consciencia.
"Nosotros tenemos la razón y ellos el dinero pero están demostrando que cuando el pueblo se une nadie puede con él. Suerte tienen de que nos cuesta unirnos pero que vayan con cuidado porque Eric ha conseguido esta unidad y ahora Catalunya es un clamor y pide justicia.
"También tenéis que saber que todos los partidoa políticos de aquí y de Espanya, excepto uno, nos han dado soporte en mayor o menor grado, pero todos están de acuerdo (excepto esteu no) en que hay que ayudar a Eric y ninguno de ellos hasta ahora lo usa para hacer campanya. Ojalá siga así.
"También deciros que son muchas las asociaciones y entidades que están trqabajando para defensar a Eric, los derechos de Catalunya y a los catalanes. De nuevo muchas gracias, estamos esperando la resolución del caso. También tenéis que entender que no podemos ser más explícitos por el bien de Eric, pero tan pronto como ésto acabe os informaremos más ampliamente.
"Día a Dia seguiremos dando caña [en el original, "fotent"].
"Rosa Mari, Ferran i Adam"
Día es una de las empresas amenazadas por el "nen". Y por cierto hace ya bastante que retiró la denuncia.
¿Hay medias tintas en el nacionalismo, zonas tibias con las que es posible entenderse?
Desde ciertos sectores se alienta un espejismo: hay dos clases de nacionalismo, uno bueno y otro malo, uno democrático y otro armado, uno moderado y otro totalitario. Esa es la coartada que permite montar un falso escenario de conversación y diálogo.
Sin embargo el nacionalismo es uno y único, como lo es el socialismo por más que en su seno haya distintas corrientes. Aunque discrepen a la hora de los procedimientos, ambos supuestos modelos de nacionalismo comparten los mismos fines y ello les asimila fatalmente.
Tomemos un ejemplo, busquemos a un nacionalista moderado. Javier Elzo, por ejemplo. Por su trayectoria y porque así se define a sí mismo, el catedrático de Sociología de Deusto es un nacionalista moderado próximo al PNV. Y frente al plan Ibarretxe opina de este modo:
"La reacción de los partidos constitucionalistas tras la aprobación en el Parlamento de Vitoria del plan del Gobierno vasco era esperable aunque uno, en su infinita ingenuidad, no pensaba que desde el PSOE y desde el PSE, ya pasados unos días y con la mente refrescada, se hable de planes conjuntos de ETA y del nacionalismo vasco, de votos manchados de sangre, etcétera."
Este nacionalista moderado y bienpensante no aprecia problema político, ni ético de ningún género en el hecho de que, antes de la votación del plan Ibarretxe, uno de los asesinos más conspicuos de ETA (Hipercor, por ejemplo) autorizara en sede parlamentaria por escrito la aprobación condicionada del proyecto secesionista.
No se aprecian grandes diferencias entre lo que expresa este nacionalista moderado y lo que sostienen un grupo de profesores de la peculiar UPV en el periódico filoterrorista Gara:
"Querer confundir y asustar a la ciudadanía con frases del tenor de «una vez más se le da a Batasuna la llave de la política vasca» (Patxi López, PSOE) o «el Plan Ibarretxe es, de ahora en adelante, también el plan de ETA» (Angel Acebes, PP) muestran el talante de esas formaciones políticas. (...) O se acepta la existencia de un Pueblo Vasco sujeto de derechos políticos, o no se acepta. En el segundo supuesto se recomendaría a quien así piensa la consulta en cualquier enciclopedia seria para que, política aparte, constate lo que en ella aparece al respecto. El que luego, por diversos avatares, parte de ese país esté dentro del Estado francés y otra parte dentro del español y que incluso esta última parte se articule en dos realidades político-administrativas diferentes es harina de otro costal."
La moderación de los nacionalistas "democráticos" no se sonroja ante hechos de semejante desvergüenza. Y la razón de que tal comportamiento se produzca es muy sencilla: los dos supuestos tipos de nacionalismo son la misma cosa.
Javier Elzo: Y ahora, ¿qué?
Luis Bandres: «Prietas las filas»
¿Algún sistema democrático consiente que grupos terroristas nacionalistas intervengan en sus parlamentos para dinamitar el sistema político y la nación?
Entre trampas y marrullerías, el nacionalismo vasco, el de la pistola y el desarmado, han logrado sacar adelante su plan secesionista. Para ello han contado con el inestimable apoyo de algún que otro nacionalista togado y, sobre todo, con la inexplicable pasividad del Gobierno de la nación. ¿O no es tan inexplicable?
El catedrático de Derecho constitucional Jorge de Esteban se pregunta lo motivos que han conducido a la situación actual de desmantelamiento del Estado:
"Todo esto se veía venir desde hace tiempo y, sin embargo, en los últimos meses no parece haberse previsto nada para detener lo que se nos venía encima, salvo grandes dosis de talante. Porque, por otra parte, da la impresión que desde el Gobierno se está dejando hacer al PNV, a fin de que pueda llevar a término su objetivo seudoseparatista. Desde un punto de vista democrático, había ciertamente posibilidades de impedir que se pusiese en marcha el infernal plan Ibarretxe. ¿Se puede concebir que en un país moderno se ilegalice a un partido político por su conexión con una banda terrorista y, sin embargo, se siga permitiendo que se mantenga en el Parlamento vasco, por el mero hecho de cambiar el nombre de Batasuna por el de Sozialista Abertzaleak? La democracia es un sistema noble de gobierno, pero lo que no puede ser es un sistema masoquista de autodestrucción. ¿Cómo es posible igualmente que no se haya reprobado por PSOE y PP a un presidente de la asamblea legislativa que se niega a disolver a un grupo parlamentario ilegal o a repetir una votación cuando, por razones electrónicas, se niega el derecho del voto a una parlamentaria?
"No cabe duda de que la estulticia de este Gobierno en el tratamiento de los nacionalismos es cada vez más explícita. Como es sabido, una vez que el presidente vasco ha conseguido ayer la aprobación de su plan en el Parlamento, ahora dará un segundo paso que consiste en convocar un referéndum ilegal para que se pronuncien los electores vascos. Y lo curioso del caso es que precisamente una de las primeras medidas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue la de suprimir del Código Penal la penalización de la convocatoria de referendos no permitidos por la Constitución y sus leyes de desarrollo.
"Es más: todos sabemos que en lo que respecta a los nacionalismos vasco y catalán, siempre hay un sentido primero de imitación y luego de superación, a objeto de comprobar quién es el que llega más lejos."
Mientras concluía la sesión del Parlamento vasco en la que se aprobaba el proyecto de secesión amable de los nacionalistas de ambos "mundos", desde Cataluña el tripartito concretaba la amenaza que estas semanas está blandiendo: si "Madrit" no aprueba el nuevo estatuto de autonomía catalán, pondrán en marcha un plan Ibarretxe a la catalana.
Jorge de Esteban: Desafío al Estado
Saura amenaza con un plan Ibarretxe en Cataluña si no se aprueba el Estatuto catalán
Otra muestra de la enfermiza sensibilidad del nacionalismo vasco: los presos, héroes frente al bárbaro extranjero, qué mal lo pasan en Navidad...
Cualquier persona que, en cualquier momento del año, está encarcelada por los motivos que sean, lo pasa mal. Todavía es peor el trago para sus familias. Y expresar la solidaridad con la desgracia ajena (aunque a veces esa desgracia esté bien merecida) refleja buenos sentimientos.
Pero qué curioso resulta el hecho de que, en el órgano oficial del PNV, el diario Deia, se publiquen notas de apoyo a lo que el nacionalismo denomina "presos vascos" (es decir, asesinos etarras), y en cambio no se haga lo mismo y con la misma sensibilidad solidaria con las personas a las que estos penados mataron:
"Estas fechas siempre despiertan los puntos más sensibles del ser humano. Los presos nacionalistas vascos son tus hermanos. Cayeron bajo la ley del opresor. ¡No lo olvides! Quien los retiene en la cárcel destrozando hogares y atormentando a nuestras madres, es el opresor. Que jamás salga de tus labios una sonrisa para él, mientras tus hermanos sufren en la cárcel y en presidio. Visítalos. Tu presencia les fortalecerá. Contémplalos con cariño de hermano a través de las rejas. ¡No los olvides!" (José Miguel Urbistondo, Navidad en las cárceles )
El mito nacionalista de los asesinos etarras encarcelados es enarbolado por los partidos secesionistas vascos y catalanes y por no pocos socialistas extraviados como instrumento, incluso, para lograr el fin de la violencia. En Cataluña se han venido desarrollando últimamente numerosos actos auspiciados por terroristas de variado pelaje en los que se ha abordado la cuestión.
A propósito de ello, un especialista en estos asuntos, el profesor Rogelio Alonso, escribe:
"A mediados de diciembre tuvo lugar en Barcelona un seminario con el siguiente título: 'La cuestión penitenciaria en la paz de Irlanda: propuestas para una escenario de paz en Euskadi'. Según los organizadores del evento citados por el periódico 'Gara' se perseguía llevar a cabo un «análisis despolitizado» sobre un aspecto que en Irlanda del Norte «se convirtió en una pieza clave para facilitar el inicio del proceso de paz».
"Esta oportunidad no fue desaprovechada por el citado diario, que recogió los testimonios de algunos de los participantes con el fin de reproducir estereotipos ya habituales en la interpretación sesgada y poco rigurosa que del proceso norirlandés se hace desde algunos sectores de nuestro país. En unos momentos en los que la debilidad de ETA ha intensificado el debate sobre el futuro de los presos ante un hipotético cese del terrorismo, resultaba útil enfatizar la crítica a la política penitenciaria española mediante la comparación con la del Gobierno británico.
"En semejante contexto convenía resaltar la supuesta relevancia que la excarcelación de los presos norirlandeses habría tenido en el proceso de paz y el decisivo papel de éstos a la hora de decidir la interrupción del terrorismo. Bajo esta cómoda interpretación, en la que se confunden deliberadamente las verdaderas causas del alto el fuego del IRA, se adivinaba la búsqueda de un discurso referencial para ETA y su entorno que permitiría consolidar la creencia de que la liberación de sus presos es un requisito fundamental para crear un proceso de paz.
"Sin embargo, la experiencia norirlandesa obliga a relativizar la influencia de los presos, cuyas voces fueron con frecuencia acalladas e ignoradas por los dirigentes del IRA cuando a lo largo de los años se cuestionaba desde las cárceles la idoneidad de continuar con el terrorismo. Sin duda los presos fueron meros peones al servicio de los cálculos estratégicos de los líderes de una organización terrorista que no tuvieron reparo alguno en manipular a sus activistas y a los familiares de éstos, comportamiento también apreciable en ETA.
"Las dudas sobre la eficacia del terrorismo han constituido un poderoso incentivo tanto para presos del IRA como de ETA que han optado finalmente por el abandono de la violencia. En el caso del grupo irlandés ése parece haber sido el motivo que le llevó a aceptar la manipulación de los presos con el fin de escenificar lo que algunos de ellos definieron como «un chantaje emocional» con el que se buscaba el apoyo a un proceso de paz que en absoluto garantizaba sus objetivos.
"Uno de esos actos tuvo lugar en la primavera de 1998 cuando Sinn Fein propuso ante un congreso extraordinario la aceptación de históricos cambios en su constitución que el respaldo al Acuerdo de Viernes Santo exigía. Poco antes el propio grupo terrorista había reconocido explícitamente en un comunicado que dicho documento seguía sin garantizar el derecho a la autodeterminación y sus principales aspiraciones. A pesar de ello Sinn Fein reclamó el apoyo al texto valiéndose de la presencia de presos del IRA que habían permanecido más de veinte años en cárceles británicas y que recibieron un permiso especial de unas horas para asistir al citado congreso.
"Una antigua presa del IRA equiparaba a esos militantes con «cadáveres que regresaban al mundo de los vivos». La eufórica ovación que el auditorio les brindó evocaba a los recibimientos de los presos etarras tras su excarcelación, subyaciendo bajo la apariencia de éxito una dura realidad, como la citada activista sintetizaba: «El aplauso que recibieron era un reconocimiento del fracaso de treinta años de lucha armada. Fue un perfecto chantaje emocional para callarnos la boca. Después de una escena tan impactante como ésa nadie se atrevía a criticar el Acuerdo que Gerry (Adams) y Martin (McGuinness) nos estaban diciendo que debíamos apoyar»." (Rogelio Alonso, Terrorismo, presos y paz)